Elfa celosa.

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Ewe, la enfermera jefe de la guardia de Eel, estaba frente el elfo, con una de su mano sujetando su cadera.

—Preferiría hablarlo en privado.—

—Ya estamos en privado.—Replicó la elfa un tanto molesta. Pero se dio cuenta de que Ezarel portaba en sus manos algo.—¿Qué es eso?—

—¿Esto?—Lo levantó ligeramente y lo miró.—Es de mi asistente, se le ha tenido que caer antes y lo llevaba encima para dárselo.—

—¿Un amuleto para encontrar el amor?—Frunció el ceño un tanto molesta.—Casualmente venia hablar sobre ella.—

—¿De mi....?—

—De la elfa que te persigue a todos lados y que haces llamar "asistenta personal" aun que realmente es tan patosa e inútil que ni siquiera se para que la tienes. Tú mismo puedes hacerte cargo de las misiones, de tu trabajo sin ayuda de esa...chica.—

—¿Estas celosa?—

—No, no son celos... Pero...Ya no pasamos tanto tiempo juntos como antes y cuando hablamos y pasa por nuestro lado haciendo lo que sea que le has mandado hacer, te quedas mirándola...—

—*Eso es estar celosa*—Susurró el elfo.

—¡No lo estoy!—

—Esta conversación es absurda. Discutir por ella. Tan solo trabaja para mí, es mi nuevo objeto de entretenimiento. Cuando me canse de ella...—

—No tiene pinta de que te canses de ella, pero yo si me estoy cansando.—

—Ni siquiera somos pareja para que estés así. Solo nos... divertimos de vez en cuando.—

Roja de la rabia, Ewe se marchó del lugar, pisando fuerte en cada paso. Ezarel la siguió, dejando a la pobre Ran sola, subida en aquel árbol. Suspiró. Están en esa posición sin moverse ni nada había hecho que se le durmieran las piernas.

—Genial...Ahora ¿Cómo bajo?—

—¿Otra vez subida en un árbol? — El hombre misterioso apareció de nuevo.

—Tu... ayúdame a bajar.—

—No lo creo.—

Cuando el hombre enmascarado estaba a punto de irse, el ruido de una ramas romperse lo alertó, haciendo que mirase hacia atrás. No pudo y ni tuvo tiempo de esquivar lo que se le venía encima. Una elfa cayendo del árbol.

Y cayendo encima de él pudo amortiguar el golpe de la caída, salvo por una pequeña molestia en el pie.

—Mejor...mejor que nadie sepa que me he caído de un árbol— Dijo mientras intentaba sentarse en el suelo sujetando su pie.

—No me hace especialmente ilusión contar que una elfa me ha dejado casi K.O.—

—Je...— Intentó reír pero su tobillo estaba realmente dolorido.—Por cierto... ¿Cómo es tu nombre?—

—Ashkore.—

Tras decir eso se marchó. Ni siquiera ayudó aquella pobre elfa a levantarse.

—¿Y ahora como regreso al C.G?—

Se incorporó como pudo, agarrándose a lo que había, que si una roca, una rama, un brazo de alguien.

—Jod...¡Que susto!— Ran dio un salto que casi se cae nuevamente.—¿Qué haces aquí?—

—Tenía la esperanza de que aun estuvieras allí arriba.—Señaló con el dedo la copa del árbol—Y te encuentro coja. No me lo digas... Te caíste.—

—Completamente.—

—El lado positivo es que te torciste el tobillo, y no te rompiste la cabeza.—

Una vez en el C.G, nuestra elfa tenía que ir a la enfermería. Todas sus alertas se activaron, estaría con Ewe. La enfermera y amante de Ezarel.

Del odio al amor... y viceversaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora