Capítulo 60 -•- Feliz cumpleaños -•- parte II

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—¿Cuánto queda? —pregunte en un susurro.

—¿Para que amanezca...? Unas tres horas.

Seguí con mi cabeza recargada en su hombro, con su magia me había ayudado a secar el vestido y realmente lo agradecía.

Amanece a las siete de la mañana y son las cuatro, llevamos unas cuantas horas aquí... Y pensamos terminarlas aquí hasta el día siguiente.

Las peleas no han acabado pero pronto lo harán.

Un fuerte golpe en la ventana nos hizo sobresaltar, apenas me estaba durmiendo.

No hay nada, había sido una roca, la cual había estrellado el cristal.

Hemos hecho un hechizo con Ashley para que no puedan entrar, esperemos que dure mucho.

—Vaya, vaya... —se escucha esa desagradable voz, cerré los ojos con fuerza apretando el brazo de Ashley Para después levantarnos rápidamente.

Cuando menos lo esperamos ya la tenemos frente a nosotros.

Y ella reacciona antes que nosotros.

Ambos somos empujados en distintos puntos de la habitación pegandonos en la pared como ratas en una trampa de pegamento.

Hizo aparecer una espada, y la dirigió hacia mí.

Se detuvo sin tocarme, la empujó y está se doblo pero se regresó, clavándose en su abdomen.

Dejamos de estar pegados y corrimos hacia la salida pero fuimos detenidos.

Chicos de ojos rojos aparecieron entonces retrocedimos.

Nos iremos a la mierda.

Nos dimos una mirada cómplice con Ashley cuando nos miramos.

Y la masacre comenzó, hicimos aparecer dos espadas, el choque contra el filo entre ellas es alto.

Ashley mueve la mano abriendo el ventanal y arrojando a dos por ahí, lo vuelve a cerrar y corta el cuello de uno.

Entre los dos nos ayudamos, me arroja a uno, levantó la mano y lo dejo caer sobre la espada cortándole la garganta.

Rayos de colores salen de las paredes clavándose en los enemigos los cuales quedan en el piso con sangre negra a su alrededor.

Todo va perfectamente hasta que entran más.

Llega el punto donde yo estoy en el piso forcejeando con tantos que no puedo contar, me han inyectado algo que me impide utilizar bien la magia y a Ashley también.

Con esta desesperación grito de rabia.

De las Paredes salen picos de madera, parece un puercoespín. Salen disparadas clavándose en ellos, algunos vampiros mueren en seguida, algunos otros solo se lastiman, bombas de colores dejaron ciegos a otros.

Rayos azules y rosados salieron creando un pequeño dragón que saltaba por aquí y por allá hasta que creció del tamaño de la habitación tragándose a los sobrantes y se esfumó en diamantina.

—Ustedes no se van.

—Nadie te pidió permiso.

Más aparecieron cuando Bianca abrió un portal.

—Me encanta  como siempre están juntos últimamente —Ríe— es mejor que los dos se hinquen y se den por vencidos —Sus zapatos resonaron en el piso y se detuvo de golpe tocándose el abdomen.

—No toques a mis hijos —Advitió mi padre, un lazo que quemaba su piel se había enredado en su abdomen, lo rompió y lo regreso a mi padre.

Nos hizo una señal para que nos fuéramos justo antes de que arrojará a Bianca, pero está cayó y apareció en la puerta.

El bosque lll •Sacrificio•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora