Capitulo 33. 2/3

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Alex parecía aliviada de librarse de lo que sea que esperaba por ella― Dios bendiga a tu primo, James. ―dijo mirándolo, con una bonita sonrisa de alivio en su rostro; dientes blancos y uniformes, los mismos que había obtenido después de usar por dos años aparatos de tortura, o como lo llaman los médicos ahora, ortodoncia, sus hombros tensos, sin que se percatara, se relajaron, y su postura parecía menos rígida, su espalda menos recta.

―¿Trabajas aquí de mesera? ―dijo Jess.

―No, en la barra. ―respondió Alex.

―Ohhh Dios, una mujer en la barra deber verse sexi, ¿A que si? ―soltó Sara, y la cara de Alex no se pudo haber puesto más roja, casi del mismo color que sus labios.

―Parece ser que no eres la única que lo piensa. ―dijo pareciendo incómoda, tocándose nerviosamente el cuello y el cabello en la parte de atrás― Un gusto conocerte, me tengo que ir, si necesitan algo, me dicen, dentro de un rato los veo. ―y se fue.

―¿Sabes que April va a matarte si tocas a su prima? ―soltó Jess.

Si hubiera estado bebiendo algo, se hubiera atragantado, y Sara también, porque ella lo que hizo fue reírse, los tres se sentaron, y el negó con la cabeza― ¿Por qué te parece que eso podría pasar, o estará pasando? Apenas la conozco, además, no es de esa forma.

―No te atrae ¿En nada? ―dijo Sara.

― ¿Fisicamente? No lo sé, supongo que es bonita, pero no es mi tipo, y no es de esa forma, es como contigo ―dijo señalando a Sara― Eres atractiva, pero no te veo de esa forma, punto.

―Hmmm. ―musitó su hermana, lo mejor era que cambiaran de tema, antes de que la conversación se volviera más lejana a la realidad.

Un tiempo después Alex se unió a su mesa, ella parecía incómoda al caminar entre tanta gente, pero hizo conversación con todos, era simpática de seguro. Lo único que considero molesto, fue su blusa, si, su blusa, ella estaba en el asiento frente a él, junto a Jess y Sara, y una mera inclinación de su parte era suficiente para que sus pechos decidieran llamara su atención el resto de la noche. Ella no parecía darse cuenta de nada, así que decidió provocarla con eso.

―Oye, Alex. ―ella detuvo la conversación que tenía con Jess y le miró con atención― ¿Qué pasó con las blusas largas?

―Idiota. ―dijo ella, se veía nerviosa, como cuando apresabas a alguien cometiendo una fechoría, no lo entendía, ni siquiera cuando se habían conocido y se había inventado la cosa del accidente ella pareció preocupada o nerviosa de que April la descubriera; sin embargo, en este momento, sin nada aparente que la amenazara, su pulso estaba acelerado, podía ver la vena de su cuello palpitar rápidamente, algo la tenía así, que sería, no lo sabía, pero debía ser algo importante si era capaz de agitarla de esa forma, poco perceptible, pero hasta ahora la tenía como alguien que sabía ocultar muy bien las reacciones físicas.

―Estas facilitando mi asqueroso labor. ―dijo señalando su camisa con una risa, Jess no parecía entender muy bien el contexto de la conversación, pero en el momento en que hablo, Alex intento cubrirse, y se revolvió en el asiento, su rostro era de mortificación, sintió ganas de patearse, por alguna razón decir eso había sonado cruel, la chica se veía mortificada, acorralada al ver que sus brazos no eran suficiente para cubrirla, eres un idiota, James, definitivamente.

Por fortuna su hermana cambio el tema― Oye, ¿No te duelen los brazos y el cuello?- o tal vez desafortunadamente, un premio por favor para las metidas de pata, mejor dos, uno para él, y uno para su hermana; aunque para ser justos su hermana no sabía nada de ella, y no es que el supiera mucho, pero sabía algo de su vida, aunque ahora que lo veía, su primo tenía razón, las cosas malas acerca de la vida de Alex eran prácticamente todo lo que sabía de ella, y ya solo por eso consideraba que la conocía más que un completo desconocido, como su hermana, pero en el momento se dio cuenta de su error, había pensado que por saber algunos detalles sobre ella, la conocía, pero saber cosas sobre las personas no eran conocerlas, mucho menos si hasta ahora todas esas cosas habían sido malas ―su padre por ejemplo, por no decir lo único― Nunca se había considerado una mala persona, un poco loco por allá, sobreprotector por acá, pero nunca alguien prejuicioso, pero la cosa con Alex le mostraba lo contrario, digo, lo único que había hecho era sentarse a decir que la chica mentía para todo; pero debía haber algo más ¿Cierto? "Una persona no es solo una cosa" pues, tal vez tenía razón.

Cicatrices en el Alma [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora