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Antes de empezar quiero hacer una aclaración. En los dieciséis capítulos que llevo escritos no han pasado más que unas horas en la vida de los chicos, apenas un trayecto que va desde una tarde al anochecer. Hay que tener en cuenta que la razón por la que se demora más el relato es porque utilizo el multiperspectivismo, haciendo que un momento temporal y unas mismas impresiones sean relatadas por diferentes personajes.
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24:00.
La puerta de la habitación de Bakugou estaba cerrada. Kirishima se moría de la impaciencia, pasando el peso de su cuerpo de una pierna a otra, mientras se mordía el labio inferior con fuerza. ¿Debía llamar?
Sus dedos apenas habían rozado el pomo de la puerta del cuarto de su amigo, cuando esta se abrió silenciosamente, revelando el interior de la habitación del chico rubio: un pozo oscuro como una caverna.
Bakugou estaba apoyado en el quicio de la puerta con una sonrisa en los labios. Llevaba una de sus típicas camisetas negras de cuello en forma de V, que le quedaban tan bien, marcándole los trabajados pectorales. Kirishima tragó saliva, alzando su mano derecha en un gesto de saludo. Bakugou se limitó a llevarse el dedo índice a los labios, pidiéndole silencio a su amigo, mientras le indicaba con un gesto que entrase a la habitación. Kirishima avanzó lentamente, dejando que una tremenda oscuridad le tragase. Cuando se volvió para mirar a la puerta, esta ya se había cerrado, y lo único que veía a su alrededor eran tinieblas, formas confusas de objetos que le parecía que le habían trasladado a otra dimensión distinta.
De repente, Kirishima sintió una presión en la cintura, como una especie de calor que se transmitía a todas las células de su cuerpo: BaKugou le estaba abrazando por detrás.
-Bésame, idiota-la voz de Bakugou era ronca, cargada de deseo, y Kirishima sintió como todos sus esfuerzos por aparentar estar calmado se desmoronaban en un instante.
Sucedió en apenas unos segundos. Kirishima se giró instintivamente y, en la inmensa oscuridad reinante, agarró por la camiseta al chico rubio, acercándolo a sus labios, mientras las bocas de ambos se encontraban en las tinieblas, mordiéndose con ferocidad, desgarrándose. La temperatura de la habitación parecía haber subido unos cuantos grados, y cada centímetro de la piel de Kirishima que rozaba Bakugou con las yemas de sus dedos, dejaba un rastro de pequeñas quemaduras que excitaban al chico.
Las camisetas fueron lo primero que desapareció de sus cuerpos, haciendo que sus manos ávidas se explorasen sin intermediarios de por medio.
Deslizar. Recorrer. Lamer.
Las yemas de los dedos de las manos de los dos chicos apretaban los músculos de sus cuerpos, al mismo tiempo que sus lenguas buscaban nuevas formas de expresión en la piel descubierta.
Kirishima se estremeció cuando notó como Bakugou deslizaba sus dedos por su pantalón, bajándole la bragueta. El chico de pelo rojo contuvo un gruñido de placer, notando los dedos de su amigo apretaban su miembro por fuera de su ropa interior, juntando su cuerpo cada vez más contra el de él. Quería que Bakugou dejase de jugar y le tocase por dentro de los calzoncillos. La tensión que sentía era ya insoportable, parecía que su pantalón y su ropa interior iban a reventar de un momento a otro. Ya había dejado de dudar de los sentimientos de Bakugou al notar como su amigo estaba duro bajo los pantalones, conteniendo sus sentimientos que fluían en forma de un torrente, tocándose sin pudor, pero sin pasar de una especie de límite que parecía haberse establecido estrategicamente entre los dos.
-Esta noche duermes conmigo-era una sentencia más que una petición o un ruego, que salió de la boca de Bakugo con un sonido ronco, cargado de placer, mientras lamía la oreja derecha de Kirishima. Este no acertó a decir nada, solo movió la cabeza en señal de afirmación. No era capaz de controlar su cuerpo, hacía tiempo que había dejado de obedecerle, y ahora seguía los dictámenes de alguna fuerza extraña y oculta que le mandaba oleadas de placer a cada segundo, impidiendo que la parte racional de su mente funcionase, como si alguien hubiese apagado un botón de su cerebro.
Kirishima gruñó, hundiendo sus manos en el miembro erecto de Bakugo, acariciándolo con ansiedad por encima de sus pantalones. Este jadeó y emitió un gemido, cerrando los ojos mientras reposaba su rostro en el pecho de Kirishima.
-Desnúdate-la orden de Bakugo sorprendió incluso al mismo Kirishima, que le miraba sin saber muy bien qué hacer. Era su primera vez con un chico, y pensaba que no cruzarían esa frontera tan pronto, pero los ojos incendiarios de Bakugo no dejaban lugar a dudas de que quería ir más allá. Kirishima se estremeció de placer y, sin apenas darse cuenta de lo que estaba haciendo, se encontró quitándose los calzoncillos, dejando que estos resbalasen por sus piernas hasta que llegaron al suelo, enredándose en sus pies descalzos.
La oscuridad había dejado de ser amenazadora, y ahora parecía contener la respiración en un silencio cómplice, ocultando las caricias de los dos chicos.
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Y no saber nada [kiribaku]
FanfictionDespués de que la Liga de Villanos consiguiese secuestrar con éxito al joven Bakugou, y su rescate a manos de sus amigos y compañeros de la U.A, Kirishima empieza a notar cómo algo extraño le está sucediendo. ¿Qué significan esos sentimientos que es...