ALEX KENT.
Estaba sudando, sudando en cantidades industriales, y no era por el calor, era por los nervios, todo su cuerpo temblaba, era la primera vez en años que salía con una camisa así, quería salir corriendo de allí; la ansiedad amenazaba con consumirla, quería darse la vuelta, regresar al apartamento, y comer su peso en helado, el dulce siempre la calmaba, y ya que siempre estaba ansiosa, comía bastante azúcar, la única razón por la que no era gorda, era por algún favor genético, y mucho ejercicio, ejercicio que aún no podía hacer, todo por su estúpido cuerpo adolorido; frotó sus palmas, de nuevo, sus manos sudaban, y estaba bastante cerca de renunciar y largarse, pero se dio coraje, y entró.
El lugar, como cosa usual de un sábado, estaba por reventar, su turno era de 7 a 12, era increíble la cantidad de universitarios con tendencias alcohólicas, ella por su parte, odiaba el licor, no era que no le gustara, sino que ya había tenido suficiente de el por el resto de su vida, pero, si ella fuera normal, lo cual no era, seguramente estaría bebiendo y bailando felizmente, si su vida hubiera sido otra, tal vez incluso se escaparía, y se emborracharía algunas veces, discutiría con sus padres por querer ir a una fiesta para la cual no le daban permiso, como hace el resto de la población que tiene su edad, pero ese no era su caso, ese era el de su mejor amiga; April, era una existencia fácil, pero ella no era quejica; no le gustaba auto compadecerse, de nada servía quejarse de lo injusto o no que le habían dado, esas eran las cartas que habían repartido, y al igual que los juegos de azar, simplemente era cuestión de suerte, solo tenías que hacer lo mejor que pudieras hacer con tu mano de cartas, el resto, pues simplemente no dependía de ti; o eso se decía por las noches para dormir tranquila cuando se preguntaba acerca de los padres basura que había tenido. No importaba, sacudió la cabeza, no es que haciéndolo los pensamientos oscuros se irían, pero al menos valía la pena intentarlo, además, se había convertido en algo usual para ella, tratar de sacudirse de una mala línea de pensamiento, saludó a Irina, y se puso manos a la obra, era una noche movida.
Debía admitir que el Dj de hoy se estaba luciendo, digo, apenas tenía una hora en la barra, y ya quería salir a bailar, un tiempo después, se encontraba sirviendo diez malditos pedidos al mismo tiempo, el movimiento era bueno, pero la gente empezaba a acumularse estelarmente, no entendía como todavía seguía viendo gente llegar, por suerte, la cantidad de trabajo distrajo su mente acerca de si la gente la miraba o no, sentía su piel completamente expuesta, y tenía la impresión de que tenía un enorme letrero con luces de colores, para que todo el mundo se fijara en sus moretones, pero la verdad es que sabía que sus hematomas no dejaban ver las cicatrices, que tan irónico era eso, un desastre cubriendo otro desastre, quien pensaría que un golpe taparía otro, pero los moretones tarde o temprano desparecerían, entonces, la gente podría ver las cortadas que tenía en los brazos, una que otra quemadura, y quien sabe que más, tan solo pensar en verse en esa situación, le hacía querer devolver lo poco que había almorzado, pero tendría que ser fuerte, porque pronto le tocaría, ya algunas marcas en sus piernas estaban ligeramente más claras, y aunque la mayoría eran negras como la tinta, no durarían para siempre, y entonces, ese día sí que querría correr muy lejos de aquí; nada más en sus brazos tenía aproximadamente unas 20 cicatrices, se estremeció, no quería pensar en eso, sacudió la cabeza, ahuyentando la idea, y concentrándose en lo que tenía en frente, muchos pedidos.
Al cabo de una hora, los chicos se acercaron, Daniel estaba buscando "una acostada", Max no hizo otra cosa más que argumentar lo sexi que era un mujer en la barra, mientras que Ayden y Finnick enumeraban las razones por las cuales Max tenía razón, les sirvió a todos una cerveza, y conversó con ellos a medida que preparaba las bebidas de los demás, la multitud se había unido a la pista, por lo que estaba un poco más ligera de pedidos.
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Cicatrices en el Alma [COMPLETA]
RomanceLa ropa lo oculta, pero se nota todo lo que tiene mi piel, nadie más que yo sabe lo que se siente traer dolor contigo. Resulta difícil. Pero es más difícil vivir la vida como si nada pasa cuando te pasa todo. Y es que nadie merece que ellos paguen t...