Capítulo 11 -•- Confesión

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-¿Pasa algo? Me ha dicho un guardia que ya llevas mucho aquí -dijo Fany al inicio del pasillo.

-Caroline no abre la puerta, fui con Ashley y tampoco, algo están tramando de eso estoy seguro, no quiero entrar así como así pero suficiente.

Dereck intentó abrir la puerta y no pudo, dándose cuenta de que tenía un hechizo puesto.

-¿Qué pasa ahora? ¿No se te ocurre que pueden estar dormidos?

-Tiene un hechizo, ya se han metido en algo... -Logró quitar el hechizo y entraron.

Observaron la habitación, todo en perfecto estado, nada fuera de su lugar y ni pista de ellos. Encontró una hoja tirada en el piso, de color amarillenta, gruesa y con los bordes desiguales por lo antiguo, recogió la hoja del grimorio, se había caído y los hermanos no se habían dado cuenta. Sabía de dónde era, se lo habían robado a él, y él se lo había robado a su esposa Bianca y antes de ella, no sabía a quién había pertenecido.

-No vayas a ser tan duro con ellos...

-¿Cómo me pides eso Fany? ¡Es magia negra y no me preocupa tanto que los descubran sino que la misma magia negra los mate.











Michael permaneció quieto y ni siquiera había soltado el aire, Caroline se levantó esperando que él también lo hiciera pero no fue así. El sentimiento de tristeza, desolación apareció de repente, sentía que estaba sola en el mundo, en aquel momento aún estando con Ashley, Hanna y Dante perfectamente, esos sentimientos fueron asfixiantes, tanto que le costaba respirar, se dejó caer de rodillas ganándose unos moretones, Dante se agachó y tocó su hombro, salió disparado contra la pared, dejó grietas de lo fuerte que había impactado, Hanna se acercó también y pasó lo mismo con ella. Caroline no se dió cuenta, no escuchaba los quejidos de los otros dos, no había sentido cuando la habían tocado, era como estar en una burbuja, una que le hacía querer morir por la suma tristeza, las lágrimas ya estaban saliendo como cascadas pero no tenía idea de por qué le pasaba eso, cerró los ojos con fuerza y sintió una puñalada en el pecho, sintió el dolor similar a cuando le quitaron sus alas, pero estaba vez se trataba de su corazón y con la diferencia de que nadie lo estába haciendo, abrió los ojos de golpe y vio el piso manchado de sangre, Hanna y Dante quisieron acercarse pero un domo invisible no sé los permitió, su vista se nublo. El dolor se expandía de forma lenta y dolorosa, imposible de aguantar por un simple humano.

-¡Oh por Dios, hagan que pare! -Caroline tenía una una mano en el pecho y la otra en el piso.

El sentimiento cambió, se sentía atrapada, atrapada en su propio cuerpo quería ser libre y no podía, un miedo apareció, después otros y otro, cada uno de sus miedos se hicieron presentes y rondaban por su cabeza sin parar, como si se burlaran de ella. Sus ojos se tornaron negros, sus colmillos salieron de una forma horrendamente dolorosa, pequeñas venas adornaron alrededor de sus ojos y boca, sus venas resaltaron y sus cicatrices de la espalda comenzaron a doler tal cual como mil navajas siendo clavadas en ellas. Ashley, Dante y Hanna golpearon el domo, Hanna sacó sus polvos y no sirvió, su visión había cambiado, se suponía que Caroline iba a equivocarse en alguna cosa pero no lo hizo y ahí estaban las consecuencias.

Michael soltó el aire y tomó una bocanada desesperado, se sentó en el piso desorientado intentando levantarse hasta que los vio. Todo había parado, el domo había desaparecido como el dolor de Caroline, su desesperación... todo.

-Caroline... -susurró, Caroline se limpió el rostro y Michael saltó a sus brazos tirandolos a ambos en el piso- No sabes cuanto te extrañe, a todos a decir verdad, no sabía qué pasaba, dónde estaba me sentía atrapado, era desesperante... todo junto... -Lo que había sentido en aquel momento Caroline había sido todo lo que Michael estaba sintiendo por no poder descansar.

El bosque lll •Sacrificio•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora