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DALLAS

Dormí como hace mucho tiempo no lo hacía , pasaban de las 12 a.m. Hace mucho tiempo que no dormía tanto, aún acostada en mi cama hice un análisis de la noche anterior.

Realmente escuche sinceridad en la voz de Max, pero esto,era suficiente para perdonarlo, yo había sufrido mucho en los meses pasados, me sentía temerosa, triste, principalmente sola.

Como saber si el era sincero, como saber si podía confiar en el, podría darle una segunda oportunidad?, dios mi cabeza se sentía como si fuera a explotar.

Sabía que no había nadie en el departamento, Anna trabajaba principalmente en las mañanas, así que estaría sola en el departamento un par de horas más.

Salí a la sala y confirme que no había nadie, así que me fui a la cocina a tomar un poco de café, escuche como se abría la puerta del baño, Anna debió de haber faltado al trabajo, algún día Jackson se iba hartar y la correría.

Mi sorpresa fue que no era Anna la que había salido, si no Max, dios me quede paralizada , no sabía que hacer. Simplemente me quede parada del otro lado de la cocina, viendo cómo el hombre más guapo que alguna vez había visto estaba llenado hacia mi.

Max debió de haber mandado a traer ropa, por qué obviamente no llevaba la misma que ayer, ahora traía una playera blanca, jeans y su chaleco habitual, los dos nos quedamos en silencio, sin saber que decir o hacer.

Yo estaba cansada, cansada de huir, cansada de ser el juguete de todos aquí, cansada de estar enojada, me pregunté si en algún momento me había perdido a mi misma, no quería sentir, realmente no, pero sentía mucha ira, mucho miedo y tristeza,pero también a pesar de todo aún sentía como mi corazón latía por el hombre que se había acercado a mi ,sin que me diera cuenta.

El tomo la taza del café que aún yo tenía en mi mano, la puso sobre la encimara y me abrazo, yo no pude contener las las lágrimas y simplemente escondí mi cabeza en su pecho, por más que intente ,no pude parar, el besaba mi cabeza, y me acariciaba la espalda y empezó ha hacer ese ruido que hacen las personas cuando arrullan a un bebé. Sin más el me cargo y me llevo al sofá de la sala, me sentó en sus piernas sin soltarme mientras yo seguía llorando.

M- Tranquila nena! Tranquila! Ya estoy aquí! Sé que la cage amor, lo sé! Y también sé que no merezco tu perdón, en serio sé que soy un idiota, pero por favor amor, no llores, nadie merece tus lágrimas, ni si quiera yo. Dios! ¿Que te he hecho amor?

D- Dime...que...que hice? Dime por qué ...me engañaste? No entiendo nada, no lo entiendo! - dije llorando, las lágrimas no permitiendo hablar normal.

M- nena- tomo mi cara entre sus manos haciendo que yo lo viera - Tú no hiciste nada malo, me entiendes, nunca has echo nada malo, fui yo el que no supo valorar lo que tenía, solo yo.

D- No entiendo! - recargue mis manos en su pecho para alejarme, pero el no me lo permitió- mi vida fue un desastre estos meses - la ira empezaba a tomar lugar en vez de la tristeza, -fui tu burla Max, la burla de todos, todo el mundo sabía que habías mandado por tu puta, que la ibas a hacer tu mujer, tu propiedad, ella mismo lo dijo.

M- Dallas ni en un millón de años haría a una puta mi mujer, nunca, además como voy a hacerla mi mujer , si ya te tengo a ti.

D - Entonces explícamelo, dime por qué me engañaste, querías hablar, pues habla ,dime el por qué.- mi voz era una mezcla rara entre ira y lágrimas.

Max se puso muy serio, permitió que yo me moviera para poderme sentar en el sofá. Al instante que estuve sentada sola ,mi cuerpo extraño el de el, se sentía tan bien estar entre sus brazos. Pero no por eso iba a dar mi brazo a torcer.

Amor y balasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora