Newt esperó durante todo el día mirando las puertas del laberinto. No se había quedado del todo tranquilo enviando a Beca allí dentro, pero tenía la intención de que era lo correcto.
Todo el mundo creía que volverían a última hora del día, como hacían siempre, pero esta vez, volvieron antes. En cuanto los tres entraron en el Claro, Newt fue hasta ellos lo más rápido que pudo y cuando llegó, se dio cuenta de que Beca se escondía medianamente detrás de Minho y que apenas le miraba.
–Habéis vuelto pronto.– Fue lo primero que dijo antes de mencionar aquel pequeño detalle.– ¿Ha habido algún problema?
–No, que va. Pero tenemos que hablar contigo.
–Ah...– Newt asintió serio y se cruzó de brazos.– ¿Seguro que no ha pasado nada?– Hizo una pausa.– ¿Beca...?
–¿Si?– Dijo ella levantando la mirada pero sin apartarse de Minho.
–¿Por qué te escondes?
–No me escondo.
–No soy idiota, anda ven aquí.
–Newt, antes de nada, no es lo que parece.– Dijo Minho.
–Aparta. Ya.
Minho levantó las manos y se echó unos pasos a su izquierda y entonces vio a Beca con el brazo izquierdo completamente rojo por la sangre que le caía. Se asustó tanto que incluso Minho y Thomas pensaron que le estaba dando un ataque.
–¿Pero que...? ¡Os había dicho que la cuidarais!
–Newt, no ha sido culpa suya.– Dijo Beca algo mareada.
–No, ¡claro que lo ha sido! ¡Mírate el brazo!
–Calmate, por favor.
–Lo haré.– Dijo aún muy serio y respirando fuerte.– Pero ahora vete a ver a Jeff, ahora voy contigo.
Beca asintió y se marchó. Por una parte quería salir de allí porque se sentía fatal pero no quería dejar a Newt tan enfadado con los chicos, pero si se quedaba mucho más, se desangraría.
Cuando Beca ya no podía oírles, Newt giró la cabeza de golpe y muy secamente hacia sus amigos, quienes no tenían ninguna duda de que no eran culpables pero tenían miedo de lo que su amigo podría pensar.
–Antes de decir nada, quiero escuchar vuestra versión.
–Vale, pero aquí no.– Dijo Minho.
Todos fueron hasta la Hacienda sin decir ni una palabra y cuando se aseguraron de que estaban solos y que nadie les oía, Newt hizo un gesto para que empezarán a hablar.
–Lo de el brazo se lo ha hecho al volver.– Empezó Thomas.– Cogió mal una curva, se cayó y se cortó con una de las ramas de las enredaderas. De milagro no se ha roto el tobillo.
–¿Con eso quieres decir que no es una buena corredora?
–Yo no he dicho eso.
–Es buena Newt.– Dijo Minho.– Cualquiera de nosotros podría haberse caído.
–¿Y por qué debería creeros?
–Si no nos crees a nosotros créela a ella.
–Hablare con ella.
–Hay algo más.– Dijo Minho serio.
–¿El qué?
–Hemos encontrado algo.– Intervino Thomas.– Bueno, ha sido Beca.
–Explícate.
–Dijo que quería ir por un camino por el que ya habíamos ido nosotros, pero esta vez, las paredes se abrieron ante nosotros. Se abrieron, Newt. Entramos y había una pared marcada que no habíamos visto en estos dos años.
–¿Qué había en la pared?
–El laberinto. Y la palabra CRUEL.
–¿Y eso lo encontró Beca?
–Si. Pero lo que más nos sorprendió, y no nos mates por esto, es que cuando nos acercamos a inspeccionar la pared, Beca se quedó al principio del pasillo y apareció un lacerador.– Minho hizo una y Newt aguantó la reparación.– Se quedó delante de Beca y ninguno hizo nada. ¡Nada! El lacerador se quedó mirando a Beca y después se marchó, sin más.
–¿Pretendes que me crea eso?
–Mírame a los ojos.– Dijo Minho más serio.– Somos amigos, ¿por qué iba a mentirte con ella?
–Es especial Newt.– Dijo Thomas.– Tenías razón, es muy especial.
Newt se quedó callado, sentado donde estaba intentando decidir si creer a sus amigos o no. Por una parte, Minho tenía razón, no tenían por que mentirle, pero por otra parte le resultaba todo tan extraño y difícil de creer...
–Vamos a probar una cosa.– Dijo al final.– No diréis nada de esto y mañana volveréis por ese camino, sin Beca, y si pasa lo mismo que hoy, será que no fue Beca, pero si fue ella...
–Puede que hayamos encontrado una salida.– Completó Thomas.
Newt se levantó sin decir nada, y no por que no apoyará lo que creía Thomas, sino por qué quería hablar con Beca. Estaba en la enfermería sentada en una de las camillas que tenían con Jeff que estaba terminando de vendarle el brazo.
–¿Cómo está?
–No era para tanto, un corte limpio, pero no dejaba de sangrar.
–Estoy bien.– Dijo ella.
–Se recuperará pronto.– Dijo Jeff antes de irse.
Cuando Jeff se marchó, Beca se apoyó con el brazo sano en la camilla y miró a Newt.
–Menos mal que no había camillas libres para mi.
–Vale, me has pillado. No quería perderte de vista y ya está.
–Eso dices tu.
–Escucha, he hablado con los chicos y me lo han contado todo.
–¿Qué te han contado exactamente?
–Lo de que les guiaste por el laberinto, que unas puertas se abrieron ante vosotros, lo de la pared marcada y el lacerador.
–Ah, pues sí que te han contado todo...
–Esto no había pasado nunca, Beca.– Se sentó a su lado.
–¿Qué quieres decir?
–Pues que a lo mejor tenía razón y te enviaron aquí para enseñarnos la salida.
–Si fuera la salida estaría vigilada por laceradores, ¿no crees?
–Había uno y tú lo espantarse. No sé cómo pero fuiste tú.
–Y ahora tengo más miedo todavía.– Dijo mirando al suelo y Newt pasó un brazo por sus hombros. Después le explicó el plan que había trazado para el día siguiente y el echo de que se volviera a quedar en el Claro pareció tranquilizar un poco a Beca.

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Stay with me
FanfictionEl problema no fue la primera chica, sino la segunda. La segunda chica fue quien dejó a todo el Claro con la boca abierta cuando la Caja subió un día que no tenía que subir, y en un momento en el que no tenía que subir, especialmente a Newt, quien s...