<<Genet: Una compañera que suele hacer misiones de bajo riesgo en la guardia. Sobre todo relacionado con las tiendas que hay en los alrededores del mercado. Es bastante popular entre todas las gente del refugio.>>
Los días pasaban en el C.G, misiones, lecciones, rumores y cotilleos tontos llenaban de vida el lugar. La gente hacia una vida normal y sin más preocupaciones por el momento.
Todos, menos una elfa la cual había realizado un pacto con un señor que no sabe sus verdaderas intenciones, que le dio el libro que buscaban a cambio de algo.
Mientras que ayudaba a preparar una poción al jefe, cortando unos ingredientes, la elfa pensaba en lo sucedido en aquella ciudad. Su relación con el elfo no mejoraba y no podía contarle a nadie como había conseguido el libro. El elfo interrumpió sus pensamientos, para su mala fortuna se hizo un pequeño corte en el dedo.
—¡Auch!— Rápidamente se llevó el dedo a la boca por acto reflejo.
—¿Realmente eres torpe o te entrenas a diario?— Ez agarró los ingredientes por sí mismo, dado que su ayudante era una torpe en potencia y temía que se le fuera a caer algo. —Si sigues así, creo que te voy a despedir.—
—¿Enserio?— Preguntó con una sonrisa, podía ser su única vía de escape.
—No. Seguirás siendo mi asistenta, hasta que me aburras.—
Su sonrisa desapareció, en comparación a la de Ez. Pero quizá, el mismo le acababa de dar una pista de cómo podía dejar de ser su asistenta. Conseguir que el mismo elfo la despidiera. Eso significaba, reunión de chicas.
—¿Y cómo piensas hacer que te despida?— Preguntó Kira la cual se disponía a sentarse en un banco.
—¿Qué es lo que más odia ese elfo?— Preguntó sonriente la elfa
—¿Una psicópata llamada Halane?— Bromeó Meiling.
—Realmente quieres morir, ¿verdad Mei?— Halane le puso mala cara.
—¿Qué lo molesten mientras trabaja?— Dijo Liadan.
—Sí. Más allá de todo eso, el elfo quiere hacer todo perfecto. Sin errores, pero... ¿y si últimamente me vuelvo torpe y le causo problemas? Seguro que se cansa y me despide.—
—Pero si da de por si eres torpe y le causas problemas.— Añadió Halane.
—Me sorprende que no te haya mandado a paseo antes.—
—En eso lleva razón.— Kira aportó más información sobre el asunto.—Después de los líos que te has metido, las bromas que le has hecho y lo patosa que eres mientras le ayudas haciendo pociones y demás, es sorprendente que aun quiera que trabajes para él. O te tiene lastima o es que en un futuro te usará como sacrificio para algo.—
—No me sorprendería.—Es vez habló Nifer.— Las orejas de elfa son algo valiosas para algunos y algunas... y puede que en una poción sea un ingrediente muy potente y escaso.—
Kira y Ran la miraron con rabia ante el comentario de las orejas de elfa. Pero rápidamente volvieron al tema de cómo conseguir que Ezarel la despida. Intentaron pensar entre todas, pero aún no había ninguna idea que fuera lo suficientemente buena, como para llevarla en un plan.
Mientras, las tareas había que hacerlas. Nuestra protagonista llevó unos libros que le habían pedido en la zona del mercado. Para la empleada que los quería urgentemente.
—Buenos días, aquí te traigo los libros. Genet.—
—Gracias, me salvas la vida.—La joven sonrió dulcemente mientras los revisaba.
—¿Y cómo va la tienda? He oído que no es la primera vez que realizas una misión aquí, que la jefa pide ayuda constantemente a los miembros de la guardia para atender su tienda.—
—Me va bien, y si, no es la primera vez que vengo aquí en misión de ayuda, pero sinceramente, creo que estas cosas no funcionan.— Mostró uno de los collares que llevaban en ellos una piedra un tanto rara.
—¿Y que se supone que hace?—
—Pues depende para que la quieras: Suerte, amor, maana, salud...—Genet explicaba con entusiasmo el misterio de los collares, al fin de cuentas, una misión es una misión, tenía que cumplir con lo pedido.
—No tendrás ninguno para que tu propio jefe te despida, ¿verdad?—
—Mayormente la gente quiere el efecto contrario, no que la despidan. ¿Tanto te molesta Ezarel?—
—Si solo fuera molestar...—
De repente una cara familiar asomaba por el escaparate de la tienda. El elfo, con los brazos cruzados miraba su interior, con su dedo hizo una seña a Ran para que saliera.
Siguiendo sus órdenes salió, se despidió ligeramente de Genet y se encontró con la mirada de Ezarel.
Pero ni ella misma se había dado cuenta que su compañera le había metido uno de esos famosos collares en su bolso. Pero ¿Cuál? ¿El de amor? ¿Fortuna? ¿Salud?
—Ven.— En las afueras del C.G, Ezarel le indicó que se pusiera delante de un árbol.—Dado que eres experta en treparlos, necesito que subas ahí y recojas esos frutos.—
—¿¡Qué!? ¿Por qué?—
—Para un ingrediente. Venga. Sube.—
Enfurruñada y muy a su pesar empezó a subir. Mientras trepaba, algo de su bolso cayo. El famoso collar de antes.
Ezarel lo recogió del suelo y lo miró.
—¿Esto no es uno de esos collares que usan ahora las chicas?— Lo alzó par que la elfa lo mirase.—Estaba en tu bolso.—
—Genet debió meterlo ahí. Yo no compré nada.—
El elfo miraba el collar sonriendo, pensando como algo asi podía funcionar. Pero la sonrisa del elfo desapareció en cuanto vio a otra persona.
—Oye, esclava. Oigas lo que oigas, no hagas ruido, no hables, ni respires.—
Confundida miró hacia donde se encontraba Ez, siguiendo su mirada contemplo como Ewe se acercaba hasta su posición. Se ocultó todo lo que pudo entre las ramas de aquel árbol.
—Hola, Ez... Tengo que hablar contigo.—
—¿Podría esperar? No es el lugar ni momento adecuado.—
—No, no puede esperar. Es sobre nosotros. Tenemos que hablar.—
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Del odio al amor... y viceversa
FantasyLas aventuras de una elfa que sufre bastantes situaciones desastrosas en su vida diaria en el mundo de Eldarya. Sobre todo por culpa de Ezarel y de su mala suerte. + Actualizaciones casi diarias. + Posibles spoiler de la historia original de Eldarya...