Los chicos se dieron la vuelta al escuchar aquello y después todos los raros que había allí gritaron subiendo el tono hasta casi desencajarase la mandíbula y después fueron hacia ellos.
–¡Todo el mundo a correr!– Gritó Minho y todos salieron corriendo.
Los chicos corrieron por la ciudad intentando evitar a los raros que salían por todas partes y les perseguían como una avalancha.
–¿Cuánto tiempo llevas así?– Le preguntó Thomas a Newt mientras corrían.
–¿Eh?
–¿Cuánto tiempo llevas con el brazo así?
–¡Tommy, no creo que sea el mejor momento para discutir eso! ¡Por ahí!– Gritó señalando un callejón por el que entraron todos.
Pero Thomas no podía evitar preocuparse. Había visto a su mejor amigo enfermo por primera vez y se le había marcado a fuego la imagen de Newt levantándose la manga y admitiendo públicamente por primera vez que era un raro. Un enfermo por el Destello.
Entraron en el callejón y se mantuvieron en silencio mientras la oleada de raros pasaba delante de ellos.
–¿Creéis que nos habrán visto?– Preguntó Sky pero antes de que nadie pudiera contestarla, Minho hizo que se callara tapándole la boca y haciendo la callar.
Se quedaron en silencio todos juntos sin apenas fuerzas para respirar, empapados en sudor y miedo. Sidney había sido una de las primeras en entrar en el callejón, por lo cual, su espalda daba a la otra parte del callejón. Sintió unos ojos clavándose en su nuca y se dio ls vuelta lentamente. A la salida del callejón había una niña con un vestido que antaño habría sido rosa, con unas trenzas negras impecables y que agarraba una muñeca como si su vida dependiera de ello. También estaba infectada.
–Esto... ¿chicos?...
Todos miraron a la niña y se asustaron al verla. Aún así, intentaron parecer simpáticos, sonrieron y la dijeron que se mantuviera callada, pero en vez de eso, la niña gritó. Gritó tan alto que la ciudad entera se habría dado cuenta. Los chicos salieron corriendo por el otro lado antes de que los raros llegarán y siguieron corriendo.
–¡Hay que salir de la ciudad!– Gritó Sky.– ¡Los raros no nos seguirán si salimos!
–¿Enserio? ¡Yo quería quedarme una semana de vacaciones!
–¡Calla y corre, Minho!
Corrieron durante un buen rato hasta que vieron por fin la frontera de la ciudad y aceleraron para salir de una vez. Pero antes de llegar, uno de los raros, una mujer, salió de un edificio atravesando el cristal, agarrando a Newt por los hombros y tirándole al suelo.
–Hacia mucho que no veía un chico tan guapo con un pelo tan bonito como el tuyo.– Dijo ella sonriendo con sus dientes negros y podridos mientras le acariciaba el pelo y él forcejeaba para soltarse, pero ella tenía más fuerza.– Quédate conmigo, guapo. Para siempre.
Newt miró a la cara a aquella mujer y por un momento pensó que estaba a punto de matarle, pero antes de que pudiera seguir sonriendo, alguien la golpeó alejándola de él. Beca se puso delante de Newt, que seguía tirado en el suelo y le lanzó una lanza a la mujer clavándosela en el pecho. Un chorro de sangre salió de su boca mientras caía al suelo.
–Búscate a tu propio hombre, zorra.
Acto seguido, cogió a Newt de la muñeca, levantándole de un solo tirón y le sacó de la ciudad con el resto. Cuándo cruzaron la frontera se sintieron seguros todos juntos al ver a varios raros en las ventanas y en frente de ellos que se negaban a abandonar su ciudad. Los chicos se relajaron y sonrieron al ver que se alejaban lentamente.
–¿Estás bien?– Le preguntó Beca a Newt sin soltarle la muñeca, pero cuando él la miró, todos vieron que estaba hecho una furia.
–¡¡Pero como se te ocurre!!– Gritó separándose de ella.–¿¡Sabes lo peligroso que ha sido lo que acabas de hacer!?
–¿Pero que dices?
–¡No te hagas la loca! ¡Podrías haber muerto!
–¿Me estás diciendo todo esto por salvarte la vida?– Dijo Beca subiendo el tono hasta gritar la última palabra.
–¡¡Si!! ¡Podía salir de eso yo solo!
–¡Pero si estaba punto de matarte! Si no llega a ser por mi, ahora mismo tendríamos un cadáver del que ocuparnos, ¡y créeme si te digo que lo último que quiero ahora es verte muerto!– Dijo acercándose a él hasta empujarle en la última frase.
Beca empujó a Newt con todas sus fuerzas y le tiró al suelo. Al verle en el suelo, mirándola de aquella manera mientras ella estaba furiosa, con la respiración agitada y la sangre hirviendo, Newt comprendió que se había pasado. Y Beca también supo que se había pasado al ver que no pudo controlarse ante la ira. Se dio cuenta de que tenía los puños cerrados, entonces se relajó y se miró las palmas de las manos antes de girarse hacia las chicas.
–Ayudadme.– Les rogó.
Las chicas cogieron a Beca cada una de un brazo y la alejaron un poco. Le dijeron que se pusiera de rodillas y que llevara las manos a la espalda. Después, mientras Sidney le ataba las muñecas, Sky le inyectó el retardante el hombro, lo cual le hizo gritar. Newt no podía seguir viendo aquello, así que se levantó y corrió hasta ellas, pero antes de llegar Sidney le detuvo mientras Sky intentaba calmar a Beca.
–¿Que le habéis echo? ¡Soltadla!
–No podemos, Newt.
–¡Está sufriendo!– Gritó con los ojos rojos mientras sus amigos se acercaban para calmarle un poco.
–Newt, relájate.
–¡No quiero!
–Hacemos esto por su bien. Y por el tuyo. Nos pidió que hiciéramos esto cada vez que tenía un brote de locura. La mantendrá a raya durante unas horas.
–¿Y es necesario atarla? Beca no es ningún monstruo.
–¿Quién te crees que nos pidió que la atasemos?
Sidney miró a los chicos por última vez y después volvió con las chicas. Newt se agarró del pelo y se alejó un par de pasos culpándose de todo mientras sus amigos le seguían.
–Esto es culpa mía. ¡Todo es culpa mía! si no le hubiera gritado...– Dijo y se arrodilló.
–Calmate, Newt. Todo saldrá bien.
–¿Puedes asegurarmelo, Tommy? ¿Eh? ¿¡Puedes!?
–Yo...
–Escucha, no vamos a permitir que os pase nada.– Intervino Minho.– Ni a ti ni a Beca. Y no quiero decirte que si hace falta haremos lo mismo contigo que con ella, pero...
–Minho.
–Lo siento.
–Todo va a salir bien, Newt. Encontraremos una cura.– Thomas le puso la mano en el hombro y ambos intentaron sonreír, pero ninguno pudo.
–Chicos.– Dijo Sky levantando a Beca, la cual estaba algo drogada.– Vamonos.
–Espero que tengas razón, Tommy. Por qué no podré soportar verla así durante mucho tiempo. La necesito de vuelta.
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Stay with me
Fiksi PenggemarEl problema no fue la primera chica, sino la segunda. La segunda chica fue quien dejó a todo el Claro con la boca abierta cuando la Caja subió un día que no tenía que subir, y en un momento en el que no tenía que subir, especialmente a Newt, quien s...