•Capitulo 39. Despierta.

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SARA DUMORT.

Ese imbécil, si lo volvía a ver, lo patearía en las bolas, de nuevo; puede que se acostara con muchos, pero si algo no era, era rompe grupo, odiaba las infidelidades, si estabas en una relación, ella creía que tenías que respetar ese compromiso, si no quieres, entonces no tengas pareja y ya, simple y fácil, odiaba a los hombres así, si no estabas dispuesto a ser fiel, pues no te metas en una relación y ya. Su noche había sido una mierda total, el imbécil con el que había salido, tenía novia, puto, así que había regresado, en taxi, sola, estaba cansada, y cabreada, simplemente se tiró en su cama, como pudo se cambio, y cayó en un sueño profundo.

O no tan profundo, porque no parecía que hubiera pasado mucho tiempo, cuando algo la despertó, escuchó con atención, todo parecía en silencio, afinó el oído, esperando volver a escuchar lo que sea que la había despertado, todo estaba oscuro, silencio, y entonces lo escucho, un grito, al principio no cayó en cuenta de donde venía, otro grito, Alex, se levantó de un salto de la cama, y en medio de la oscuridad, trató de no tropezar con algo, hasta que llegó a la puerta de su compañera, los gritos seguían, abrió y se lanzo al interior, el cuerpo de Alex se retorcía tendido sobre la cama, ella gritaba, y donde sea, o lo que sea que debía estar soñando, no debía ser bonito, se acercó a ella, y trató de agarrar sus brazos, pero ella se resistió, y gritó pidiendo ayuda, no sabía qué hacer para despertarla, volvió a la cocina, y lleno un vaso de agua fría, sabía que era una idiota por hacer lo que estaba a punto de hacer, pero no encontraba otra forma de hacerla regresar, vertió el brazo sobre la cara de Alex, y esta despertó inmediatamente, parpadeando rápidamente, y sorbiendo el agua que caía de su rostro, volteó y enfoco su mirada en ella y el vaso que aún sostenía en su mano.

―Perdón, sé que no es la forma más sutil de... ―comenzó, no había nada de sutil en verter un vaso de agua fría en el rostro de su compañera.

―Gracias. ―le interrumpió esta, y el comentario le sorprendió- No podía despertar- susurró.

―Perdón. ―se disculpo de nuevo.

―Tranquila, es mi culpa por haberte despertado, pensé...

―Pensaste que hoy no iba a dormir aquí en el apartamento, y por eso viniste. ―como no se había dado cuenta antes, ella nunca dormía aquí, había pensado que su compañera llegaba tarde, o que era fiestera, pero en realidad ella nunca llegaba al apartamento, y seguramente lo hacía para no despertarla, por eso cuando hoy en la mañana le había dicho que no dormiría aquí, ella había venido, pensando que el apartamento estaba solo, había pensado que era una fiestera innata, y que se quedaba hasta tarde en un bar, o club, o donde sea, pero se había equivocado, no se trasnochaba, o se veía cansada por pasar toda la noche de fiesta, era por sus pesadillas, eso significaba que eran frecuentes, lo suficiente como para que ella siempre se viera cansada, y para que no quisiera pasar la noche en el apartamento, pero si ella no dormía aquí, ¿Dónde?

― ¿Dónde duermes? Sé que aquí no, por eso viniste hoy, pensando que no dormiría aquí. ―Alex solo la miró, estudiándola, seguramente pensando que le diría; llevaba puesto un pantaloncillo corto, y un top, ver parte de su cuerpo le sorprendió, ya que ella siempre utilizaba ropa grande y floja, entonces vio una marca en su estomago, parecía una cortada, de uno 5 u 8 centímetros, y unas bastante parecidas alrededor de sus brazos, eran de un color crema, un poco más oscuro que el pálido tono de piel de Alex, ella era extremadamente blanca, como la sal, o el papel, así que sus cicatrices eran perceptibles, ambos brazos estaban cubiertos por pequeñas marcas, algunas eran irregulares, como quemaduras, se estremeció, sabía que su padre le hacía daño, pero ¿Quemarla? ¿Acaso eso no iba en contra de la humanidad? Y estaba más que segura de que se lo habían hecho, y que no había sido un simple accidente, había tres en un brazo, y en el otro cuatro, imposible que fueran quemaduras ocasionales, las demás marcas eran bastante parecidas, cortes, todos de diferente longitud, la mayoría no medían más que 5 centímetros, y sabía que seguramente no las estaba viendo todas, los moretones debían cubrir algunos, pero ahora que empezaban a aclarar, podías ver lo que había debajo mejor, su estomago no lo cubría el top, y podía ver marcas oscuras en sus costillas, Alex notó su estudio, pero no dijo nada.

Cicatrices en el Alma [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora