Capitulo 34. 3/3

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Ella le miraba fijamente, y parecía como si el verde de sus ojos fuera liquido, y se revolviera en sus pupilas, sintió incluso vértigo, ya que era sumamente extraño como sus ojos parecían prácticamente brillar en la oscuridad― Te estás portando como si fuera una pieza de cristal y fuera a romperme, vamos a bailar. ―dijo con una sonrisa, bueno, su apariencia era un poco frágil, era alta, pero sumamente delgada, y había podido comprobarla al tener sus manos donde las tenía, en su cadera, pero se guardaría eso para él, seguramente el comentario de que su apariencia era frágil, le ganaría un buen golpe; no es que Alex fuera violenta ni nada; pero dudaba que "frágil" fuera mucho de su agrado, la verdad era que no sabía cómo proceder, se sentía estúpido, aún más que cuando había descubierto a las chicas, y su cuerpo estaba tenso, como si no pudiera moverse, Alex envolvió los brazos alrededor de su cuello, lo cual hizo que un escalofrió viajara por toda su columna; movió su cuerpo siguiendo la atrayente melodía que sonaba, sacudió sus caderas y se bamboleo de un lado a otro, no se hubiera imaginado que le gustara bailar, pero en este momento en lo único que podía pensar era en las manos que tenía puestas en su cadera, se sacudieron con la canción, y hubo un momento en el que sus caderas estaban juntas, y lo único que hacían era moverse uno contra el otro, no de manera vulgar, pero si lo suficiente para que tuviera las curvas de Alex presionando su cuerpo, y sus pechos contra su camisa, no estaban dando un espectáculo, pero se sentía como si fuera así, como si estuvieran por detenerlos por indecencia pública, pero la verdad es que no era de esa forma, era bastante tranquila la forma en que bailaban, solo que él tenía cada vez más problemas para no rodear sus cintura, y tocar su culo, pero no lo haría, o Alex se cabrearía, una de las piernas de Alex se escurrió entre las suyas, y ambos parecieron darse cuenta de algo y se detuvieron, el bulto en sus pantalones no pasaba desapercibido, el rostro de Alex se tiño nuevamente de rojo, sonrió, y se rió, era la risa clara que recordaba, pero con una tonalidad infantil, como cuando haces una travesura, ella se tapó la boca―  Lo siento. ―dijo tratando de no reírse.

―No lo hagas, eres buena bailarina por cierto. ―comentó, todavía con sus manos en ella.

―Gracias, la verdad, tu también bailas muy bien. ―sus manos, apostaba que inconscientemente, hacían círculos en su cuello, y él quería detenerla, porque lo estaba volviendo loco, pero gracias al cielo se contuvo; porque de alguna forma, le gustaba el contacto, e iba a patearse si la detenía de tocarle. La sensación era cautivadora, y bastante persuasiva si era honesto. Era extraño, y bastante desconocido para él, aunque también le sorprendía la soltura con la que Alex parecía desenvolverse, él esperaba que fuera, no sé, tímida tal vez, había leído que las personas con algún tipo de trauma tendían a ser retraídas, pero la verdad, es que seguramente estaba sacando conclusiones apresuradas, él no sabía nada acerca de ella, y pensaba que de alguna forma podría entenderla, pero la idea en sí era estúpida, además, el no era psicólogo ni nada parecido, ¿Y acaso no estaba mal que pensara en ella como una víctima? Si Alex pudiera escuchar lo que pensaba, seguramente lo patearía o algo, aunque por lo que había visto hasta ahora, ella no era muy partidaria de la violencia.

Así que hasta ahora, lo único que había sacado en limpio de esto, era que era una persona juiciosa, y nunca antes se había dado cuenta, digo, pensaba que nada más por conocer un pequeño fragmente de la vida de Alex, ya la conocía, y con eso podría analizara, "analizarla", como si fuera un experimento o sujeto de prueba, sin contar, que ese detalle que conocía de ella, el único en realidad; lo había obtenido de forma fraudulenta, y no porque en confianza, Alex se lo hubiera contado, era como si hubiera tomado de ella un trozo, y sin permiso, ¿Acaso no era mejor que esa persona, te cediera de manera consciente ese fragmento de ella? Así era como nacía la confianza, ahora solo tenía que preguntarse ¿Por qué carajo le importaba o no, la confianza que Alex depositara en él? Y de nuevo se encontraba con la pregunta de su madre "¿Y por qué necesitas entenderla?". Y al igual que en ese momento, tampoco tenía la respuesta esta vez; su padre no se había equivocado al decir que ni siquiera él lo sabía, porque esa era la verdad, entre más preguntas se hacía acerca de Alex, más surgían para él, si no sabía las respuestas a sus propias preguntas, como esperaba en serio obtener respuestas acerca de ella.

Cicatrices en el Alma [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora