El Gran Jefe

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-¡¿El Gran Jefe?!- repitieron Alexei y Suga al unísono en medio de la confusión.

Tanto Frederick como Aren guardaron silencio, en completa tensión. Todos estaban expectantes de lo que iba a suceder a continuación.

El Gran Jefe no era un sujeto muy amigable en primeros términos. No solía tener relación con muchos de los miembros en la pandilla. Y eso tenía su lógica ya que, al ser el líder supremo de la pandilla, no podía arriesgarse a acercarse a alguien y que este lo destronara así como así. Además de eso, tenía una cierta imagen que cuidar.

Eso, sin embargo, no justificaba el hecho de entrar a una casa ajena rompiendo la puerta salvajemente. Debía estar realmente molesto para presentarse él mismo y de esa forma. De lo contrario, hubiera mandado a algún lacayo suyo a hacer el trabajo sucio.

-¡FREDERICK!- la voz del Gran Jefe fue la voz más grave que Alexei escuchó jamás.

Mientras más se acercaba, más firme se ponía Alexei defendiendo a Suga, quien también intentaba aparentar una imagen ruda. Aren y Frederick se adelantaron.

-¡¿Tú organizaste un robo incluyendo a personas que no eran de nuestra organización?!- preguntó estando cara a cara con Frederick. Al Gran Jefe le gustaba llamar "organización" a la pandilla y, como nunca nadie se lo cuestionó, las razones de esto son desconocidas.

Frederick le mantenía la mirada, demostrando una actitud firme, ruda y determinada. Aunque por dentro, estaba tan aterrorizado como sus demás amigos. El pobre tenía que levantar bastante la cabeza para alcanzar su vista. Si Frederick o Alexei eran altos, el Gran Jefe era un gigante.

Estaba por responderle cuando Aren habló por él.

-¡Yo lo hice!

-¡¿Con qué autorización?!- aulló ahora dirigiéndose a Aren.

-Con ninguna. Usted no estaba y se nos acababa el tiempo. Necesitábamos a un nuevo Master Mind y a alguien que nos ayudara desde adentro.

-¡QUE NO SE REPITA!- de una bofetada lo mandó a volar contra la pared. Se pudo escuchar cómo Suga gritó el nombre de su hermano. Frederick estaba paralizado.

Alexei seguía en la misma posición. Suga era su protegida, y no iba a permitir que le pasara lo que le pasó a su hermana, Katrina. Podía ver en los ojos del Gran Jefe la similitud de la situación.

-Ni se molesten en escapar, Alexei y Suga- vociferó haciendo contacto visual con los ojos salvajes pero asustados de Alexei-. Sé que fueron ustedes los que participaron en el robo al banco sin estar en mi organización. Y me temo que van a tener que morir por eso.

Comenzó a acercarse a donde estaban ellos. Alexei se puso todavía más tenso.

-¡Suga, escapa! ¡Yo lo detendré!- Alexei no iba a permitirlo. No podía dejar que algo le sucediera a ella.

Suga, intentando no dejarse llevar por el pánico, caminó hacia atrás esquivando la silla, sin perder de vista a su cazador.

No. Ni el Gran Jefe ni nadie se iba a meter con Suga mientras Alexei estuviera ahí para protegerla. Jamás...

Un fuerte golpe al diafragma de Alexei le cortó la respiración y su capacidad para mantenerse de pie. Cayó al piso estando al borde de la inconsciencia.

-Ni te molestes- le habló a Suga que tropezó y cayó al piso. Si atacaba ella recibiría el golpe sin posibilidad de defenderse.

Un fuerte codazo se dirigía bajando hacia Suga cuando fue detenido inesperadamente. Frederick se había percatado de la situación, y a una velocidad sublime corrió esquivando la mesa y las sillas, posicionándose justo delante de Suga y cubriendo el ataque con sus dos brazos cruzados.

Alejó al agresor de una patada.

-¡Con ella NO!- cortó fulminante.

-¿Y qué sugieres, Frederick?- inquirió pacíficamente, como si nada hubiera pasado-. Sabes que debe haber un precio a pagar por actuar en la organización sin ser miembro.

-Si ese es el problema- interrumpió Aren, apoyándose en la mesa. Las rodillas le temblaban-, que sean miembros, y asunto solucionado.

-Eso es lo que me gusta de ti, Aren- reconoció el Gran Jefe-. Siempre con soluciones creativas. Por eso eras mi Master Mind preferido. De acuerdo entonces. Los cuatro vendrán conmigo. Es hora del examen de admisión.

-Un momento- detuvo Alexei-. ¡¡No pienso permitir que Suga entre en esta pandilla de psicópatas!!

-Eso es valiente, Alexei- admitió el Gran Jefe, sorprendido-. ¿Y qué gano yo con un solo miembro en lugar de dos?

-Cállate, Gran Jefe- escupió Frederick sin temor-. Voy a desafiarte. Y voy a robar tu puesto. El día se acerca. ¿Por qué no mejor apostamos? Déjala a Suga en paz, y si pierdo...

-¿Si pierdes qué?

-Supongo que seré el mejor ejemplo de por qué no es bueno meterse contigo- señaló humildemente.

-Hmm... No es suficiente... Una victoria y humillación pública son llamativas, pero además de eso, si pierdas, Suga será mía, y no me refiero a "miembro de la pandilla". Y tú no podrás vivir para verlo.

De fondo se escucharon los gruñidos de Aren y Alexei. A punto de escupir fuego por la simple idea de que eso llegara a pasar.

-¡De acuerdo!- cerró el trato Frederick-. Yo con el mero hecho de ganar y que dejes a Suga en paz, me conformo. Entonces, ahora mismo la prueba solo la hará mi hermano, ¿verdad?

-Así es- accedió con lentitud y molestia-. Síganme.

Los cuatro, ninguno con mucha confianza, siguieron al Gran Jefe, que entró en un auto negro lujoso y bastante ancho.

-No es necesario que vengas- le dijo Frederick a Suga, antes de entrar al auto. Ella negó con la cabeza.

-Están en esto por mi culpa. Sería injusto que los dejara a su suerte ahora- se podía notar que miraba con otros ojos a Frederick. No veía a un asesino, ya no más. Veía al viejo amigo cuya mayor prioridad era la familia y los amigos. Era un alivio poder seguir contando con ese viejo amigo.

-En realidad, no es tu culpa- admitió Fred, sonrojado. Y era honesto, pero era demasiado para explicarlo en una situación como esta.

Frederick y Suga entraron al auto.

-Después de ti- ofreció Alexei a Aren con gentileza.

-No, después de ti- respondió elegantemente a Alexei.

-Bueno- se encogió de hombros y se dispuso a entrar al vehículo.

-¡Un minuto!- Aren lo tomó de los hombros impidiéndole entrar-. ¡Se suponía que dijeras: "No, insisto, pasa tú primero"!

-¡Pero tú dijiste que pasara!- chocó cabezas con Aren. Los dos gruñían.

-¡Hey, ambos!- gritó Frederick-. ¡Súbanse y cállense!

Ambos obedecieron con la cabeza gacha. El motor arrancó y se dirigieron a la guarida.

-¿Y qué es esto del "examen de admisión"?- preguntó Alexei.

"Ya que voy a tener que pasarlo, sería genial si logro sacar toda la información lo antes posible".

-Son tres pruebas- explicó el Gran Jefe, que estaba al volante-. La primera se trata de un par de preguntas de lógica para demostrar tu inteligencia y tu capacidad de razonar en situaciones críticas. La segunda, una prueba de sigilo, testea tu habilidades para pasar desapercibido ante cualquier peligro al que te puedas enfrentar.

>>Y la tercera, es una batalla cuerpo a cuerpo, mano a mano, contra el miembro más fuerte de la pandilla después de mí. Es decir, Frederick, tu hermano.

"¡¿Qué?! ¿Voy a tener que pelear contra Frederick?".

-Escúchame, Frederick- lo llamó el Gran Jefe-, si yo me entero de que no diste todo de ti en la pelea, todos ustedes morirán. ¿Quedó claro?

"Entonces, básicamente estamos atrapados...".

-¡Sí, señor!

"...en un camino sin salida".

AlexeiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora