Capitulo 24. 2/2

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―Perdón. ―no le había hecho daño, pero al instante se sintió como un criminal por siquiera haberla ofendido, o por tocarla donde seguramente tenía moretones, pero solo se sintió peor al ver que se frotaba el brazo ¡Bien hecho, James!― Entonces, ¿Qué dices? Lo venden en una tienda en el segundo piso ―ella estaba considerando su oferta mientras le observaba a los ojos, no sabía porque le había ofrecido lo del té, tal vez se sentía mal por haberla cagado con lo del contacto físico, definitivamente tendría más cuidado de tocarla en un futuro, mejor dicho, tendría más cuidado en no tocarla.

―Está bien. ―respondió, caminaron uno al lado del otro, guardando las distancias, claro―Así que... ¿Qué viniste a comprar tu?

―Un regalo de cumpleaños.

―¿Para quién? ―ella podía preguntar, ¿Cierto? Después de todo, lo que es igual no es trampa, además, a él no le molestaba que le preguntaran sobre su vida, a diferencia de la chica, así que no le era incómodo responder.

―Para mi hermana menor.

―¿Tienes hermanos?

―Solo somos ella y yo, ¿Y tú?

Ella pareció dudar por un momento, parecía que quería decirle la verdad, él nunca se había preguntado hasta ahora si ella tenía hermanos, si tenía familia, alguien más aparte de su padre, April nunca había mencionado a nadie más, pero, si tenía familia, ¿Acaso ellos sabían acerca de lo que su padre le hacía? Si tenía un hermano ¿A él o ella también lo golpeaban?― Bueno... en realidad, técnicamente no tengo hermanos, mis padres solo me tuvieron a mí.

―Pero... ―le animó a continuar, había más en eso.

―Tengo a alguien a quien considero como un hermano, es mayor que yo, lo conocí hace meses, se llama Ian. ―soltó, se mordía los labios, y el verde en sus ojos parecía haberse fundido, era el mismo nombre que ella estaba escribiendo en su cuaderno el día de ayer en la clase que compartían, él había pensado, tontamente, que se trataba acerca de un flechazo o algo, pero en realidad, el chico para ella era como su hermano.

―El nombre que escribías. ―ella asintió― ¿Le extrañas?

―Si.... ¿Qué piensas regalarle a tu hermana? ―ella parecía triste, seguramente era por pensar en el tal Ian.

―En realidad no tengo la más puta idea, ella va a cumplir 18, y es chica, cumple la próxima semana, y tengo casi un mes pensando en que regalarle, pero no se ocurre nada, así que estoy bastante jodido hasta ahora.

―Yo puedo ayudarte...-él volteó y la miró, ella pareció sorprendida. ―Si quieres, claro.

―La verdad es que si, si puedes ayudarme, será más fácil. ―no sabía porque, pero sentía que sería una buena idea pasar tiempo con la chica; ella sonrió fugazmente.

Después que los atendieran, Alex compro una caja del té para dormir que preparaba su madre, él quería preguntarle porque no dormía, pero algo le decía que eso la alteraría, no parecía muy dispuesta a hablar acerca de eso.

―¿Seguro que funciona? ―le preguntó.

―Caerás como una piedra-.―le dijo― Créeme, es el mejor, mi madre lo toma todo el tiempo, una vez lo probé, y me sentí drogado― él rió y la chica le siguió, quedó deslumbrado, sí, dije deslumbrado; su risa era refrescante, como música, le recordaba al sonido de los móviles de viento, seguramente así debió haber sido la voz de las sirenas que fue la perdición de los marinos de alta mar., era la risa más hermosa que había escuchado en toda su vida, sonaba estúpido, o igual a uno de esos tontos libros cursi que todas las chicas adoraban, pero era la verdad, ese sonido era refrescante, le transmitía cierto confort y tranquilidad, la misma sensación que tenía cuando escuchaba música de relajación, como si su cuerpo se destensara, aunque sonara loco, esa era la verdad, ella se detuvo por un momento, se quedo en silencia, empezó a inclinarse y tenía las manos sobre las costillas, él se inclino hacia ella, coloco sus manos alrededor de sus brazos y la sujetó con cuidado, parecía repentinamente agotada, como si reír significara un gran gasto de energía para ella, si no fuera porque estaba preocupado, se hubiera percatado de que seguramente no debería estar tocándola, estaban bastante cerca uno del otro.

Cicatrices en el Alma [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora