Capitulo 26. 1/4

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―Hola. ―dijo una voz detrás de ella, conocía esa voz, pero no pudo evitar sentir un poco de miedo, estaba distraída y era paranoica, se volteo de un salto, lista para correr, pero sus ojos se encontraron con un cuerpo grueso y enorme, James, estaba vestido con una camisa verde militar, un blue jean negro que enmarcaba sus extensas piernas, y zapatos oscuros.  ―Hola James ¿Cómo estás? ―le encantaban sus ojos, eran de un azul increíble, nunca había creído que existiera ese color de ojos, si no lo hubiera visto, aun seguiría sin creerlo, sus cejas eran gruesas y tan oscuras como su cabello.

―Bien, ¿Qué haces por aquí? ―preguntó casualmente.

―Nada.

―Bueno, dudo que simplemente vengas aquí a hacer "nada" ¿Cierto?  ―su ceja se arqueó, parecía que el siempre quería averiguar cosas sobre ella, no le agradaba eso, cuando tenías mucho que ocultar, tanto como ella, las personas como él, aquellas que les gustaba curiosear eran peligrosas para ella.

―Estoy viendo tiendas. ―una respuesta honesta y casual, una que esperaba, lo aplacara.

― ¿Qué estas buscando?

―Estoy buscando un té para dormir. ―cedió, sentía como si estuvieran jugando al tira y afloja, el presionaba, y ella en consecuencia retrocedía.

― ¿Para qué quieres un té para dormir?  ―bueno, hasta aquí estira la soga.

―No es asunto tuyo de todas formas, adiós.  ―dijo con voz ácida, era un poco grosero de su parte, pero le tenía sin cuidado, era hora de cortar el hilo, no le gustaba la dirección a la que se dirigía la conversación, puede que desde otra perspectiva parecieran preguntas insignificantes, pero presentía a donde la llevarían todas esas preguntas; ella estaba aquí buscando un té para dormir, porque no podía dormir, porque tenía pesadillas, ¿Y por qué tenía pesadillas? Pues porque su familia es una pesadilla, sip, definitivamente no podía seguir por ese camino, así que opto por cortar la conversación, se volteó para irse, pero en un momento, él tenía agarrado su brazo, nada más su toque le sorprendió, nunca se habían tocado de ninguna forma, ni siquiera un ligero roce, era extraño, ahora que lo pensaba, no apretaba con fuerza, ni tampoco le maltrataba, pero sus brazos estaban bastante morados de por sí, así que la presión, aunque poca que ejercía, le dolía, incluso April le había apretado más fuerte― Espera, mi mamá toma un té para dormir que es muy bueno, te noquea completamente.  ―dijo repentinamente― como dijo antes, a ella no le molestaba su toque, pero si que siempre alguien la agarrara, su padre lo había hecho por años, había tenido más fracturas en el brazo por sujetarla, que por los golpes en sí, la sola idea de que alguien le hiciera daño de nuevo, le retorcía el estómago, una vez había empeorado tanto, que en medio del jaleo, le había dislocado el hombro, había sentido un dolor tan inmenso, que pensó que nunca se recuperaría.

―Suéltame. ―puede que no le estuviera haciendo daño, pero ya nadie le tomaría del brazo de esa forma, odiaba que los dedos de James alrededor de su brazo le recordaran a su padre, no quería saber nada de él, ya era suficiente con los sueños, no necesitaba agregar nada a su vida que le recordara a él.

―Perdón. ―dijo mientras la soltaba, sus brazos se relajaron y se sintió respirar de nuevo― Entonces, ¿Qué dices? Lo venden en una tienda en el segundo piso. ―él pareció un poco arrepentido, como si pensara que la había lastimado y se arrepintiera de ello, la miraba fijamente esperando por su respuesta, parecía como si pudiera atravesarle, lo cual describía de manera bastante precisa como se sentía a su alrededor, como si pudiera ver sus órganos o algo así.

―Está bien. ―no le haría daño intentarlo― Así que... ¿Qué viniste a comprar tu?

―Un regalo de cumpleaños.

Cicatrices en el Alma [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora