Capítulo 16 -•- Preguntas

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-¿Qué le has dicho? -preguntó Ashley con cautela, había hablado con él sobre andar con cuidado por Bianca pero eso no era para que afectará tanto a Caroline, no aguantaba ver como su sonrisa se había apagado, aquella que había creado él... Él le había creado una sonrisa y no lágrimas como aquella vez de la cual se arrepentía.

-Hable de algunas cosas serias con ella, algunas que tiene que aceptar como deber hacia su reyno.

-Pero ella parece no quererlo -la defendió, Dante se sorprendió y Michael se mantuvo expectante- se ve en ella que sea lo que le has propuesto no la hace feliz, hace unas horas estaba sonriendo, yo la hice sonreír y ahora parece no estar aquí... La está afectando, hasta yo puedo ver cómo se está desmoronando ¿Tan ciego eres para verlo? ¿Tan grave es lo que le dijiste? -A su padre no le parecía así.

-Yo no lo veo de tal forma pero tal vez ella sí.

Caroline se sentó en la orilla de la torre, escuchó unos aullidos a lo lejos sin saber que son los de su creación. Levantó el rostro hacia el cielo preguntadose si alguna vez podría hacer algo bien.

En cuanto acabaron de cenar los únicos que se quedaron fueron Sofia y Dereck en la mesa.

-Ire a hablar con Caroline -Ashley detuvo a Dante.

-Yo soy su hermano, yo voy.

-Déjamelo a mí... -Michael abrió la boca para decir que él iba pero Ashley le ganó.

-No, nunca estuve, ahora es mi turno.

-Solo está vez -Ashley gruñó como Caroline cuando algo no le salía bien.

-¡Bien! Solo esta vez pero si te sobrepasas con ella te parto la cara, ahora tú, jitomate, ven conmigo.

-Pero yo también quería ir a verla...

-Ven conmigo, vas después -Michael siguió a regañadientes a Ashley-. Está en la torre, es lo más seguro.

Tomaron distintos pasillos y Dante subió hacia la torre, al llegar arriba la buscó hasta encontrarla sentada en la orilla, se acercó lentamente pero Caroline logró escuchar sus pisadas que apenas y si hacían ruido.

-Quiero estar sola Dante.

-Mientes... Nadie quiere estar solo -siguió acercándose hasta sentarse por un lado.

-¿Qué haces aquí?

-Acompañandote en tu dolor -Caroline sonrió.

-¿Cuál dolor? -le miró. Los mechones azules de su cabello se esparcieron por todo su rostro a causa del aire.

-Eso dímelo tú. ¿Qué te ha puesto tan mal?

-No es nada, solo me sentí mal -le resto importancia y Dante no le creyó.

-¿Entonces eso es todo?

La sonrisa de Caroline se ensanchó ¿Cómo podía alguien conocerla tanto? ¿Cómo podría él preocuparse por ella? cómo podría aguantarla? Le miró a los ojos y se quedó embobada en ellos, aunque no hubiera mucha iluminación sus ojos brillaban como si pudieran iluminar su camino en la fría noche. El aire movió el cabello de Dante sacándolo de su lugar y Caroline lo paso sus dedos por su cabello para peinarlo, lo hizo varias veces sin darse cuenta que estaba sonriendo con sinceridad, Dante se encargó de grabar esa sonrisa para siempre. Al darse cuenta de que sus dedos no se habían despegado del cabello de Dante los quitó un poco avergonzada. Sentía un jardín floreciendo en su interior y le dieron ganas de arrancar cada flor antes de que se volviera un jardín de verdad pero demasiado tarde, eso no ocurriría así ir.

El bosque lll •Sacrificio•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora