Todo el mundo se despertó de golpe cuando escucharon el ruido de un tren. Al principio estuvieron a punto de salir corriendo, pero luego recordaron que no estaban en peligro y entonces de relajaron un poco.
–¿Ya es de día?– Preguntó Sky.
–Ni idea.
–¿Cuánto hemos dormido?
–Los trenes no pasan de noche por lo del toque de queda, así que supongo que ya será de día.
–¿Entonces ya es seguro salir?
–Es posible, pero tendremos que ir con cuidado, por que como os encuentren cerca de Denver y vean que sois raros, os llegarán derechos al Palacio de los Raros.– Dijo Sidney.
–¿Qué es eso?–Preguntó Newt preocupado.
–Donde meten a todos los raros que son encontrados cerca de las ciudades. Cada ciudad tiene el suyo.
–Entonces mejor evitar ese lugar.
Los chicos recogieron todo y después volvieron por los túneles todo lo rápido que pudieron hasta llegar a la escalera por la que entraron el día anterior. Sky fue la primera en subir por lo que ella fue la que quitó la tapa de la alcantarilla. Echó una ojeada rápida para asegurarse de que no había gente de CRUEL al rededor y después salió dando vía libre al resto.
–Muy bien. Ya estamos fuera y limpios.– Dijo Minho.– ¿Y ahora?
–Directos a la base principal, a encontrar el maldito Trans Plano.– Dijo Newt muy serio y todo el mundo le miró seriamente. Sobre todo Sky. Conocía el riesgo y aún así quería arriesgarse.
–¿Por dónde?– Preguntó Thomas apoyando a su amigo.
–Por el norte.– Dijo Sidney mirando el mapa que había trazado a partir de lo que había en el GPS del coche de Gally.
–Bien. Pues andando.
Los chicos se pusieron en marcha encabezados por Sidney y Thomas que corrían el uno junto al otro sin hablar de lo que pasó la noche anterior.
–¿Ha estos dos que les ha dado?– Le preguntó Newt a Minho.
–Que Thomas ha salido ganando con el cambio.
Minho se rió y Newt negó con la cabeza extrañado ante la respuesta sin sentido que le acababa de dar.
Corrieron durante todo el día a pesar del calor para alejarse lo antes posible de Denver y poder llegar de una vez por todas al Trans Plano. A medida que el día avanzaba los chicos estaban más cansados y el calor se hacía cada vez más insoportable, cosa que era horrible ya que no había nada con lo que protegerse en caso de parar unos minutos.
–¡Eh!– Dijo Beca al cabo de unas horas.– ¿Qué es eso?
Delante de ellos se alzaban unas ruinas de algo que tenía la pinta de ser una antigua ciudad.
–No sabía que había una ciudad aquí.– Dijo Sidney y todos se pararon.
–¿Y hay que pasar si o si por ahí?
–Si.– Dijo Sky.– Rodeándola tardaríamos el triple en llegar.
–Tiene toda la pinta de estar infestada de raros.
–No tenemos opción.– Dijo Beca.– Andando, tengo un plan.
Beca echó a andar y todos la siguieron. Ella fue la primera en entrar en la ciudad, con la cabeza bien alta. La ciudad estaba completamente abandonada por todo ser consciente, se escuchaban quejidos y risas a lo lejos que hacían que los chicos agarraran con más firmeza sus armas. Por las ventanas rotas de los edificios se veían ojos mirándoles y por la calle cuerpos que se arrastraban y se acercaban a ellos.
–Gran plan, Beca. Gran plan...
Delante de ellos apareció un grupo de raros liderados por un hombre con la ropa rota por todas partes, las manos manchadas de sangre y la cara llena de venas negras y llagas que hacían que diera mucho más miedo sumando los ojos casi negro que tenía y el pelo arrancado a mechones, sucio y aún así casi por los hombros.
–¿Quiénes sois?– Dijo con una voz ronca y profunda.
–No buscamos problemas. Solo estamos de paso.– Dijo Beca proclamándose portavoz del grupo.
–¿Sois unos munes?– Dijo y todos los raros que había tras él gruñeron como bestias salvajes.
–No. Ninguno de nosotros es inmune.
–Solo queremos cruzar la condenada ciudad.
–¡Minho!– Dijeron los chicos para que se callara y dejara hablar a Beca.
–Así que, todos sois raros, ¿Eh?– Dijo acercándose a Beca, cosa que puso a Newt nervioso.– No os importará demostrarlo, ¿verdad?
–¿No te fías de nuestra palabra?
–¡Demuéstralo!– Gritó.
Beca se limpió los restos de babas que le había escupido aquel hombre a la mejilla. Después se quitó la chaqueta, se la devolvió a Sidney y le enseño ambos brazos, donde las venas negras casi le habían llegado a los hombros. Los chicos no habían visto nada parecido, y les sorprendía que aún estando en aquel estado Beca no mostrará más síntomas.
–Estaba claro que tú lo eres.
–Gracias.– Dijo con rabia.
–Pero necesito la prueba de uno de tus amiguitos.– Beca respiró hondo lentamente.– Tú.
–¿Yo?
–Si, tu, el rubito. Demuestra que eres un raro.– Se cruzó de brazos.
Newt miró a ambos lados y después miró a Beca que le suplicaba que lo demostrará o morirían todos. Se adelantó un par de paso hasta el líder de los raros y se levantó la manga mostrando sus venas inchadas y negras que subían por su brazo. Thomas y Minho se quedaron sin respiración al ver a su amigo por primera vez realmente infectado del Destello. El Newt que habían conocido en el Claro había desapareció para siempre.
–¿Suficiente?– Dijo Newt lo más serio que pudo bajándose de nuevo la manga.
–Esta bien. Podéis iros.
Los chicos comenzaron a andar de nuevo, encabezados por Beca y con su vista al frente. Los raros se apartaron para dejarles pasar mientras les miraban con unos ojos rebosantes de locura. Pasaron sin ningún problema entre ellos y recorrieron unos cuantos metros más hasta que escucharon al líder de los raros gritar de nuevo:
–¡Son sujetos de CRUEL! ¡Cogedlos!
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Stay with me
Fiksi PenggemarEl problema no fue la primera chica, sino la segunda. La segunda chica fue quien dejó a todo el Claro con la boca abierta cuando la Caja subió un día que no tenía que subir, y en un momento en el que no tenía que subir, especialmente a Newt, quien s...