Tres

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— ¿Qué? ¿De qué mierda hablas? —Xian ajustó los ojos en torno a Hoseok. Realmente si había entendido lo que había dicho, pero una parte de su cerebro no lo asimilaba. Era estúpidamente estúpido.

— Ya te dije... Danniel cree que tengo algo entre manos —Hoseok se talló la cara, sentado en la única silla de la aparentemente sala dentro de su departamento. Tenía los codos sobre sus muslos, una posición que denotaba cansancio.

— ¿Cómo carajos se enteró que tú-

— No lo sé, créeme que si supiera el nombre del desgraciado que le dijo no estaría tan alterado. —con una mano se rascó la coronilla y frunció los labios— ¿No fuiste tú, verdad? —Lo miró con ojos de pistola.

— No le hablo a ese idiota, ¿Crees que he olvidado lo que pasó en Año Nuevo? Además, ¿Qué gano con delatarte? Me debes dinero, y en prisión dudo que puedas pagarme. 

Hoseok soltó un sonido gracioso— Amo tu honestidad, ¿ya te lo había dicho? —se enderezó en la silla y le sonrió a Xian. Sus pequeños hoyuelos aparecieron para destruir toda la heterosexualidad masculina en el mundo.

— Deja de sonreír así, a veces olvido que eres hombre —Dijo Xian. Hoseok soltó una carcajada, echándose atrás en su silla.

— Estábamos hablando de Danniel y su enamoramiento enfermo por mi, ¿Por qué terminamos hablando de que te hago maricón? —Hoseok dijo entre risas.

— Tiene que ver, ¿no? —Era imposible negar que estos dos, a pesar de la vida moralmente incorrecta que tenían, vivían bien. Su humor negro y un poco homosexual siempre ayudaba en las situaciones tensas. 

Hoseok dejó de reír— Será mejor que el idiota de Danniel no se entere, cree que puede meterme en la misma celda que Kim Taehyung, sólo porque no hay más celdas.

— Alto, ¿Qué carajos acabas de decir? —Xian cambió su rostro dramáticamente. Como se decía y no se negaba, el apellido Kim era capaz de cambiar el humor de alguien, simplemente era algo con lo que no se jugaba. Al menos no en San Francisco.

— Me amenazó con que si encontraba trapos sucios se encargaría personalmente de meterme a prisión, con Kim Taehyung en la misma celda. —No le tomó mucha importancia al asunto, como si no estuviera nombrando al Narcotraficante y arma móvil de Kim Taehyung. Un hombre que medía casi veinte centímetros más que Hoseok, tal vez otro metro más de ancho y unos diez kilos de diferencia, sin contar la fuerza.

— ¿Cuando te dijo eso? —Xian seguía casi sin creerlo— Está un poco zafado.

— Fue ayer —Hoseok pasó un dedo sobre sus tatuajes, eso significaba que estaba nervioso.— Lo sé, demasiado pasado para ser real. Esta vez si se pasó, como si realmente pudiese hacerlo.

— Hoseok... Danniel trabaja como general en la prisión Alcatraz hace aproximadamente una semana y media —Hoseok lo volteó a ver rápido— Puede hacerlo, incluso si hubiesen más celdas, él puede hacerlo.

Hoseok palideció.

— ¿Cómo coño sabes eso? —se acomodó en su silla, sin dejar de mirar a Xian.

— Todo el mundo lo sabe. Hubo una anunciación cerca del muelle Pier 39. ¿Acaso vives bajo una piedra? —Incluso Xian lucía un poco asustado, ¿Cómo es que Hoseok no se había enterado?

— Mierda... —soltó un quejido y se cubrió la cara con las manos— Debí de haberlo sabido. Ese idiota anda muy narcisista últimamente. —dijo, sin dejar de cubrirse la cara.

— Hoseok, esto puede salir mal, será mejor que simplemente lo dejes. Dile a Miles que se cancela el trato, él te devuelve el dinero y tú las botellas. Fácil.

— No puedo, ni siquiera me ha traído las botellas. 

Entonces alguien tocó a la puerta.

— No es cierto, tienes que estar jodiéndome —Hoseok pisó fuerte el suelo.

Xian contuvo una carcajada. Esta situación se tornaba graciosamente aterradora— Creo que es Miles —Xian seguía ocultando la risa.

— ¿Ah, si? Júramelo —Hoseok lo apuñaló con su mirada. Obviamente no estaba de humor.

Se levantó de la silla y miró la sombra en los pies de la puerta.— Hoseok, ¿No le abrirás a un gran amigo tuyo? —la voz irritante de Miles le perturbó los oídos— Será mejor que abras.

— Cállate, mierda —caminó más rápido y sin preocupaciones hacia la puerta, tiró de la perilla. El rostro desagradable de Miles le hizo hacer una mueca— ¿Dónde están?

Miles miró detrás de Hoseok. Xian ahora estaba sentado en su silla, con una mirada juzgadora— Lo siento, ¿Interrumpo algo? ¿Estaban teniendo sexo o algo por el estilo? Par de maricones. Puedo volver en otro momento.

— Sólo dile donde está lo que te pidió y lárgate, Miles. El apartamento empieza a oler mal —Xian agregó desde el fondo de la sala. 

Miles frunció el ceño— Tú, hijo de-

— Dime donde están las botellas y lárgate. Ten, tu asqueroso dinero. —buscó en la bolsa trasera de su pantalón y cuando por fin lo tomó, se lo arrojó en su cara.

— Están en el callejón. —dijo un poco más serio— ¿Esperabas que subiera las treinta botellas hasta tu departamento, princeso? —recogió el dinero

— Bien. Xian, acompáñame. —lo miró y le hizo una seña con la cabeza.

— Esto va a terminar mal —Xian susurró y se levantó— Asegúrate de que ese parásito no me toque. 












pied piper

Make yourself harder to kill |vhope|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora