-¿Disculpa?- interrumpió la doctora Liza.
-¿Qué?- Frederick apartó la vista de la repulsiva marca pulmonar de Ronin, para dirigir la mirada a Liza.
-No me hagas gestitos con las cejas- reprimió ella-. Acabo de examinar un cadáver que contenía restos de muchísimos venenos potentes, de alguien a quien ni siquiera conocía. ¡Hasta podría haberme envenenado yo si no iba con cuidado! Creo que merezco saber de qué se trata todo esto. Y quiénes son esos tales "Snakers", y qué tienen que ver contigo y...
-Está bien, está bien. Te lo voy a explicar, pero rápido.
-Okey.
Frederick suspiró. No sabía por dónde empezar.
-Pues supongo que debo empezar de cero. O casi de desde cero. Verás, en la antigüedad, décadas antes de que yo entrara a la pandilla...
-Wow, wow, wow. Espera, espera, espera- la doctora estaba haciéndole señas para que dejara de hablar-. ¿¿Me estás diciendo que eres un criminal?? ¡¿Asesinas gente?!
-Pues...- Alba-... ¡Ay! ¡Ese no es el tema ahora!
-Pero trabajas en la pandilla...
-Sí- Frederick arqueó una ceja-. ¿Qué pensabas que era después de todos los favores que te pedí, chocolatero?
-Hablando de chocolates...- levantó el dedo índice-. Enseguida vuelvo.
Frederick intentó detenerla pero fue llegó a tiempo. Ya había subido las escaleras. Al cabo de cinco minutos volvió con una fuente llena de galletitas. Vainilla con chips de chocolate con leche y chocolate blanco.
-Parece que va a ser una historia larga e interesante- explicó alargando la palabra "larga"-. Así que... ¿gustas una?
Ofreció acercando a su boca una galletita llena de chips. Frederick, de mala gana y mirando hacia otro lado, la tomó. Antes de introducirla en su boca e ingerirla, la olfateó recelosamente, en busca de algo fuera de lugar. Como no percibió nada, se la metió en la boca.
-Umm, dios... ¡Qué buenas que están!- reconoció Frederick. Tomó una más. Y otra, y otra...
-¿De verdad te gustan, Fred?- preguntó ilusionada la doctora, con brillo en los ojos-. Como sabía que vendrías me pasé la mañana buscando una receta buena para galletitas... Por eso te llamé tan tarde, fue apenas terminé de...
-¿En qué estaba...?- pensó el muchacho en voz alta-. Ah, sí. Como te iba diciendo, mi pandilla, Los Dragones De Berlín, desde hace mucho tenía una desagradable rivalidad con los Snakers, sin embargo, teníamos un frágil tratado según el cual ninguna pandilla podía atacar a la otra, cortesía del Gran Jefe.
Frederick había apretado los puños, estaba mitad furioso, mitad emocionado. No quería pensarlo así en honor a Ronin, pero esta era la oportunidad perfecta para llevar a cabo uno de sus múltiples planes.
-Volviendo al presente- continuó tras haberse calmado-, hace poco cometimos el robo de unas pinturas en un banco, y dos de los siete miembros que participaron han desaparecido o muerto. Sin mencionar que no sé el paradero de mi mejor amigo, y que a su novia tuve que matarla por habernos traicionado...
-Oh, Fred- la doctora aprovechó la ocasión para abrazarlo-. Lo lamento tanto. Debió ser durísimo.
Frederick no contestó. No guardaba sentimientos hacia Alba. Nunca lo hizo realmente. Siempre dudó de ella. Pero confirmó sus peores sospechas cuando la policía había llegado al banco en aquella noche.
-¿Y a ti no te intentaron hacer desaparecer?
-Aún no- contestó fríamente Frederick.
-¿Conoces su base de operaciones?
-No.
-¿Quieres que la averigüe?- preguntó Liza, acomodándose las gafas.
Frederick asintió con la cabeza, mientras comía la última galletita.
-Ten cuidado, Doc- advirtió-. Los Snakers son tipos peligrosos. Si se enteran de que anduviste merodeando por ahí, o buscando información sobre ellos, no van a dudar.
-Tranquilo, si pude lidiar con pacientes quejosos puedo contra un grupo de mafiosos sin capacidad para inventarse buenos nombres- ese comentario logró que Fred hiciera una mueca de agrado.
-Snakers...- repitió, pensando en la negativa de su hermano cuando fue a buscarlo-. Esto es peor de lo que pensaba. Liza, lo lamento, pero me voy a tener que ir mientras buscas la base de Los Snakers.
-¿Ya te vas? Iba a proponerte ver una peli de terror...
-Prometo un día contarte a detalle la historia de los Snakers, y el robo, y lo demás- le dijo ya en la calle-. Por ahora tendrás que conformarte con este resumen.
Le dio un beso en la mejilla y fue directo al auto.
-Mejor págame invitándome a cenar a algún lugar lujoso- se despidió ella alzando la mano.
-Lo que tú quieras- respondió entrando al auto. Avanzó a toda velocidad.
"Si tan solo pudiera ser lo que yo quiera- fantaseó la doctora Liza, volviendo a entrar a su casa-. Bueno... ahora que diablos hago con el cadáver?".
Frederick se dirigía a toda velocidad a la casa de Suga, donde supuestamente, también estaba viviendo su hermano menor, Alexei, si es que aún no había pasado nada.
-Esto está mal. Esto está muy mal. Está terrible- la preocupación en Frederick se hacía notar, cada vez pisaba más el acelerador-. Si los Snakers están realmente implicados en este caso eso quiere decir que Agustín y Dmitry también lo están. Y esas dos bestias, sumadas a la cantidad de asesinos a sueldo que tienen Los Snakers... Dios... tengo que encontrar a mi hermano YA.
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Alexei
Teen FictionLa vida de Alexei no fue muy plena, ni muy alegre. Con una depresión severa desde la trágica muerte de su hermana de pequeño, Alexei vivió prácticamente toda su vida en una burbuja, en la que solamente se comunicaba con su hermano mayor, Frederick. ...