"Hazte más difícil de matar, el mundo no perdona" fue la lección que marcó a Hoseok. Porque el haber estado en la prisión Alcatraz no fue completamente desagradable.
Era 1939; el año del alcohol ilegal en San Francisco. Hoseok lo sabía.
"¿Entonces c...
La habitación que alguna vez había estado viva, ahora se moría entre llamas. Las ventanas no dejaban entrar la luz del sol gracias a las gruesas y pesadas cortinas negras que sólo ayudaban a la sensación del sofocamiento. El aire empezaba a hacerse más tangible de lo grueso y oscuro que era.
Mientras la habitación se hacía cenizas, sumergida en un color naranja, Taehyung estaba sentado en medio de ella, cabizbajo y luciendo inconsciente. Tarareaba una canción que solía escuchar mucho cuando era joven. El ruido cálido del fuego comiéndose todo a su paso llenaba sus oídos.
Habían unas manecillas de reloj sonando como marcha de soldados a plena calle. Cada vez se hacían más fuertes, como si se acercaran.
Taehyung parpadeó y levantó la cabeza.
Lo primero que escuchó fue el cantado de un pájaro. Lo primero que vio fue el cielo azul al otro lado de la ventana. Lo primero que entendió es que todo había sido una ilusión. No lo creería si no estuviera viendo lo que veía, ya que el calor quemándole la ropa y traspasando a su piel se sentía tan real.
Por un momento pensó que iba a morir.
Estaba tan cansado mental y físicamente que la idea no le causaba preocupación en absoluto. Tal vez llegaba a aceptarlo, pero entonces recordaba a Hoseok. Oh, demonios, el amor de su vida estaba en peligro.
Como una inyección de café negro mezclado con una bebida energética, Taehyung recordaba que todavía no podía morir, no sin encontrar a Hoseok. A veces se imaginaba los miles de finales alternativos a este momento. ¿Qué hubiese sido de ambos si nunca hubiese sucedido nada? Probablemente Hoseok estaría mejor.
Entonces cayó en cuenta de que la única manera de salvarlo era simplemente no haberlo conocido. Y era cierto; Taehyung lo amaba tanto que no dudaría en retroceder el tiempo sólo para no haberse fijado en él, incluso si eso lo llevaría a lastimarse a si mismo.
No, se necesitaba mucha más desmotivación que esa para que Taehyung decidiera parar. Él no iba a descansar hasta explorar cielo, mar y tierra.
Le vendería su alma al diablo si era necesario.
Joder, ¿¡Cómo puedes tener tantos sentimientos por una persona?! ¿¡Realmente el ser humano podía amar tan fuerte?! ¿Entonces por qué el mundo era un lugar tan malo?
— ¿Dónde vamos a buscar primero? —dijo Namjoon en la puerta de la habitación.— Mis hombres están listos, sólo necesitan ordenes.
Taehyung negó con la cabeza.
— No vamos a buscar hasta que no sepamos a lo que nos enfrentamos —dijo— Los bastardos que tienen a Hoseok me conocen, y quieren algo. No nos vamos a exponer sin tener una respuesta por su parte.
— Una carta —Namjoon dijo lo primero que se le vino a la mente.
— Si son inteligentes mandarán una —Taehyung tragó saliva.
— Señor, han pasado más de quince horas desde que se llevaron al señor Jung. Esa carta debió de haber llegado hace-
— Quieren que piense que está muerto.
— ¿Qué?
— Quieren que pierda la paciencia y piense que lo han matado.
— ¿Cómo sabe eso?
Taehyung subió una ceja.
— Porque es el plan más estúpido que existe —se recargó en su silla— ¿Por qué secuestrarías a la pareja de un hombre como Kim Taehyung sólo para asesinarlo, y sin pedir nada a cambio? No tiene sentido. Sólo quieren que pierda la esperanza y que me vuelva loco.
Namjoon soltó un chiflido.
— No esperaba menos de usted, señor. Pensé... pensé que estaría devastado.
— Lo estoy.
Namjoon nunca escuchó unas palabras más sinceras y suaves por parte de Kim Taehyung en todo el tiempo que llevaba trabajando con él. Salieron delicadamente de sus labios, casi inaudibles, pero lo suficientemente fuertes para que Namjoon sintiera empatía.
Parecía que el que había hablado no era Kim Taehyung, sino alguien más. Namjoon entendió que su jefe si era humano al final de todo; tenía sentimientos y había momentos en los que no tenía ganas de continuar, pero se tragaba esos deseos débiles para levantar la cabeza y seguir adelante.
— Entiendo —asintió para no volver a tocar el tema. No creía que Taehyung quisiera hablar de eso.
Taehyung por su parte se acomodó la corbata y carraspeó la garganta.
— Puedes retirarte. —y así lo hizo.
Ambos esperaban una respuesta o algo que les indicara que querían o quienes eran. A decir verdad, Taehyung relacionaba mucho esto con la muerte de Danniel; todavía recordaba lo que sus últimos alientos le amenazaron.
Danniel había mencionado algo sobre "ellos." Probablemente algún grupo peligroso con el que este se había metido, lo más probable es que les debía dinero. Al haber matado a ese bastardo, sus deudas se pasaban en automático a él, ya que era el responsable de que este no pudiera pagarlas.
¿Entonces así es como querían que pagara sus deudas? Se llevaban a Hoseok sólo para que pagara unos cuantos miles de dolares. Era patético; ni siquiera necesitaban amenazarlo, un "por favor" hubiese sido suficiente.
Ahora todos tenían complejo de gángster; nadie podía esperar a cometer un delito.
Lo único que a este punto le quitaba el sueño a Taehyung era que esos matones no tenían ninguna razón por la cual dejar a Hoseok vivo después de que este cumpliera sus peticiones. Ellos podrían decirle que lo dejarían en paz después de cierto intercambio, pero nunca se puede confiar en la palabra de un criminal, Taehyung sabía eso muy bien.
Él necesitaría intervenir para que saliera de esto con vida, eso era seguro. Lo único es que primero necesitaba una respuesta.
Necesitaba esa carta donde le decían que Hoseok no seguiría vivo por mucho tiempo, con todas las amenazas básicas de un criminal, para así poder continuar.
No podía esperar para poner las manos a la obra.
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Así es como me imagino a Taehyung en esta novela:D (La imagen no es mía, créditos a quien la haya editado, lO HIZO MUY BIEN OMG)
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