Recuerdos lejanos de un príncipe

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-Frederick... Frederick...- farfulló un deprimido Alexei entrando a la habitación de su hermano.

Habían pasado al rededor de doce meses desde la muerte de Katrina. El trauma de los hermanos en su momento fue tal que tuvieron que ser cambiados de colegio, sin siquiera esperar a que terminara el año escolar.

En la nueva institución, ambos intentaron cubrir sus penas interactuando con sus respectivos compañeros. Frederick con más éxito que Alexei, terminó por conseguir algunos cuantos amigos entre su curso. Alexei por otra parte solo consiguió uno, quien terminó por alejarse al tiempo de que se asustó de él.

-¿Uhm?¿ Qué pasó?- el hermano mayor, a un año de entrar en el secundario, se encontraba lanzando una pelota de goma contra la pared, la cual aterrizaba siempre en su mano.

-Fred...- Alexei no pudo seguir y se largó a llorar. Era mucho sufrimiento para un niño de nueve años.

Frederick dejó caer la pelota en la cama y miró a su hermano. Al ver las lágrimas deslizarse por sus mejillas casi entró en pánico. Se sorprendió al ver a su hermanito con un ojo morado y la ropa rasgada.

-¡Alexei!- se acercó a él-. ¿Pero qué te pasó? ¿Quién te hizo esto?

-Tus amigos- reveló con desdén.

-¿Cómo?

El pequeño le explicó lo que pasó. Cómo los amigos de su hermano lo habían atacado física y espiritualmente. Frederick quería creer que era una mentira. Que los amigos que había hecho durante ese pequeño lapso de tiempo no eran ese tipo de personas. Que no abusaban de alguien débil.

Pero Alexei no le mentiría. No a él. No tras lo que pasó.

-No te preocupes, hermanito- lo abrazó-. Hablaré con ellos. De seguro hubo un malentendido o algo así.

Alexei lo abrazó más fuerte. Confiaba en que todo se solucionaría. Pero...

-¡Hey, miren!- señaló uno de los amigos de Frederick, al salir de la escuela, en un atardecer-. ¡Es el idiota de la otra vez! ¡Vamos a darle para que aprenda!

Estaba acompañado de tres compañeros más. Entre todos lo rodearon para bloquearle el paso.

"No otra vez- gimió Alexei asustado".

Los buscapleitos estaban acercándose sincronizadamente al niño.

-¡Ahh!- exclamó uno al recibir un golpazo en la nuca, cayendo noqueado al piso.

-¡¿Qué demonios?!- gritó-. ¿¿Frederick??

-Creí que habíamos hablado de esto...- susurró, apretando los puños.

Eran tres contra uno, sabía lo que le esperaba. Pero la ira lo invadía. Esos ya no eran sus amigos. Aquellos que se metieran con su hermano de ahora en más serían sus enemigos. No llevaba las de ganar, pero arremetió contra otro matón pegándole un derechazo en la nariz.

Aquel matón tuvo que retroceder. Mas Frederick no pudo seguir prestándole atención, ya que tenía que luchar contra dos más al mismo tiempo.

Patada tramposa por detrás.

Puño en las costillas.

Golpe a la quijada.

Frederick había caído al piso, derrotado.

Y a Alexei le tocaba ver otra vez a un hermano suyo en aprietos. Sin saber cual sería su destino próximo. Impotente. Como aquella vez...

-Ja- se burló el presunto líder-. Vámonos.

Cuando el que estaba más atrás se dispuso a seguirle el paso a sus amigos, una mano le agarró el tobillo con fuerza.

-Les dije...- aulló Frederick, haciendo que el matón cayera-... que nadie...- se levantó-... se mete- pisó la espalda del bravucón que había tirado-...¡con mi hermano!

De los ojos de Frederick salía fuego. Llama que ardía por el deseo de proteger a su familia. A su hermano. A su amigo.

Ignorando a sus dos compañeros, los dos restantes, asustados, quisieron huir, pero Frederick fue más rápido.

Alzando las manos, tiró a los dos al piso. A uno lo fulminó de un codazo en el centro de la espalda. El "líder" no tuvo tanta suerte. Lo levantó de la chaqueta, y lo puso cara a cara frente a él.

-Te consideré- le dio un golpe-... un amigo- otro golpe. Y otro, y otro más. Hasta tirarlo al piso, también inconsciente-. Todo para que me defraudaras de esta manera. Te lo advierto- se acercó al suelo-. Si tú o tus amigos le vuelven a dirigir la vista a mi hermano, no voy a ser tan "amigable" como lo fui esta vez.

Terminado el pleito se acercó a su hermano, y cayó encima suyo, a causa del agotamiento.

"Prometo que me haré más fuerte, Alexei. Lo prometo...".



El Gran Jefe le atinó un fuerte golpe en el pecho.

Y luego otro.

Lo estaba destrozando a su contrincante.

Claramente, haber decidido pelear solo con los puños había sido un error. Y Frederick lo estaba pagando caro.

-Alexei, esto me preocupa- confesó Aren. Era la primera vez que Alexei lo veía en ese estado tan tenso. Estaba acostumbrado a que se dejara llevar por la mayoría de las cosas-. A este paso yo creo que...

-¡No!- interrumpió Suga-. Yo sé que el va a lograrlo. Tiene que hacerlo.

Alexei no podía decir nada. No sabía qué decir. Mentalmente, agradeció cuando Rojo cortó el silencio al comunicarse a través del Walkie Talkie.

-¿Cómo avanza la pelea? ¿Ya ganó Frederick? Cambio.

"Realmente no hace falta que digas 'cambio' cada vez que terminas la frase, Rojo- se frotó la frente".

-Aún no. De hecho, se ve que está sufriendo un poco- "Por no decir 'mucho'"-. ¿Todo en orden por allá?

-No dijiste "cambio"- reprimió en un tono amenazante que le erizó la piel a Alexei.

-Ah... ah... ¡perdón! ¿Todo en orden por allá? Cambio- repitió corrigiendo su error.

-Sí. A lo lejos vimos a un par de motos pasando de largo. Pero según las investigaciones de Gabriel no son nada de qué preocuparse, cambio.

-Genial. Sigan así. En cuanto haya novedades les aviso... cambio- casi lo olvidaba.

Frederick lograba dar algún que otro golpe, pero ninguno certero. Y sus fuerzas se empezaban a agotar.

A pesar de los gritos de apoyo de casi toda la pandilla que observaba el combate, a Frederick se le dificultaba más esquivar los ataques con el paso de cada golpe.

-¡Te dije, Frederick, que te iba a aniquilar en frente de todos!- se burló riendo mientras atacaba-. De todos mis "súbditos", tú siempre fuiste sido el peor. El más rebelde. Incluso esa rubia estúpida a quien le dices "compañero" era más sumiso. Pero tú...

El golpe aterrizó justo en la cabeza de Frederick, tirándolo al piso.

Salieron vociferaciones de todo el mundo.

El desafiante trató de levantarse.

Pero otro golpe en la espalda lo derrumbo.

Frederick ya no se levantaba.

Entonces el Gran Jefe, con una sola mano, lo tomó de la cabeza, y lo levantó, exhibiéndolo al público.

-¿ESTE ES EL HOMBRE QUE QUIEREN QUE REINE Y GOBIERNE LA PANDILLA? ¿EH?

Cada pandillero guardó silencio. No debían hacer enfadar al Gran Jefe, de lo contrario, Frederick la podría pasar aún peor.

-Voy a hacerte pasar un infierno momentáneo- le anunció en voz baja y burlona-. Prepárate.

AlexeiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora