Cuarenta y tres

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Homosexualidad.

El tema que en 1939 no era algo agradable, y que nadie tocaba. Era un tabú; algo que existía, pero si se podía no hablar de eso, nadie lo hacía.

Bueno, no todos era homofóbicos; Hoseok no lo era, y Taehyung tampoco, pero tampoco es como si ambos hubieran cuestionado las circunstancias. Al principio, en la prisión, era algo "normal." Sólo un hombre con necesidades, un hombre fuerte que podía someter a cualquier otro a su placer.

Pero ahora, cuando ambos ya eran libres, ¿Podrían creerlo? Ellos seguían juntos, porque ambos querían estarlo.

Se les salió de las manos tal vez, porque ninguno nunca lo pensó. Ninguno se cuestionó el por qué o cómo, sólo disfrutaron la compañía del otro.

— ¿Eres feliz con esto? —dijo Hoseok con las rodillas pegadas al pecho.

Sí, Taehyung había cumplido la promesa de visitarlo en la madrugada. Y ahí estaban, en la oscuridad de la madrugada, platicando y dejando los puntos claros. Hoseok estaba sentado en una silla al lado de la cama, y Taehyung estaba recargado en la puerta, cada uno al extremo de la habitación.

La luz de la luna rozando suavemente en los cabellos de Hoseok, con la pequeña corriente de aire entrando por la ventana. Taehyung podía observarlo por horas.

— Lo soy —dijo secamente.

Hoseok asintió.

— ¿Cómo lo sabes? —dijo con un toque de nerviosismo en su voz.

Taehyung cambió el ángulo de vista hacia Hoseok, levantando un poco su mentón, dando la misma imagen fuerte y violenta que en la prisión.

— Se supone que uno debe saber cuando es feliz o no, no es difícil de entender.

— Sí, eso lo sé. Me refiero... ¿Cómo sabes que no es sólo lo que quieres creer? ¿Acaso nunca me has sentido como una obligación? ¿En serio vas a decirme que no te cansa hacerlo una y otra vez?

— ¿Hacer qué?

— Cargar conmigo.

Taehyung desvió la mirada.

— Sí te digo que no, seré un mentiroso. —Por cosas como estas Taehyung no era conocido como un hombre que mentía por amor, él siempre era franco y directo... pero siempre encontraba la manera de ver lo hermoso de lo retorcidamente frío. Porque según él todo tenia un lado bonito, sólo debías intentar observar de otro ángulo.

 Hoseok se encogió, un poco apachurrado al oír eso. Se dijo a si mismo que no debía sorprenderse, mucho menos sentirse triste.

— Entonces tú-

— Sería un mentiroso si te dijera que no, que nunca me he cansado. —lo interrumpió— Ahora mismo estoy cansado, porque podría estar durmiendo y descansando en vez de estar arreglando la situación... Nuestra situación. —Miró a Hoseok— Pero no quiero hacerlo —Hoseok levantó la mirada.— Si prefiriera dormir no estaría aquí... Sí no te amara tanto como lo hago, tú no estarías aquí.

Punto a considerar, él tenía razón.

— Entonces la respuesta sí, me canso, me desgasto y me rompo cuando lucho por ti. Me destruí cuando tuve que abrirme el vientre, porque ahora mi rendimiento es patético —Miró a otro lado— Pero no me arrepiento. —lamió sus labios— Porque de alguna manera tú eres mejor que todo eso. Eres más hermoso que cualquier pintura ridículamente cara, eres más valioso que cualquier puta joya. Tú eres eso que la filosofía llamaría "Inexplicablemente imperfecto."

Make yourself harder to kill |vhope|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora