Stay with me

Capítulo 6

Beca miraba a todas partes mientras iban por la Hacienda. De vez en cuando escuchaba algún gritó de dolor y Newt le explicaba que era gente que pasaba por el Cambio.

Beca se preguntaba si alguno de ellos sería el tal Alby, que suponía que era muy amigo de Newt por como había hablado de él. Antes de salir, se quedó clavada al ver el retrato de una mujer. Le faltó el aire por un momento y no sabía ni por qué.

–¿Quien es?– Preguntó sin dejar de mirar.

–Nadie lo sabe. Estaba aquí para cuando nosotros llegamos.

–Vale...

Quería aparentar que todo estaba bien, pero aquel retrato le ponía los pelos de punta y la enfadaba. Al salir de nuevo al Claro respiró un par de veces y se sintió mejor. Newt le había preguntado si tenía hambre mientras iban hacia la cocina de Fritanga.

–¡Eh! Buenos días pelirroja.– Dijo Fritanga al verla y después saludó a su amigo:– Newt.

–¿Qué hay, Fritanga?

–¿Qué tal la primera noche?– Le preguntó a Beca.– Has dormido en la Hacienda así que no te quejarás.

–No ha sido la mejor noche de mi vida que digamos.

–¿No? ¿Ni siquiera en el cuarto de este?– Señaló a Newt con una espátula.– Nadie entra ahí sin su permiso, que rara vez lo da.

–Fritanga, ¿aprecias mucho tus dedos?– Dijo este jugando con un cuchillo.

–Foder tío. Sólo intentaba ser simpático.

–Pues no te ha salido muy bien.

–Anda largo. ¡Desayunad fuera de mi cocina!

Newt negó con la cabeza mientras se reía un poco y después salió seguido de Beca.

–¿Todos os lleváis así de bien?

–Llevamos dos años malditos aquí dentro. Nuestras relaciones son especiales.

–Y tanto...

Ambos desayunaron tranquilos, sin hablar mucho y sin mirarse directamente a la cara. Beca miraba de vez en cuando a las puertas del laberinto, pensando en que Minho y Thomas estaban ahí dentro, como le habían explicado el día anterior.

–Vale, voy a explicarte cómo funciona el Claro.– Dijo Newt cuando terminaron de desayunar.– El Claro está dividido en cuatro secciones: Los Huertos, La Casa de la Sangre, La Hacienda y Los Muertos. Los Huertos es donde cultivamos nuestra comida. El sistema de riego funciona por unas tuberías que hay debajo del suelo por que aquí nunca llueve.

–¿Nunca?

–Nunca.– Hizo una pausa.– La Casa de la Sangre, donde cuidamos y más tarde sacrificamos a nuestros animales. Ya has visto la Hacienda y Los Muertos es como nuestro cementerio. Está escondido en el bosque, donde todo es un poco más sombrío.– Dije señalando la zona con la cabeza.– ¿Alguna pregunta por ahora?

–Demasiadas.

–Entonces termino de hablar y luego preguntas.

–Pero...

–Escucha, de normal pasarías un par de semanas con cada guardián, aprendes lo que hacen y luego te colocaríamos en algún trabajo, pero estamos en un momento un poco complicado ahora mismo, así que habrá que acelerar un poco el proceso.

–¿Y que trabajos hay por aquí exactamente?

–Pues están los deambulantes, los cortadores, los mediquero...

–¿Y los corredores?

Newt se paró en seco, se dio la vuelta y miró a Beca preocupado. Era la primera vez que ella le veía así, pero no entendía por qué, ella lo había dicho completamente en serio.

–No.– Dijo tajante.– Ni hablar.

–¿Qué? ¿Por qué no puedo ser corredora?

–Porque no quiero que tú...

–¿No quieres que yo que?

–Ser corredor es peligroso.– Dijo al fin.– Más de lo que crees. Y ahora mismo no creo que dejarte entrar ahí dentro sea lo más sensato.

–Pero Minho y Thomas podrían entrenarme. Newt, de verdad que siento la necesidad de entrar en el laberinto.

–Eres igual de cabezota que Tommy. A él le permitireron serlo únicamente porque salvó a Alby y a Minho.

–Newt, por favor.

–No puedo pasarme el día discutiendo contigo. Tengo cosas que hacer.

Beca quiso seguir hablando, pero antes de que pudiera decir nada, Newt se marchó. Odiaba que la dejaran con la palabra en la boca. Pensó en volver al bosque a estar sola, pero antes de entrar, vio a Teresa bajo un árbol, mirándola y decidió acercarse a hablar con ella.

–Hola.– Dijo y se sentó junto a ella.

–¿Necesitas una amiga?

–¿Somos amigas?

–Yo creo que deberíamos serlo. Al fin y al cabo, estamos solas y rodeadas de chicos.

–Eso es cierto.– Se rió.

–Te he visto discutiendo con Newt. ¿Qué le has dicho?

–Que... quería ser corredora.– Bajó el tono en la última frase.

–¿Corredora? Sí que estás perdida.

–¿Tan terrible es?

–¿Por qué quieres entrar ahí exactamente?

–No puedo explicarlo. Hay algo que me llama.

–Igualita que Tom.

Beca resopló. Llevaba menos de un día en el Claro y ya habían conseguido sacarla de quicio. Odiaba las comparaciones, y odiaba que todo el mundo dijera que se parecía a Thomas cuando llegó. Aunque eso le dio una idea, pero si quería llevarla a cabo, debía hacerlo cuando los corredores volvieran y antes de que se cerraran las puertas, lo cual la dejaba con poco márgen de tiempo.