El bosque lll •Sacrificio•

Capítulo 31 -•- Correr

Caroline

         Suelto un grito al sentir como voy cayendo entre tablas y concreto hasta que me detengo, un día de estos me voy a quedar sin espalda, respiro profundo para tomar fuerza y levantarme, no sé a dónde se ha llevado a mi padre y no tengo la menor idea.

            —¡PAPÁ! —gritó sin recibir respuesta y una opresión se forma en mi pecho, si le pasa algo no me lo perdonaría... Salgo de entre todo con dificultad y algunos raspones que sanan con lentitud. Salgo por completo y no sé a donde dirigirme, ni siquiera sée dónde estoy.

           —Ve al edificio más alto —habla alguien sobresaltandome y lo miró.

          —Ni siquiera puedo confiar en ti —le respondo a Alex.

          —Me debe muchas, pero si quieres creerme bien, sino también, pero no sería todo tan fácil —desaparece y siento un pinchazo en el cuello, tomó su mano tratando de que no continue—. Por lo menos ahora sabes dónde está aunque no tengas en tu totalidad tus poderes, tómalo como un "gracias" por dejarme ver a Michael —y vuelve a desaparecer, trato de abrir un portal pero no puedo, la magia no funciona, ni siquiera los polvos aparecen.

        ¿Puedo confiar en él? Yo mismo acabaré con el está vez sino es así salgo de la maldita casa y rápidamente me empujan apuntandome con un arma en la cabeza, trato de moverme rápidamente pero no puedo hacerlo, estoy demasiado lenta. Tomó un tubo y lo uso para defenderme golpeando a todos los que se interponen, los disparon suenan y gracias a que golpee el brazo de quien esta armado las balas caen en otro lugar pero pronto llega más gente tratando de atarme, no quiero abusar pero una chica me da un puñetazo en el rostro.

         —¡Idiota! —le grito regresandole el puñetazo y dejándola inconsiente, la gente enfurece y me intentar tomar de las manos, unos polvos lo duermen a todo y me encuentro con una chica de cabello verde.

           —Agradece después, ahora hay que escapar —Corre tomando mi muñeca y corro a su lado— creo que las presentaciones ni quedan ahora, pero gusto e conocerte princesa, si salimos de esto quiero que seamos amigas —dice sonriendo.

           —Me encanta la idea —en estos momentos todo es bueno, un dragón salta de un edificio y jaló a la chica para deslizarnos por el concreto y pasar debajo de una cabina de trailer, el dragón aplasta la cabina y reímos nerviosas las dos— casi fuimos aplastadas —siempre diciendo lo obvio, idiota... me mira y seguimos corriendo.

          —Ese fue mejor de lo que creí, nunca imaginé estar corriendo aquí con la princesa a decir verdad... ¿Buscas a alguien?

           —A mi padre, voy a edificio más alto, así que creo que viniendo estés a salvó será mejor separarnos —golpeamos a unos cuántas personas... Algunos helicópteros dejan caer bombas que afectan a lo seres mágicos, cubrimos nuestra nariz y boca como podemos y unos chicos nos hacen señas con luces para entrar a un edificio.

         No dudamos en correr hacia allá y un avión comienza a caer, un dragón había chocado con él, nos juntamos y evitamos que el avión terminará por explotar cayendo sobre nosotros, gracias a la magia de detuvo suavemente quedando entre las calles sin siquiera cabe pero lo que no pudimos evitar fue que un helicóptero se cayera, entramos a un edificio con algunos detrás de nosotros, cerraron las puertas con hechizos pero ellos podían atravesarlas.

        Una nube de humo se levanta por todo el lugar metiéndose al edificio, otro edificio que estaba enfrente termino por derrumbarse.

         —¿CÓMO ES ESO POSIBLE? —grita uno subiendo las escaleras  pero la gente comienza a salir y nos impide pasar, gritándole a la policía que vengan por nosotros— ¡Una disculpa ante todo! —grita el chico antes de meter a todos en una burbujas y hacerlos flotar,  las puertas se rompen y más sujetos con armas que disparan algunos ganchos con electricidad o eso parecen, los disparan dejándonos acorralados y nos agachamos creado un escucho, las descargas eléctricas se regresan a ellos y continuamos corriendo, algunos destellos azules salen de cada paso que doy y si alguien pasa por ahí se queda pegado.