Destrozo

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Este capítulo es bastante intenso y violento, así que aviso que, los que seáis sensibles os abstengáis de leerlo si así lo deseáis. 

Recuerdo que este fanfic tiene contenido de adulto, no solo por las reflexiones filosóficas hechas hasta el momento, sino por el contenido sexual explícito en él, al igual que las escenas de violencia.

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Un día antes de fallecer, en 1960, en una carretera de Borgoña, Francia, el pensador y escritor Albert Camus dijo que no había nada más idiota que morir en un accidente de coche. 

El choque contra un árbol, mientras conducía su editor Michel Gallimard, fue tan brutal que el vehículo se desgajó en tres pedazos, haciendo que Camus, sentado en el asiento del copiloto, fuese a dar con sus huesos en los asientos traseros del vehículo, muriendo al instante. 

Hacía solo tres años que Camus había alcanzado las letras con el Novel de literatura. El filósofo había dicho, solo unos días antes, que su obra no había hecho más que empezar, pero su vida fue separada de su mente demasiado pronto. Mucho antes que su enfermedad incurable, que portaba en la sangre, acabase con sus esperanzas, mucho antes que su afección pulmonar le destrozase por completo, mucho antes que el mal de Koch, que también padecía, hiciese que la bacteria que lo producía consumiese sus vías respiratorias, justo en el memento en el que él mismo entendiese que la felicidad es algo que todo ser humano debería albergar en algún rincón de su corazón. 

Para Rei esa felicidad que se forma a partir de la esperanza se iba debilitando cada día un poco más. Hacía cinco años que su hijo Shoto Todoroki había nacido, un chico de cabellos plateados y rojizos, ojos bicolores y sonrisa enorme. Rei lo adoraba. Le había mimado desde que salió de su viente, apartándolo de su padre. Rei le acunaba todas las noches y le mecía entre sus brazos, cantándole canciones de cuna y susurrándole frases al oído, quedas y hermosas, pequeñas dosis de felicidad que esperaba que hiciesen a su hijito dichoso. La mujer de cabellos plateados había depositado el último reducto que le quedaba de amor en ese niño, diciéndose a sí misma que, si Shoto lograba ser feliz, esa parte de ella que el niño portaba lograría también estar en paz por fin.

Rei nunca supo exactamente qué pasaría cuando se casase con Endeavor, pero lo descubrió muy pronto. Ese chico de cabellos rojizos que había sido su compañero de clase en la U.A se había vuelto un hombre arrogante, fiero y de corazón desalmado. No la amaba, solo había sido utilizada como un peón para sus planes de futuro. Endeavor quería tener un hijo que combinase los Dones de ambos, para crear un niño capaz de derrotar a su compañero de clase Toshinori, que ahora se llamaba por su nombre de héroe All Might, por el que siempre tuvo un odio intenso, que le llevó al más puro rencor hacia ese hombre que le había superado en la sociedad de héroes, convirtiéndose en el héroe número uno.

Cuando Rei se enteró de lo que su marido había pretendido desde el principio, se encerró en su habitación durante semanas, negándose a comer, sin poder dormir, derramando todas las lágrimas que aún le quedaban en los ojos hasta secarse por completo y sumirse en un lánguido mutismo. Ella misma había sido un peón, una pieza de ajedrez que ayudaría a derrocar a ese hombre al que siempre había amado y seguía amando, un hombre con el que había tenido que huir cuando pudo aquella noche durante el festival de las sakuras hacía ya siete años. Ahora ya no podía hacer nada, más que aguantar en esa horrorosa mansión en la que vivían.

Unos golpes hicieron que la mujer se despertase de la cama donde había estado reposando, haciendo que abriese los ojos de manera inmediata. Sabía de dónde provenían los gritos y los golpes. Se levantó de prisa, poniéndose una bata suave y fina de color azul sobre su camisón de dormir, y saliendo descalza por el pasillo en dirección al gimnasio del sótano donde Endeavor había querido instruir a su hijo que ya tenía cinco años. 

Y no saber nada [kiribaku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora