Capítulo 39

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El sol volvió a salir y Newt se dio cuenta de que se había dormido cuando el sol le dio en la cara y al despertarse vio que Minho estaba al volante. Intentó despejarse un poco antes de que se despertara el resto, pero al abrir los ojos del todo e
Se dio cuenta de que era el último en despertarse.

–Menos mal que anoche no tenías sueño.– Se burló Thomas y el resto se rió mientras él seguía intentando despertarse del todo.

Durante toda la mañana no sé bajaron del coche y siguieron avanzando hasta que a todo el mundo le entró el hambre y bajaron a estirar las piernas. No había ni una sola nube en el cielo, así que aprovecharon el coche para que les diera un poco de sombra. Se sentaron y se apoyaron en el coche para poder estar tranquilos un rato, hasta que de repente escucharon el ruido de un coche.

–No me fuques.– Se quejó Minho cogiendo el lanza-granadas y asomándose un poco.– Se acerca un coche de CRUEL.

–Quédate aquí.– Le dijo Newt a Beca levantándose.

–¡Pero...!

–Quédate aquí.– Le repitió mucho más serio cargando su pistola y uniéndose a Minho.

Beca se quedó sentada en el suelo tras el coche mientras todo el mundo se ponía en guardia. Recordaba cuando Newt le dijo que en el Brazo Derecho todo el mundo la trataba como si fuera de cristal y ahora se sentía exactamente igual.

Los chicos se quedaron mirando y  apuntando al coche que se acercaba, hasta que de repente se paró en seco. Los chicos creían que varios hombres se bajarían del coche e irían hacia ellos, pero en vez de eso, se bajó una sola persona. Parecía enfadada, ya que gritaba cosas que los chicos no alcanzaban a oír y después le pegó una patada a la rueda. Después abrió la puerta trasera, cogió un par de cosas y se acercó a pie hacia ellos.

–¡Bajad las armas!– Gritó Sidney.– Chicos, bajad las armas. Es Sky.

En cuanto Beca escuchó que era Sky, se levantó corriendo y fue hasta ella para abrazarla sin que ninguno de ellos pudiera frenarla.

–¡Sky!– Gritó Beca al juntarse.– ¡Cuánto te he echado de menos!

–¡Y yo a ti! Menos mal que estás bien...

Cuándo se separaron, ambas se acercaron al resto mientras salían de detrás del coche y se acercaban a su vez.

–Beca, aléjate de ella.

–¿Por qué?

–Es parte de CRUEL.– Dijo Minho agarrando con firmeza su arma.

–Y yo también lo fui.

–Chicos, debería de haberlo dicho. Lo siento de verdad. Pero he vuelto y os aseguro que ya no voy a volver.

–Me prometiste eso mismo la última vez.– Dijo Sidney cruzándose de brazos.

–Sid...– Se acercó a ella.– Está vez es diferente. Tengo todo lo que necesitaba.

–¡Y que necesitabas!

–Saber que mis sospechas eran ciertas, y... asegurarme de que ahora podemos ganar.

–¿Y como sé que puedo confiar en ti?

–Porqué no mentiría a la que es como mi hermana.

Sidney pareció dudar. Pero entonces miró a Sky y recordó todo lo bueno que habían vivido juntas a pesar de estar en un mundo desolado. Gracias a ella salió de CRUEL y ahora ayuda a los demás. Así que terminaron abrazándose.

–Te he echado de menos.

–Y yo a ti, Sid.

–Y... ¿Cómo nos has encontrado?– Intervino Thomas.

–Os tienen localizados. A vosotros y al coche. Me bastó con seguir vuestro rastro, pero me quedé sin gasolina. ¿A quien se le ocurre robar un coche de CRUEL?

–A Minho.– Dijeron todos a la vez.

–Perdonad por salvaros el culo.

–¿No había icebergs a mano?

–Muy graciosa.

–¿Hacia donde ibais?

–Vamos a Denver a que les quiten los implantes que llevan y después a la base principal de CRUEL para encontrar una cura y el Trans Plano para ir al refugio seguro.

–Ah... entonces mejor que vayamos a pie. Así tendrán dos rastros que seguir y tardarán más en encontrarnos.

–¿A pie?

–Dos días de camino y estaremos frente a Denver.

–Entonces no hay tiempo que perder. Vamos.– Dijo Thomas y todos comenzaron a andar, menos Minho, que se quedó mirando a Sky.

–Minho, yo...

–No digas nada. Que los demás te hayan perdonado no significa que yo lo haya echo.– Dijo y se fue con los demás. Sky se quedó clavada un segundo en el sitio, pero luego se fue con los demás como si no le hubiera afectado lo que Minho le acababa de decir, pero sí que lo había hecho.

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