Del odio al amor... y viceversa

Preparativos.

<< Halane: Obsesionada con Ezarel desde que lo vio por primera vez. Tiene una mente muy pervertida, a veces da miedo de lo que es capaz de hacer sólo para estar a unos centímetros del elfo. >>

Cuando las pobres chicas acabaron de limpiar aquel día, el cual parecía interminable, una tarea más les fue encomendada. Ayudar con los preparativos más complicados para el festival. Todas menos una, que tenía que ir rápidamente a cumplir órdenes de un elfo maligno.

—¿Sabes por qué he pedido que vinieras?— Preguntó el elfo mientras se sentaba en una silla en la Sala de Alquimia.

—Supongo... porque querrás que realice alguna orden.—

—No vas del todo equivocada.— Sonrió maliciosamente— ¿Eres buena luchando cuerpo a cuerpo? ¿Tienes resistencia física?—

—¿Eh? ¿Cuerpo a cuerpo? ¿Resistencia?— Se quedó pensativa unos segundos, recordando todas las clases que dio y que fueron totalmente desastrosas. —No, definitivamente no.—

—Vaya, tenía la esperanza de que pudieras hacer algo decente.— Se levantó de la silla y se acercó a la elfa.— Tendré que pedir a alguien que te prepare.—

—¿Para qué?—

—¿No has oído lo del festival? Se celebra un campeonato, solo pueden participar mujeres. Dicen que es un juego de humanos popular, y quieren ver que tal reaccionaría la gente.—

—¿Por qué te interesa a ti que participe?—

—El premio es de 10 mil maana y la cena con uno de los jefes de la guardia a elegir. Si ganas tú, me ahorraría cenar con alguna, ya que no me elegirás a mí y podré conseguir esos maana que me vendrían bastante bien.—

—¿Por qué dices que no te elegiré a ti?— Lo miró confusa.

—Porque si lo hicieras, creerás que Miiko es un conejito lindo y achuchable comparado conmigo.— Sonrió de una forma que daba temor.

Ran tragó saliva. Ahora su jefe le pedía ganar esa competición. Pero, ¿qué pasaría si no la ganaba?

Así que se dispuso a entrenar cuando tenía algo de tiempo, ya que preparar el festival también era parte de su castigo grupal.

—Creo que voy a morir por cansancio.— Dijo mientras se sentaba al lado de sus compañeras. Las cuales estaban comiendo.

—Realmente es tentador ganar el campeonato, pero no han dicho que tipo de pruebas son exactamente.— Comentó Shiro.

—¿Vais a participar todas?— Preguntó curiosamente la elfa.

—¿Y dejar pasar la oportunidad de acosar durante toda una noche a ese elfo con cuerpo de dios?— Halane se metió en la conversación mientras que dejaba su vaso en la mesa brutalmente.— ¡Merecería el castigo más grave si no participo, y no ganase!—

—Vaya dramática.— Esta vez habló Mei.

—Habló la que quiere estar a solas con el vampirito y hacerle cosas indecentes.— Halane fulminó a la pobre Mei con la mirada.

Meiling, indignada le lanzó a la cara un trozo de pan, le dio justo en el entrecejo. Esta pasó su mano por la zona del dolor y le devolvió el cacho de pan que pudo esquivar fácilmente. Ante aquella mini batalla campal con panes de por medio, las demás chicas siguieron hablando sobre el festival. Quien empezó fue Lia.

—Entonces, deberíamos investigar sobre las pruebas. Quizá si preguntamos alguno de los que se encargan de gestionarlo nos lo cuenten.—

—Dudo mucho que digan algo así. De lo contrario Ezarel me hubiera dicho algo más, desea ganar a toda costa, ósea, que YO gane a toda costa.—

—Si no fuera porque quiero una cena con el ojitos dorados, te ayudaba.— Comentó Kira.— Puede que sea la primera vez que tengamos que competir seriamente para ganar y ser rivales.—

—Pues en tu caso lo tienes más chungo.— Shiro abrió la boca y todas callaron ante su frase, preguntándose el "¿Por qué?". —Dado que Yachi y tu queréis una cita con el mismo señor musculoso.—

—Se avecina drama absentariano.— Rió Meiling.

Las dos tenían razón, tanto Yachi como Kira, habían sido flechadas por el jefe de la Guardia Obsidiana. A pesar de todo, no tenían rencor la una a la otra, ya que, ambas, estaban en la misma situación con él, es decir, indiferentes ante los ojos de Valkyon.