-No- rechazó el menor de los hermanos.
Frederick ni siquiera había sido invitado a pasar a la casa. Él podía notar que detrás de Alexei, a unos pasos de distancia, se encontraba Suga. Con una expresión mitad de miedo, mitad de odio. Fred intentó calmar el dolor de ver cómo alguien que durante mucho tiempo fue una buena amiga ahora lo veía con tanto desprecio.
Respiró hondo. Inhaló. Exhaló. Vio a su hermano a los ojos. Parecía que estos echaban chispas. Alexei también estaba iracundo pero, a diferencia de Suga, él estuvo una vida entera escondiendo emociones de todo el mundo. Fred era el único en saber cuándo estaba realmente mal.
-Alexei, creo que no me estás entendiendo- intentó explicar el hermano mayor-. Te he dicho que ustedes dos están en riesgo, en un GRAN riesgo.
-Frederick- habló él-. Tú eres el que no entiende. Mírala- se apartó de la entrada y señaló a Suga. Prácticamente, estaba temblando-. Mira el efecto que causas en ella. Le aterras. Y a mí también- confesó agachando la cabeza con frustración. Hubiera preferido jamás tener que revelar eso-. Eras mi hermano, hombre. Y eras un gran hermano, siempre cuidaste de mí desde lo que pasó con... ya sabes...
-Katrina- completó Frederick, esforzándose por no llorar.
Suga arqueó una ceja. ¿Katrina? ¿Quién era? Aquel era un nombre que ella no había escuchado nunca.
-No tienes derecho a decir ese nombre- masculló Alexei apretando los dientes.
Frederick se hallaba deseoso de gritar que tenía el mismo o más derecho que él a hablar de su hermana muerta, pero no había venido para eso. Lo único que le importaba era poner a salvo a su hermano y a Suga, por si acaso. Ya habían desaparecido dos miembros del atraco al banco, y perdió el contacto con Aren, así que no sabía si estaba vivo o no.
-Fuera de aquí, Frederick- cortó Alexei, la situación ya le estaba cansando demasiado-.No voy a aceptar estrategias de desconocidos. Te consideraba mi hermano hasta que vi cómo ordenaste la muerte de una chica inocente y encima lo celebraste. Eso no lo haría mi hermano. Fuiste un buen hermano, pero fallaste como persona-. Frederick, seguía ahí. Con el corazón partido, pero seguía ahí-. VETE.
Él se abalanzó encima de su hermano y se dejó caer en sus hombros, abrazándolo.
-Te quiero, hermanito- Alexei sintió algo húmedo en su nuca-. No lo olvides.
Rápidamente, se despegó del hermano menor y volteó su cabeza hacia la calle, de forma tal que no pudieran verlo. Se alejó caminando despacio. Sus ojos lagrimaban y fantaseaba con que su hermanito fuera corriendo detrás de él para decirle que todo estaba bien. Pero eso no pasó.
Por otra parte, en otro punto del mapa, Aren se encontraba buscando una forma de calmar su ansiedad.
Él siempre había sido muy ansioso, antes y durante su estadía en la pandilla. Tendía a comerse la uñas de pre-adolescente. Habito que dejó de lado cuando se hizo un joven adulto. Reemplazó las uñas por los chupetines de frutilla. Ahora, no tenía nada que ayudara a mantenerlo tranquilo.
"Me pregunto-meditó- cómo estará Winona".
La última vez que la vio fue cuando casi la mató la noche que murió Alba. Y aunque sentía que debía estar enojado, comprendía que los perros estaban siguiendo órdenes.
Ahora se encontraba en un parque, con la piernas y los brazos cruzados, haciendo un esfuerzo para apagar el vacío que tenía dentro mientras meditaba. Estuvo sentado en el mismo lugar por media hora, hasta que apareció Zinnia, la niña que vivía en la calle.
-Hola, señor Aren- saludó la pequeña inocente-. ¿Cómo le va?
-Ay, Zinnia- abrió los ojos y su concentración menguó-, no me digas "señor", me haces sentir viejo.
-Pero me enseñaron que a la gente mayor se le debe decir "señor" o "señora".
"Vamos pequeña- pensó él con falso descaro-. Sigue enterrando la flecha. ¿No ves que me haces daño?".
-Pero yo soy joven- masculló, simulando enojo.
-Ah, ah- negó la cabeza-. Eres viejo. Viejo, viejo, viejo.
-Y tú eres tonta. Tonta, tonta, tonta.
Era una ridiculez, si no era viejo.
La gente cerca suyo lo miraba raro. Eso le molestó, pero le molestó en serio. ¿Cuál era la necesidad...?
-Ey, panda de subnormales fisgones- gritó a la gente, llevando a Zinnia a sus brazos, en un intento de protegerla-. ¿Qué mierda andan mirando, eh? Solo estamos jugando, no porque viva en la calle quiere decir que deban mirarla con asco. Los que dan asco son ustedes.
Algo asustados, los individuos que caminaban por la zona comenzaron a alejarse rápidamente de Aren. Las señoras mayores que pasaban por su lado lo miraban con aires de tristeza y lástima. Aren se quedó a solas con Zinnia.
-Dios mío- reprochó Aren, por cada momento que pasaba se sentía más convencido de que lo único valioso en esa ciudad era Zinnia. Ella lo abrazó-. Esta bien, pequeña. Lamento que te vean así... No es tu culpa.
Ella disfrutó el silencio, luego dijo:
-Y yo lamento lo que te sucedió. No fue tu culpa.
-Disculpa, me distraje y no te escuché, ¿qué has dicho?
-No, nada...
Zinnia miró al horizonte... entristecida.
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Alexei
Teen FictionLa vida de Alexei no fue muy plena, ni muy alegre. Con una depresión severa desde la trágica muerte de su hermana de pequeño, Alexei vivió prácticamente toda su vida en una burbuja, en la que solamente se comunicaba con su hermano mayor, Frederick. ...