Capitulo 32. 1/3

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Su madre en cambio solo le había dicho que cuidara de las damas, era su padre el más sobre protector, y cuando intentaba comprender porque, siempre llegaba a la conclusión de que era por su trabajo, digo, si pasas todo el día viendo cosas malas, es normal que algunas te acompañen, o que tengas una noción más amplia de los peligros que acechan a la gente que quieres, gente igual a las víctimas, igual a las personas que atiendes en tu trabajo, sería tonto pensar que les ocurre a ellos y a ti no podría pasarte, aunque cuando le preguntabas, el siempre decía que como hombre, padre y esposo, era más sobre protector que como policía, y la verdad es que no lo entendía, no hasta que consiguió a su hermana ese día en el pasillo de la escuela con un chico, fue ahí cuando se dio cuenta a que se refería su padre, y que como hombre llevaba en él el instinto de proteger a los demás, de igual forma como los instintos maternales de las mujeres, pero de nuevo, no pudo entenderlo hasta que se encontró en esa situación, quiso destrozar al chico, y encerrar a su hermana en una mazmorra; se había sentido invadido por tantas emociones, que cuando había recurrido a sus padres por ayuda, estos solo le habían dicho que eso era lo que hacía el amor por nosotros "eso es lo que hace el amor por nosotros hijo, confundirnos, e invadirnos" así que ya no juzgaba tanto a sus padres con respecto a si los protegían demasiado, porque al fin y al cabo, si él tuviera hijos haría lo mismo. Y la única explicación que tenía para eso, era que debía ser alguna cuestión con un jodido cromosoma o algo.

April y Sam ya tenían una mesa grande guardada para todos, Sara había encargado la torta de cumpleaños, la cual llegaría más tarde, le cubrieron los ojos a su hermana con un pañuelo para que no viera a donde la habían traído, y al hacerlo sonrió al ver que llevaba puesto el collar que le había regalado. Al entrar, su hermana lucía desorientada, así que le quitó de los ojos el pañuelo que cubría sus ojos, y esta al ver el lugar donde estaban, solo chillo emocionada y se lanzó a sus brazos.

―Graciaaas, ¡Eres el mejor hermano!

―Solo se cumple 18 una vez, ya puedes entrar, eso, claro, no significa que vayas a hacerlo. ―dijo señalándola con un dedo― Apreciaría que no vinieras frecuentemente, y mucho menos sola...

―Después J, la chica quiere bailar. ―le cortó Sara, y solo por el hecho de que era Sara le escucho.

Afortunadamente para él, su hermana se vistió en ropa decente, así que la cantidad de tipos que la miraban no fueron tantos, pero si lo suficiente como para que tuviera que alejarlos y Jessica le reclamara con un inefectivo puchero, el lugar parecía a punto de explotar, la barra igual, los barman iban y venían sirviendo los tragos en bandejas que se llevaban las meseras, para ser distribuidas por todo el lugar, las personas se apretujaban unas contra otras, y tenía la sensación de que todo el campus había escogido Vesubio esta noche, tanto Rose como Jess parecían estarla pasando en grande, para su alivio no se acercaron mucho al alcohol, su hermana solo probo una cerveza, y Rose, un trago nada más, así que todo indicaba que hoy sería una noche tranquila y no lidiaría con adolescentes borrachas (la cual había sido una de sus principales preocupaciones) pero ellas no parecían muy pendientes de la barra, solo bailaban, Sam y April solo se mantenían uno junto al otro manoseándose, y Sara iba de allá para acá.

Dando vueltas por ahí, se encontró con Daniel y Finnick.

―¿Qué tal? ―les saludo mientras bebía de su cerveza.

―Este lugar está a punto de explotar, y hay muchas chicas calientes. ―comento Daniel, ese tipo de comentarios por su parte no le sorprendía, el tipo siempre pensaba en una mujer para llevarse a la cama, Finnick en cambio solo rodó los ojos.

―Para ti cualquier mujer que tenga pechos es caliente. ―dijo Finnick.

―Eso es lo que las hace calientes, amigo, duh ¿Qué haces por aquí James?

Cicatrices en el Alma [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora