<<Red: Una chica alocada y, aunque en el fondo es una persona muy dulce y agradable apenas lo demuestra. Se desconoce quien es el chico por el cual está enamorada, pero seguro que tiene que ser alguien de alto rango.>>
Cuando se alejó de la cantina, un elfo curioso apareció.
—Para que luego digan que yo tengo mal genio.—Dijo Ezarel.
—Si vienes a reírte de mí, es el momento oportuno.—
—Así que... ¿orgulloso y narcisista? ¿Te gusta sufrir? ¿Eres masoquista?—
—Quizá, soy la sirviente del peor ser que existe en el C.G—
—JAJAJA—
—Y... Dígame, señor, ¿puede esta humilde sirvienta ir a cambiarse y recuperar la poca dignidad que le queda antes de que alguien más la vea?—
—Claro, te doy mi permiso.—
La joven se dispuso a ir a las duchas, a parte del olor a comida de haber cocinado y colocado todo, necesitaba esa ducha para quitarse todo el estrés acumulado. Cuando salió de las ducha se colocó su toalla, pero faltaba algo.
—¿Y mi ropa? Juraría que la deje aquí.—
Buscó por todos lados, creía que esto era el comienzo de una pesadilla hasta que vio sus ropas y algo poco inusual. Su ropaje estaba siendo sostenido por una mano fuera de los vestuarios.
—¡Eh, tú! ¡Eso es mío!—
Las ropas desaparecieron. Aquella persona se las acababa de llevar. Con tan solo una toalla salió de allí, al menos a estas horas no había gente por el C.G Consiguió ver una silueta que se dirigía al exterior del cuartel, pasando por el quiosco central.
—Maldita sea, mataré a quien esté haciendo esto—Murmuró enfadada.
Cuando llegó al cerezo centenario vio sus ropas colgadas de dicho árbol.
—Mierda... No llegaré.—
Aún sabiéndolo intentó trepar por el árbol para poder agarrar sus ropas, cuando de repente, su toalla se deslizó por su cuerpo cayendo a los pies del árbol
—Mierda, mierda, mierda...Espero que nadie me vea así.—
En ese momento escuchó unos pasos. Un joven y apuesto vampiro pasaba haciendo la ronda.
—Creía que había escuchado algo por aquí.—Dijo Nevra mirando de un lado a otro, hasta que sus ojos se fijaron en algo que había en el suelo.—¿Una toalla?— Confundido se acercó para recogerla, pero otra voz le interrumpió.
—¡Ey, Nevra! ¿Qué haces por aquí?—
—Ez. Dando una última vuelta antes de regresar, mira lo que he visto.—
—¿Una toalla? ¿Aquí?—
—No sé quién la habrá dejado.—
Mientras que ambos hablaban una elfa desnuda se encontraba escondida entre las ramas del cerezo, rezando interiormente para que no la vieran allí.
—Puede que se le haya caído a alguien.— Dijo Ezarel.
—¿Crees que puede haber alguna chica por ahí sin ropa?— Bromeó Nev.
—¿Te imaginas?— El elfo rió ante aquello.
—Bueno, dejaré esto y me marcharé a dormir.—
—Está bien, hasta mañana, Nev.—
Cuando el vampiro se marchó, Ran esperaba que el elfo lo siguiera pero para su desgracia no se iba.
—Puedes bajar si quieres. Sé que estás ahí arriba.— Se colocó de espaldas hacia el cerezo.
—Ni se te ocurra mirar o te arranco los ojos.—
—Créeme, si te mirase yo mismo me los arrancaría.—
—Necesito coger mi ropa, ya casi la tengo.—
—A quien le diga que hay una elfa desnuda en el cerezo centenario intentando coger sus ropas...—
—No es mi culpa, no sé cómo han llegado aquí.—
—Quizá un elfo vengativo, orgulloso y narcisista las dejase.—
—¿¡Has sido tú!?— Exclamó enfadada, lo que hizo que se moviera y la rama la tambaleara, pero por suerte sólo fue un susto.
—¡Joder, me las pagarás!—
—De todas formas creía que saldrías corriendo a tu cuarto y no a seguirlas. Creo que Tanya tenía razón, eres estúpida.—
Tras unos minutos, esperando a que la elfa le respondiera, no escuchó nada más que el crujir de una rama. ¿Se habría caído del árbol? Por instinto miró hacia atrás y no vio nada, ni las ropas, ni la elfa desnuda.
—¿Te has hecho invisible?— Preguntó mientras miraba por la zona.
—Ojalá...— Salió detrás del arbusto que había por allí.
Había conseguido coger sus ropas, colocarse la camiseta y los pantalones, iba descalza pero al menos había conseguido cubrir su cuerpo. Pasó por al lado del elfo sin decir nada, estaba molesta y no lo ocultaba.
—Al menos ya sabes lo que se siente, sólo quería que probaras tu propia medicina, pero no hubiera imaginado que esto acabase así.—
—Si la mitad de las chicas que están "loquitas" por ti supieran esto...—
—Capaz se enamorarían más de mí, lo que sería un problema.—
—Tú sí que eres un problema.—
Al decir aquello Ran se marchó, el elfo se quedó satisfecho con su broma, al menos su sonrisa divertida le delataba. Quizá había encontrado una nueva forma de pasar su aburrimiento, y la elfa era la solución, pero, su mala suerte hizo que una tercera persona pasara por allí inesperadamente.
—Ezarel...—
—Ewe...— La sonrisa del elfo desapareció al encontrarse con la enfermera.
—¿Estabas con esa chica?—
—Si, es mi nueva asistente, ya te lo había dicho.—
—¿Es esa?— Miró hacia atrás, donde había visto pasar a Ran.—Vaya, no creía que fuera así. Es agradable.—
—¿Te vas a poner celosa ahora?—
—Si me pusiera celosa de todas las chicas que te rodean medio C.G estaría sin miembros.—
—Eso da miedo.— Rió.
Ambos se marcharon hasta el interior del C.G, Ran aún seguía por allí. Salía de la biblioteca de recoger un libro cuando vio a esos dos pasar al pasillo de las habitaciones. Discretamente los siguió. Llegaron al cuarto de Ewe y a pesar de que ella le indicaba entrar, él lo rechazó y se fue a su cuarto, solo. A la mañana siguiente, en el desayuno, Ran contó a las chicas lo que vio, omitiendo la pequeña broma que este le había realizado antes.
—¡Lo sabía!— Halane dio un golpe sobre la mesa.
—Deberías tranquilizarte, si sigues así van a tener que cambiar los muebles de todo el C.G.— Dijo Ran a su amiga.
—Tampoco sería un misterio— Esta vez habló Yachi.—Si ambos se atraen y casualmente están juntos, habría que aceptarlo.—
—Pero nunca han dicho nada y no lo aparentan delante de los demás.— Comentó nuevamente Halane.— Por cierto, ¿cómo fue la cita de esa arpía y mi elfo?—
—Pues normal. Tanya se le insinuó varias veces pero Ezarel no parecía interesarse mucho.—
—¡Bien! Chúpate esa mala arpía.—
Las chicas rieron ante el entusiasmo de Halane, por ahora había que seguir las tareas diarias. Se dirigieron a sus lugares correspondientes, mientras que a nuestra elfa le esperaba un jefe de la guardia en la sala de Alquimia.
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Del odio al amor... y viceversa
FantasyLas aventuras de una elfa que sufre bastantes situaciones desastrosas en su vida diaria en el mundo de Eldarya. Sobre todo por culpa de Ezarel y de su mala suerte. + Actualizaciones casi diarias. + Posibles spoiler de la historia original de Eldarya...