Del odio al amor... y viceversa

Invasión de sirvientas.

A tan solo tres horas de que el invitado famoso apareciera en la ciudad de Eel. Los preparativos estabas casi listos. Las chicas solo tenían que ponerse esas ropas tan especiales e ir a su lugar de trabajo ese día.

Menos una, la cual tenía que llevar unas cosas a la sala de alquimia. Preparada para la ocasión con el disfraz puesto, se acercó hasta donde tenía que colocar unos pedidos para Ez. Ella entro sin avisar, y muy a su pesar vio a una chica hablando con el elfo.

Rápidamente se quedó quita, por suerte, el jefe de la guardia estaba de espaldas y tapaba la visión de aquella joven.

—Ez... ¿Por qué no nos divertimos hoy tú y yo? Vayamos juntos al evento y después pasamos a temas de adultos.—

—Ewe. Hoy estoy ocupado. —

—¡Maldita sea, Ez! Hace mucho que no estamos juntos. ¿Qué pasa contigo? Si no quieres nada de mí, dímelo y dejo de perder el tiempo contigo.— Ewe se dio cuenta que no estaban solos.—Genial... Público. Ya sabes dónde encontrarme si aún quieres saber de mi.—

Enfadada se marchó mirando de reojo a Ran.

—Tenéis una relación, curiosa.—

—Nadie te ha preguntado.—Se giró hacia la elfa y se quedó un tanto sorprendido por sus ropas.—Vaya... ¿Y se puede saber el motivo?—

—Llevo el "Maid Café". Te lo dije.—

—No sabía que también llevarías ese traje. Lo bueno que después del evento puedo ordenarte que te lo pongas para cuando trabajes conmigo.—

—Si... En tus sueños. Cuando acabe el evento lo voy a quemar. Es incómodo y apretado. No quiero ni imaginar la cantidad de pervertidos que van a intentar mirar debajo de las faldas.—

—Y lo que no es falda...— Repasó toda su vestimenta. Aquellos ojos verdes recorrieron el cuerpo de la joven.

Avergonzada, dejo lo que había traído e intentó marcharse. Pero el elfo la detuvo.

—Espera. Debes colocar eso en su lugar. No lo dejes ahí tirado.—

—Tengo que ir a la tienda con las demás. Y ni tu puedes impedirlo, pedí permiso a Miiko.—

Con una mueca de fastidio en la cara, vio como la elfa se alejaba.

Una vez en la tienda, las demás jóvenes estaban allí, en sus puestos y listas para empezar con la jornada que tenían por delante.

Poco a poco la gente curiosa, sobre todo hombres, entraban al sitio, las chicas, como si de profesionales se trataran atendía a la gente.

Las más solicitadas eran Halane, ya que algunos preferían que los trataran mal, siendo bordes, junto con Meiling y Shiro. Para tratos más amables estaban Ran y Red y para quienes querían ser mandados de una forma más elegante pero sin perder ese sentido de autoridad, Liadan y Kira.

De repente las chicas se pusieron nerviosas. Los jefes de la guardia entraron juntos, no sabían que hacer. Amablemente y de forma profesional, Yachi junto con Nifer, les preguntó qué tipo de servicio querían.

—Tenemos el pack rebelde, el pack mandonas y por último el pack dulce. ¿Cuál preferís?— Preguntó Yachi, mirando a los tres.—

Algo confundido por que no sabían a que se estaban enfrentando pidieron una explicación. Nifer, continuo la charla.

—Las chicas asignadas con el pack rebelde os trataran de una forma bastante ruda y sin ser muy amigables. Las mandonas incluso pueden decidir lo que vais a tomar y las del pack dulce serán muy amables y os trataran como reyes.—