Capítulo 37 -•- Alas

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Narrador omnisciente...

Bianca hizo desaparecer a sus hijos con un hechizo, pasando a Caroline a una casa en medio del caos y dejando a Ashley en una de las habitaciones del castillo con un hechizo para impedirle salir, uno que ni él podía quitar con ayuda de otro.

Empujo a Dante contra su primo y Hanna, estos los sostuvieron para que no cayera antes de las paredes del castillo comenzaran a caer a causa del ejército de armados que habían entrado, primeramente dispararon con pistolas que les paralizaba la parte del cuerpo en la cual les daba para tenerlos un tanto débiles y pasar a torturarlos con un "agua" que les quema la piel; el cual había sido dado por Bianca después de todo y así "ayudar" a acabar con la magia.

Hanna sacó sus alas clavandolas en algunos oficiales, sus alas se iluminaron de una forma tan brillante que cegó a algunos cuantos, Bianca apretó los labios, pues sabía que hanna podría acabar con su pequeño ejército que había hecho llegar por ellos. Suspiró.

—¡Sus alas! —gritó— ¡Sin sus alas no podra hacer magia!

Ivan al escuchar tal cosa arranco la cabeza de cada uno de los armados que podían y querían acercarse a su amaba, con esto Hanna aprovecho para pelear como le habían enseñado las demás hadas, sin tener piedad alguna, sin tener sentimientos o compasión por quien tuviera que matar, después de todo eran ellos los que habían comenzado a entrar a su hogar. Dante ayudó a Ivan, y Bianca se encargo de hacer entrar mas, pues no le parecía que en menos de cinco minutos su pequeño ejército estuviera sin vida en el piso aun después de haberle dado armas que pudieran acabar con aquellos seres. Los tres se pusieron frente a ella para darle la cara, puso mala cara y dirigió todas las espadas, cuchillos y objetos punzantes que les pudiera lastimar, Mari salió de una habitación justo a tiempo llamando a Hanna quien entendió de inmediato, Mari corrió hacia donde estaban los tres y Hanna los envolvió con sus alas, tratando que estas sirvieran de escudo, un candelabro de los más pesados se arrancó con todo y techo trayendo consigo algunas mesas de concreto, todo el peso cayó sobre ellos pero Hanna en ningún momento los dejo aún así recibiera todo el peso y pudiese lastimarla... O incluso matarla.

Caroline salió de aquella casa cubriéndose con la magia, el humo azul salió por todo su cuerpo, no pasa desapercibida pero en ese momento no le prestarían demasiada atención si no era para matarla después de todo. Había unos niños bajo un techo donde cualquiera podría asesinarlos y al ver que algunos quisieron llevárselos apareció frente a ellos rompiéndoles el cuello y quitándoles las armas para usarlas contra ellos.

Guió a los niños hasta una casa de concreto la cual se veía sin casi ningún daño, lo mas posible era que seria de algún brujo y estuviera protegida, iba a durar por un buen tiempo y no se arriesgaría a llevar a los niños con su madre para que los asesinara.

—Mucha gente dijo que tu eras mala —dijo un pequeño niño vampiro.

Caroline no sabía qué decir, pues sí lo fue en algún punto y no alejaría de decir que ahora era buena, aunque justo en esos momentos, ni sabía de que lado estaba.

—La gente se equivoca ronald —dijo otro pequeño niño con sus alas rotas, Caroline al ver su mal estado acercó sus manos a él y rápidamente su piel se iluminó sanando las heridas del niño.

—Si la princesa fuera mala no te hubiera sanado, no seas estúpido —una pequeña niña vampiro golpeó la cabeza del niño por lo cual le causó gracia y sonrió, aquel niño le recordaba a su pelirrojo por su cabello alborotado.

—Ya no es princesa, colmillitos, ahora es reyna, de todo Agarathaí junto con su hermano —sonrió el primer niño.

—Bueno, gusto en conocerlos, ahora, ustedes se quedan aquí, tengo que salvar a su rey y algunos más, no salgan por na...

El bosque lll •Sacrificio•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora