Once

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Era hora de comer, y Hoseok estaba solo en su mesa. Para él era gracioso  ver que incluso había hombres comiendo parados, recargados contra la pared. Sólo lo hacían porque era mejor no meterse con el muchacho de Kim. El Señor Kim.

Hoseok tenía la cabeza abajo, apenas tocando la comida. Taehyung lo miraba desde cierta distancia, con una manzana a medio comer.

Hoseok levantó la cabeza cuando sintió que alguien había ocupado el lugar frente a él. Un chico con cabello negro, ojos pequeños y cachetes esponjosos. Se veía tan fuera de lugar aquí, pero una de las lecciones que había aprendido sí o sí, era que nunca podías guiarte de alguien por su aspecto; Taehyung era atractivo y se veía como ese tipo de hombres grandes y caballerosos que te abren la puerta del auto, cuando realmente era un criminal sentenciado a casi cien cadenas perpetuas. 

Haciendo un paréntesis; Hoseok había tenido tanto tiempo libre que en algún momento empezó a clasificar a los criminales aquí, y sólo habían dos tipos. Primero estaban los que no asesinaban perritos o niños, luego estaban los que sí. Taehyung pertenecía al segundo grupo. 

— Hey, ¿Hoseok, no? —dijo el chico, devolviéndolo al mundo real.

— ... Sí, soy Hoseok —dijo inseguro. Volteó en dirección a Taehyung, buscando su mirada fría sobre él. Sí, estaba viéndolos, dándole una mordida a la manzana, se veía tranquilo.

— Tenía una duda... ¿Eres... ya sabes... todos dicen que eres el novio del Señor Kim y-

— Wowowowow, no. No soy su novio. Él... Taehyung es un criminal posesivo y controlador, sólo eso. —lo interrumpió.

— Oh, entonces discúlpame, de verdad. —Llevaba semanas sin escuchar palabras tan humildes como esas. Nadie decía eso aquí.

— Sí, no te preocupes —le ofreció una sonrisa sincera, pero desconfiada.

El chico hizo una mueca de incomodidad.

— Me llamo Jimin —soltó sin más.

Que bien. ¿Quieres un aplauso por saber decir tu nombre? —Hoseok quiso responder, pero no. Jimin era el único que hasta ahora le había pedido perdón por algo. El chico se veía amigable, pero recordando, no podías confiar en nadie, ni siquiera en tu sombra.

— Un gusto —se podía ver su incomodidad y desconfianza a ciegas. Hoseok era pésimo ocultando sus sentimientos u opiniones. Lo último Taehyung lo sabía muy bien.

Así le había enseñado mamá.

— Oye, no soy un pervertido, ni estoy intentando algo. Es decir, si fuera un enfermo sexual no sería tan estúpido e iría tras el protegido del Señor Kim —Hoseok frunció el ceño— Bueno, lo que quería decir es que no estoy intentando algo, perdón si te asusté o si te hice sentir amenazado —su rostro se hizo más blando.— Tal vez todos dicen esto, pero no soy como los demás. Te vi solo y quise acompañarte. Puedo irme si quieres, no quiero problemas.

Hoseok captó la sinceridad en sus expresiones, no en sus palabras, eso era muy básico. Vio que Jimin decía la verdad, eso le divirtió. 

— No, no. Perdón. Sabes... esto no es un parque público, es la prisión.

— Sí, es difícil confiar en alguien. En especial si se te acercan mientras comes —rió en voz baja. Hoseok también lo hizo.

— Eres agradable —Hoseok soltó sin pensar.

Jimin sonrió.

— Sonaré como un chismoso de primera si te menciono esto, pero la verdad es que todos estamos sorprendidos por tu relación con Kim. —susurró.

Make yourself harder to kill |vhope|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora