Stay with me

Capítulo 12

Durante todo el día Newt estuvo entrenando a Beca para entrar al laberinto. La hizo correr, pelear y defenderse como nunca lo había hecho con nadie. Se esforzaba por "machacarla" por que en el Claro estaba segura y con él no tenía nada que temer, pero ahí fuera era mucho más peligroso.

A mitad de la tarde, cuando ambos estaban machacados, se separaron y se quedaron mirándose. Newt asintió un par de veces en señal de que ya habían terminado, Beca se dejó caer en el suelo y Newt se apoyó sobre sus rodillas.

–Estoy destrozada.

–Pues esto no es ni una pequeña muestra de lo que te espera ahí fuera.

–No creo que hable la voz de la experiencia.

–No me subestimes.– Newt se incorporó.– Antes... antes era un corredor.

–¿Qué eras que?– Dijo Beca incorporándose un poco por el asombro.

–Un corredor.

–¿Qué? Pero si yo creía que odibas aquello.

–Y lo odio.

–¿Pero entonces por qué...?

–Beca basta. Por favor.

Beca no entendía bien la relación que tenía Newt con el laberinto, pero cada vez le resultaba más extraña. Se quedó sentada en el suelo con las piernas recogidas pensando qué tal vez no debería volver a hablar de aquel tema con Newt, pero no podía dejarlo a un lado, al día siguiente entraría en el laberinto, y no sabía si estar emocionada o aterrada.

–Ya están aquí.– Anunció Newt.

Fue entonces cuando Beca se percató de que estaba minado al suelo, así que levantó la mirada y vió a Thomas y Minho entrar en el Claro. Newt acercó la mano a ella para ayudarla a levantarse y se acercaron a los chicos. Cómo ambos habían estado fuera todo el día, no habían tenido tiempo de enterarse de lo que había pasado entre Beca y Newt, así que él les puso un poco al corriente y les dijo que quería que Beca entrara en el laberinto con ellos mañana y Thomas y Minho se miraron.

–Va contra las normas.– Dijo Minho.

–Lo sé. Y Tommy se las saltó y le quisiste dar tu puesto.

–Me salvó la vida. A mí y a Alby.

–¿Y por qué ella no puede ser corredora?– Intervino Thomas.

–En realidad yo no tengo ningún problema. Andamos escasos de personal, pero aquí la pregunta es: ¿tú quieres que entre?

Beca se giró a Newt. No sabía que terminaría decidiendo.

–Solo si cuidáis de ella.

–Gracias, de verdad.– Dijo Beca sonriendo.

–Vale, entonces vendrás. Pero antes tienes que saber a lo que te enfrentas.

Minho comenzó a caminar hacia aquel edificio al que iban siempre cuando volvían del laberinto, pero no llegaron a entrar, ya que escucharon que les llamaban. Al darse cuenta de ello, se dieron la vuelta y vieron a Teresa acercarse algo ofendida.

–¿Qué pasa aquí?– Dijo cruzándose de brazos.– ¿Por qué ella puede formar parte del Claro y yo no?

–Por que ella cae mejor.– Dijo Minho.

–Dejadme ayudar.

–¿Por qué deberíamos?– Está vez fue Newt el que hablo.

–Por que lo necesitáis.– Nadie dijo nada.– Tom, ¿no piensas decir nada?– Todos miraron a Thomas.

–¿Qué más da que sea una chica?

–No es por que sea una chica, es por que es Teresa.

–¡Estoy aquí mismo, Minho!

–No pretendía sonar amable.

–Vamos Minho. Tú mismo has dicho que estábamos bajos de personal.

Minho se cruzó de brazos y resopló como si fuera a echar fuego por la boca.

–Vale, que ayude. Pero si le pasa algo a los mapas, será todo culpa tuya.

–Acepto la responsabilidad.

Newt se encogió en hombros y rodeó los ojos ante la decisión. Después, Minho se dio la vuelta e hizo un gesto para que todos le siguieran dentro de la sala. Al entrar, cerraron la puerta y se pusieron al rededor una mesa circular cubierta por una sábana.

–Vale, esta es la Sala de Mapas. Durante dos años, todos los días hemos hecho mapas del laberinto. Y aquí está.– Dijo retirando la sábana de la mesa y dejó ver una maqueta entera del laberinto.

–Increíble.

–Todos los días el laberinto cambia y todavía no hemos encontrado nada.

Mientras Minho hablaba, Teresa se puso a mirar los mapas y Beca se quedó mirando la maqueta. Entonces se dio cuenta de que era igual que su colgante, el cual ahora comenzaba a pesar una tonelada en su cuello. No podía enseñárselo a nadie todavía o pensarían que ella sabía más de lo que contaba en realidad.

–Recuerda que tu tienes la última palabra.– Escuchó susurrar a Newt detrás de ella.

Se dio la vuelta para mirarle y se dio cuenta de que estaba más preocupado que enfadado. Abrió la boca para contestarle, pero entonces las puertas comenzaron a cerrarse. Se asustó por lo que podría pasar esta vez, y buscó refugio en Newt, él le cogió la mano como el día anterior mientras ella se acercaba más a él.

–No pasa nada.– Dijo para tranquilizarla.

–Al menos ya no duele.

–Eso es bueno.

–Pero asusta.

–Lo sé...

El ruido siguió sonando unos segundos más y Beca cerró los ojos por el miedo. Cuando cesó, se relajó, abrió los ojos y se giró hacia los demás.

–¿Mejor?– Le preguntó Thomas y Ella asintió.

–Eh.– Dijo Teresa.– ¿Cada cuando revisáis los mapas?

–¿Por qué lo dices?

–Porque hay un patrón que se repite.

–Increíble. Has llegado a la misma conclusión que nosotros.

–No, no. Hay algo más, estoy segura y con un poco de tiempo puede que lo adivine.

Minho miró a Newt para que le diera la razón a él, pero con una simple mirada hablaron entre ellos sin ni siquiera tener las cualidades que tenía Thomas y Teresa, pero al final se entendieron.

–Esta bien. Puedes trabajar en ello.– Le dijo a Teresa y luego se giró hacia Beca.– Y tu descansa esta noche, por que mañana te pasarás el día corriendo.