Capitulo 48. 3/4

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― ¿Qué te pasó en las manos? ―April miraba el vendaje, y todos le miraban curiosos, incluso aunque James y Sara ya estuvieran enterados, ambos estaban sentados a su lado, frente a ella estaban su amiga y Sam, todos comían, era el descanso del almuerzo, eso es lo que debería estar haciendo, pero la manzana que tenía en sus manos no se veía tan apetitosa como los demás pensarían, lo único que faltaba en el menú era su ya acostumbrado vaso de café, pero esta vez era diferente, no pensaba tomar café al menos que lo necesitara, necesitaba encontrar una forma de dormir, y rápido, no dormía desde la tarde de ayer en el sofá, James había sido tan considerado, no tenía hambre, y apenas hace dos horas había llegado tarde a clase por entretenerse en el baño vomitando lo poco que había desayunado.

―Me tropecé y caí sobre algo. ―era la verdad, o parte de ella, si había algo que aprendió todos estos años, era que decir aunque sea un fragmento de la verdad le hacía sentirse menos corrupta, por un momento dejaba de pensar que era una mentirosa de profesión. Pero en su fuero interno sabía que era tonto, porque solo eran algunas migajas, y siempre existía el temor de que April no se quedara quieta y siguiera insistiendo, solo que en este momento se daba cuenta de lo vulnerable de la situación, si April seguía con las preguntas, tarde o temprano llegarían al meollo de la cuestión, y lo peor, no podía mentir ya que estaban Sara y James, en el momento en que intentara cubrirse, ellos la desenmascarían, o se harían cómplices de su omisión, algo que tampoco le gustaba, estaba acorralada, pensó en una pequeña plegaría para que April se conformara con ese trozo de información.

― ¿Y eso? ―rayos, era un poco infantil que April se quedaría con eso― Un bol de vidrio que no vi en nuestro apartamento. ―contesto, por favor que no pregunte más, te lo pido, en su mente se imaginaba uniendo las manos, lista para rezar, pero no fue necesario, James cambio el tema de la conversación, y se dio cuenta de que lo había hecho por ella, para cubrirla, pero, ¿Por qué?

Era sábado, y hoy iría de compras con April y Sara, la semana se había ido en un parpadeo, y aunque sus notas no habían flaqueado, su cabeza no había podido hacer otra cosas más que rebobinar su tarde con James, y sobre todo la forma en la que sus labios habían rozado sus manos, justo como en la antigüedad, sabía que era estúpido, y que parecían tonto, pero no importaba lo que hiciera para distraerse, su mente no estaba dispuesta a colaborar, era como si la imagen de James hubiera sido tatuada detrás de sus ojos, se sentía como un estúpido personaje de telenovela barata, pero de nuevo, lo único en lo que podía pensar era en él, y no entendía por qué, era de esos momentos en la vida en la que ni entendía a los demás, ni a sí misma, ¿Porqué lo había besado en la mejilla? ¿Por qué había dejado que él besara sus manos, o que se quedara con ella toda la tarde? ¿Qué había pasado por su cabeza en ese momento? 

Sentía como si estuviera desarrollando deficiencia de atención, seguía haciendo sus tareas, y respondiendo y participando en clase, pero solo una de sus mitades se encontraba enfocada en las actividades diarias, la otra mitad seguía preguntándose de donde había sacado la valentía para acercarse tanto un hombre, si no fuera porque recordaba perfectamente el momento en que decidió alzarse y besar su mejilla, tal vez estaría pensado que no había sido ella, si no alguna especie de clon o alter ego, sabía que un beso en la mejilla no era gran cosa, pero para ella sí, digo, hablaban de la chica que nunca había tenido una cita, besado a alguien, o pasar horas en un mismo lugar con un hombre que no fuera o compañero de estudios, o familiar, apenas y había visto a James en el transcurso de la semana, tal vez salir el fin de semana podía apartar un poco las millones de preguntas que tenía para sí. 

O tal vez debería leer más artículos de psicología, hace un tiempo había leído que existía un trastorno en que la persona poseía más de una identidad, y cada una era independiente de la otra, por lo que una de las partes no entendía a la otra, esa era la mejor explicación que se lo ocurría, vaya teoría, la psicología es una mierda, pero en este momento estaba dispuesta a olvidar ese detalle con tal de encontrar una excusa lo suficientemente buena como para tratar de justificarse a si misma el porqué de sus acciones, lo cual era bastante estúpido si lo pensaba, digo, ¿Qué clase de persona sentía que debía explicaciones a sí misma? Menuda idiotez.

Cicatrices en el Alma [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora