Cuatro

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— ¿Realmente confías en ese idiota? —le preguntó Xian en voz baja mientras bajaba una caja de vodka del auto de Miles— Míralo, no parece estar en sus sentidos.

— Lo sé, pero es el único idiota que me vendería alcohol en todo San Francisco —Hoseok tomó otra caja y la colocó en el suelo. Soltó un gruñido por el dolor que sintió en el brazo.— Joder, estas botellas pesan.

Xian soltó un ruido lamentable cuando elevó otra caja y la soltó bruscamente al suelo.

— Oye, ten cuidado. Son botellas, no tu ropa sucia —Hoseok cargó otra caja.— Trata de no hacer tanto ruido.

— ¿Por qué no pediste las botellas más tarde, Hoseok? Son las cinco de la tarde. —Xian lo miró con desaprobación— Cualquiera podría vernos, ¿Qué si Danniel está rondando?

— A esta hora hay ruido en la ciudad, en especial porque es viernes. Si las pedía más tarde y me ponía a cargarlas, haría demasiado ruido. Llamaría más la atención. —Hoseok se recargó en la ventana derecha del auto. Respiró por la boca antes de limpiarse el sudor de la frente.— Sé que suena imposible, pero no quiero correr más riesgos. No a este punto. No con Danniel siendo el general de Alcatraz.

Xian se recargó igual y respiró pesadamente.— ¿Cómo planeas subir las cajas sin pasar por la recepción? ¿Acaso pensaste en eso, pequeño genio?

— ¿Quién dijo que entraríamos al edificio para meterlas? —Hoseok seguía respirando pesadamente, pero una sonrisa se asomó, dejando sus hoyuelos a la vista.

— No —Xian negó con la cabeza— No sé que plan tengas, Jung, pero no seré tu conejillo de indias.

— Oh, vamos. Eso hacen los amigos —sonrió más grande y ladeó la cabeza— No seas un hijo de puta.

— Dije que no me metería en esto, Hoseok. ¡Tú mismo me lo prometiste! —Xian cruzó los brazos sobre su pecho y se enderezó un poco. —No lo haré.




...




— Ten más cuidado, Hoseok —gritó, forzándose a bajar el tono— No, un poco más a la izquierda —Dijo mientras tomaba la cuerda con fuerza. La cuerda que si jalaba, subía un balde, y en ese balde había una caja de vodka. Todo desde la ventana del departamento de Hoseok.

— No te escucho, Xian ¿Acaso dijiste "No lo haré"? —sonrió burlonamente mientras acomodaba la caja.

— Cierra la boca —dijo con dificultad mientras jalaba la cuerda— Apresúrate, Hoseok.

— Si, si. En un segundo —acomodó la caja para que no saliera de la cubeta y le dio una palmada— Toda tuya.

— ¿Miles no va ayudar? —Xian seguía tirando de la cuerda.

— Miles se fue hace más de diez minutos —se rascó la cabeza.

— Si, ya sabía —dijo sin hacerlo gracioso, pero a la vez lo consiguió.— ¿No prefieres cambiar de puestos? Estoy cansado —Xian logró subir la cubeta hasta el marco de la ventana y recargó su mentón sobre esta.

— En un momento. Sólo faltan... —miró a su lado y contó las cajas— veintitrés.

— Mi culo que eso no pasará —cargó la caja y la puso en el piso del departamento, al lado de él.— Voy a bajar, será mejor que vayas subiendo. —y desapareció por el marco de la ventana.

Make yourself harder to kill |vhope|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora