Sesión de Vigilancia

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-Fueron muy inteligentes- concluyó Alexei mientras veía los diferentes ángulos de las cámaras de seguridad que instalaron Aren y Frederick-. No hay un solo punto ciego. Brillante, y en caso de que penetren la seguridad exterior, no podrán atravesar la puerta.

Técnicamente, Alexei estaba explicándole todo eso a Suga, pero ella en realidad estaba concentrada contando cuántos pelos de animales tenía su sweater. También dejando tirados en el suelo todos los palitos de chupetines que había consumido. Alexei volteó a verla.

"Tan simpática, alegre y despreocupada... justo como...".

La simple idea de compararlas le producía un ligero dolor en el pecho. Y si sentía ese dolor, Dementia aparecía. No podía permitirse que su augurio de baja autoestima apareciese en una situación como esta, donde debía ser fuerte.

-¿Cuántos chupetines has comido?- preguntó Alexei, a fin de dispersar su mente.

-Creo que veinte- contó con los dedos-, o veintidós.

Parecía no darle importancia a la enorme cantidad de azúcar que había ingerido.

-¿Y qué hacías tú con veinte chupetines?

-Yo no- contestó mientras desenvolvía otro-. Ahí, en la alacena. Hay una bolsa llena de chupetines de frutilla y chicles de frutilla y menta. Aren y Frederick que lo pensaron en todo, ¿huh?

Alexei quería aprovechar esta ocasión en la que estaba cien porciento a solas con Suga para sentirse conectado con ella, y mejorar aún más el vinculo de amistad que compartían. Pero no era el momento.

Volvió a la vigilancia de las cámaras de seguridad.

"Solo espero que en estos segundos que estuve desconectado no haya pasado nada".

Cruzó los dedos y siguió mirando.


Bostezo.

Otro bostezo.

Alexei desconocía cuántas horas había pasado observando las diferentes pantallas de las cámaras de seguridad. Cada vez hacía más fuerza para mantener la concentración.

¿Cuánto tiempo había estado en la pantalla? Tal vez una o dos...

"¡No!- se negó agitando la cabeza con brusquedad-. ¡No puedo desconcentrarme!".

Seguir Despierto.

Mantener la vista en las cámaras.

Seguir.

-Álex...- susurró Suga, rompiendo el silencio. Había estado durmiendo un rato en la cama que se encontraba en uno de los cuartos.

Alexei volteó, se levantó y caminó hacia a ella. Le dio un abrazo.

-Álex... ve a dormir.

-No puedo, Suga. Si dejo de prestarle atención a las cámaras... y si alguien entra, alguien malo... No podría protegerte, Suga.

Suga recapacitó durante un momento, sin despegarse del cálido abrazo de Alexei.

-Deja que yo me quede revisando las cámaras, y tú ve a dormir- ella entendía que no podían dormir los dos al mismo tiempo, pero Alexei dudaba de la idea.

-No lo sé, Suga...

-Anda, vamos- incitó ella, fingiendo entusiasmo-. Solo tengo que ver las cámaras, ¿no? Pues es cosa fácil.

Alexei se mordió los labios, levantando las cejas.

-¿Prometes que si ves algo fuera de lo normal, aunque te parezca insignificante, me despertarás?

AlexeiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora