<<Shiro: Un miembro de la Guardia Absenta, a veces un poco mal hablada, sobre todo cuando se enfada. Pero es de confianza y se hace querer, sin contar que esta loca.>>
Como fue dicho, Tanya se quedaría con la cita especial del premio, pero el pobre y desafortunado Ezarel no sabía nada de eso, y mientras que Ran portaba aquella montaña de cosas que su jefe había comprado, ella tenía que decirle sobre la cita. Así que, aprovechó que descansaban, bueno, realmente el que descansaba sentado era Ez, ya que no le había dado permiso para que ella se sentase, para contarle lo que ocurría.
—Esto, jefe.—
—¿Si?— Ezarel miraba sus cosas y disfrutaba de sus compras. –Todo lo que he comprado y aún tengo maana suficiente para dos meses más.—
—Quería hablarte sobre la cita del premio.—
—La rechazarás.—
—El caso es que... Alguien me ayudó para que ganara el torneo y pues esa persona ha pedido una cita contigo a cambio.—
—¿¡Qué!?— Se levantó y se colocó delante de ella, haciendo que a su lado se viera diminuta. Después de maldecirla mil y una veces, aceptó la cita, pero con una condición.
—Tú estarás presente y serás la camarera.—
—¿Eh? No creo que eso le guste a Tanya...–
—¿Crees que me importa lo que le guste? Por tu culpa tengo que cenar con alguien... en un entorno, "romántico" porque en eso consistía la cena.—
Antes de que el momento de la cita romántica llegara, Ran tenía que preparar el sitio. Sería en el comedor, todas las mesas tenían que ser apartadas, debía colocar velas, flores y preparar la comida, ya que Karuto no iba a estar disponible. Mientras que se encargaba de todo, algunas de sus compañeras fueron para ver como iba la cosa.
—No me puedo creer que Tanya cene con mi hombre.— Replicó Halane.
—Pero ya te vale, mira que hacer trampas.— Liadan regañó a la pobre elfa.—Si tan mal te iba a ir con el elfo, podrías haberlo dicho, algunas te hubiésemos ayudado, al menos con el maana, la cita es sagrada.—
—Totalmente de acuerdo. Me hubiera ahorrado ser arrastrada por el suelo de esa manera.— Dijo Red la cual aún tenía algunos rasguños.
—Lo siento. Realmente estaba desesperada y Tanya... bueno, ya sabéis el resto.—
Halane dio un golpe contra la mesas irritada.—¿¡Pero por qué!? Hubiera preferido cualquiera de nosotras antes que a esa... arpía, para que cenara con alguno de los jefes.—
—Ya está, Halane.—Mei se colocó detrás de ella y acarició su cabeza como si de un cachorrito se tratara.—Ya pasó.—
—¡Quita!— La apartó de mala manera y Mei estalló en un carcajada.
—Entonces, ¿te encargarás de ser la camarera toda la noche?— Preguntó Kira mientras se colocaba a su lado.
—Si, sobre todo me ha dicho que ni se me ocurra moverme de al lado de la mesa. Encima voy a tener que escuchar su conversación.—
Cuando las demás se fueron, Tanya hizo presencia.
—Que bien que te encuentro antes de la cena. Quería pedirte que si podrías desaparecer mientras que estoy con Ez.—
—Oh... bueno, debo estar aquí, seré vuestra camarera esta noche.—
—Quizá no me has entendido, quiero que te largues, no quiero que mi velada de dos personas se convierta en tres, ya nos la arreglamos nosotros.—
Ran se quitó el delantal y se disponía a salir por la puerta cuando el elfo entraba a su vez.
—¿A dónde vas?— Le preguntó
—Tanya me ha dicho que me fuera.—
—¿Y eres la sirvienta de Tanya? No, ¿Verdad? Pues vamos.— La agarró del brazo y la llevó arrastrando hasta la mesa.
Ez se sentó, parecía disgustado, pero no tanto como su cita la cual estaba llena de rabia por la presencia de Ran. Después de colocar los platos a cada uno, Tanya le indicó a la camarera que podía retirarse, Ez se negó. A pesar de su cara de pocos amigos, la joven comenzó a hablarle al elfo en un tono muy seductor, por el contrario, el elfo respondía muy borde y con prisa para largarse cuanto antes de allí.
—Ezarel, podrías haber elegido a cualquier chica para que te ayudara con las tareas, sé que tienes mucho trabajo, ser el jefe de la guardia es algo complicado. Yo podría también ayudarte.—
—No, gracias. Con una "asistente" me sobra.—
—Siempre puedes cambiarla.—
—¿Serías capaz de dejar todo lo que estés haciendo en el momento que yo quiera y venir hacer lo que te pido? Así sea, ¿limpiar la fuente de los familiares, probar mis pociones, hacer mi colada, o ser mula de carga cuando tenga que hacer compras masivas?—
La joven lo miró sorprendida y volteó la vista a Ran, la cual asintió. Estalló en una carcajada, un tanto molesta para los oídos ajenos, sobre todo para los dos elfos.
—¡Eso no es ser una asistenta, es ser estúpida!— Siguió riéndose y parecía no acabar nunca.
—Maldita sea...—Murmuró Ran y después miró al elfo, el cual la miró con una sonrisa traviesa y sincera. Sin saber como, la elfa se sonrojó ligeramente, aquellos ojos verdes mirándola de esa forma, los cuales nunca antes la habían mirado así.
En el postre, incluso el elfo parecía más cómodo hablando con Tanya, quizá el ser ambos seres malvados los hacia llevarse bien entre ellos. Quizá este era el comienzo de una bonita amistad entre villanos.
Cuando la cena estaba terminada, Ezarel se marchó, la elfa se quedó recogiendo todo aquello, pero Tanya regresó para hablar con ella.
—Debería darte las gracias, nunca hubiera conseguido esta cita sin ti.—
—Sí, pues... de nada. No me debes nada.—
—Cierto, porque fue a cambio de algo que te di, pero, seamos sinceras, no me gustas, y no te gusto, y ahora mismo eres un obstáculo entre Ez y yo.—
—¿Y qué quieres que haga? Soy su asistente.—
—Exacto, eso quiero que comprendas. Eres "sólo" su asistente, y deberías saber que, la plebe...— Tanya agarró un vaso de agua que había encima de la mesa.—Debe estar alejada de nosotros.—Al terminar de decir eso, volcó el vaso sobre la cabeza de la elfa, haciendo que esta se sorprendiera por dicha acción.
—¿Estás loca?— Colocó sus manos en su pelo, que tanto le había costado recoger en dos trenzas para más comodidad.
—Solo quiero que sepas, cual es tu lugar.—
—Si te preocupa que pueda estar interesada por ese elfo orgulloso y narcisista que tanto adoras, estas de suerte, no me interesa para nada, lo único que me une a él es el castigo que me impuso.—
Después de eso, aquella señorita se marchó con un movimiento de cadera extremadamente marcado, dejando a la elfa con su enfado.
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Del odio al amor... y viceversa
FantasíaLas aventuras de una elfa que sufre bastantes situaciones desastrosas en su vida diaria en el mundo de Eldarya. Sobre todo por culpa de Ezarel y de su mala suerte. + Actualizaciones casi diarias. + Posibles spoiler de la historia original de Eldarya...