¿Estás segura?

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#Mía

Marcos... ¿Se cree que por ser el tío más guapo de todo el campus puede tratarme así? Yo he sido educada para quererme y hacerme de valer, y solo por eso voy a conseguir todo lo que me proponga.
Y lo quiero a él, completa y exclusivamente para mí. Así que cuando Adam, un chico de mi clase de inglés, me sugiere acercarme al gimnasio no lo dudo ni un segundo y me marcho con él sabiendo que los chicos tienen toda su atención puesta en mí. Observo disimuladamente a Dani, que parece que va a echar humo por las orejas, ojalá fuese Marco el que estuviese así, pero él se encuentra intimidando con la mirada al pobre Adam. Madre mía, de haber sabido lo baboso que era me hubiese subido con cualquier otro chico del campus, pero como ya era tarde para eso, le dedico la mejor de mis sonrisas compradoras y me marcho con Lili.

-Mía, vas a acabar conquistando a todos los guapos de este maldito sitio, deja algo para los demás- sé que está bromeando. Y se lo agradezco, realmente necesito gente con buen humor a mi alrededor en este momento.

-A todos menos al que yo quiero...

-No te preocupes amiga, has dormido en su cama. Sin él, pero en su cama. Ya has conseguido más que cualquier otra persona con él. - Eso hace que me sienta mejor, no sé qué tiene Lili pero siempre sabe que decir.

Y así transcurre toda la mañana, se me pasan las horas pensando en ese niño, no, en ese hombre, es un hombre que no sale de mi cabeza mientras escucho de fondo la voz de los profesores enseñando lo mismo de siempre...
Por suerte el día se está pasando rápido, es viernes y Lili no ha parado de insistirme en que salga esta noche de fiesta con ella pero he decidido quedarme en la habitación estudiando para el próximo examen. Prefiero estudiar y sacar buenas notas a irme de fiesta... A quien quiero engañar, lo que no quiero es verlo y desmoronarme, no quiero intentar esforzarme otra vez para acabar siendo humillada por Marcos nuevamente.

#Marcos

-Tíos, no sé qué le pasa a Mía, está como decaída. Hoy le he dicho que si nos veíamos por la tarde y me ha dicho que tiene que estudiar, pero venga ya... ¡Hoy es viernes! -dice Dani desilusionado. No me río en su cara porque es mi amigo, pero venga ya... ¿Quién estudia un viernes noche estando en la universidad?

-Amigo, creo que te estás haciendo muchas ilusiones- habla Emett mientras bebe de su cerveza. Gracias a Dios alguien dice algo con sentido esta noche- creo que deberías de pasar de ella. Hay más tías, y sabes que Laura se interesó por ti en la última carrera... -Emett lleva razón joder, Laura se le tiró al cuello la última vez que lo vio. Además, la chupa bien. Eso lo sé de primera mano.

-Sí, solo es un coño bro- le dice Ryan. Yo me río. Que verdad tan grande.

-A ti lo que te hace falta es follar tío, como a todos- intervengo.

-A veces no todo es follar- nos quedamos mirando fijamente a Emett y nos empezamos a reír a carcajadas todos en mitad del bar. Qué cosas tiene a veces.
De repente veo como Lili está en la barra pidiendo con... ¿Emma? ¿Dónde está la morena?

#Mía

Son las doce y media de la noche cuando me quedo hipnotizada mirando el reloj, las agujas se mueven alrededor de él poco a poco, lo que a mí se me hace interminable.
Pienso en cómo se estarán divirtiendo las chicas, y me intento convencer sin ningún éxito de que es lo mejor para mí y de que ya tendré tiempo de disfrutar. Por lo que vuelvo a sumergirme entre mis apuntes hasta que escucho un ruido que me hace dar un pequeño respingo sobre la silla, me levanto rápidamente cuando oigo como cruje la madera por alguna parte, por lo que decido ir hasta la ventana a ver de dónde viene ese sonido. Pero no me da tiempo de abrirla cuando de repente alguien la abre desde fuera. Yo me asusto y pego un pequeño chillido.... hasta que veo quien es, entonces me sorprendo.
¿Me he quedado dormida estudiando? ¿Esto es un sueño? ¿O una pesadilla?

- ¿Qué haces aquí Marcos? ¿Sabes que si te pillan aquí te expulsarán no? No se permiten chicos más tarde de las doce y –me interrumpe.

- ¿Por qué están tus amigas de fiesta pasándoselo de puta madre y tú no? ¿Y qué cojones haces estudiando un viernes a estas horas? Solo tienes dieciocho años, venga ya.

-Eso no te incumbe- y le doy la espalda.

-Eh, escúchame y mírame cuando te hablo- me agarra del brazo y me pone cara a cara con él.

-Si vienes a decirme otra vez que soy una niñata y que no quieres tener nada conmigo, ya te puedes ir- le señalo la ventana. Me mira con una ceja levantada mientras su boca se curva en una arrogante sonrisa. Le odio, le odio porque hasta siendo un arrogante me pone. Me pone mucho.

-Baja los humos guapa, encima de que he venido a verte.

-Nadie te lo ha pedido. - Le respondo lo más cortante que puedo. Si ha venido para esto, ya se puede ir. No pienso dejar que vuelva a tratarme como a una cría.

-Oye mira, perdóname ¿vale? Ya te dije que no estaba acostumbrado a que una tía viniese a por mí y- le interrumpo.

-Ahórrate de decirme otra vez lo mismo.

- ¿Es que ahora vas a ser así de cortante conmigo?

¿Qué se espera? ¿Qué me siga arrastrando? ¿No quería que lo dejase en paz?

- ¿No era eso lo que querí...

No llego a terminar la frase porque Marcos me interrumpe besándome. Me besa con ganas, me basa fuerte, duro. Dios.
Me coge por la cintura y me sienta en el escritorio sin dejar de besarme, tira las cosas al suelo y yo ni siquiera soy capaz de separarme de él. La situación cada vez sube más de tono y...

- ¿Estás segura? ¿Y si llegan tus amigas?

-No duermen hoy aquí- le susurro. Entonces me besa con ansia en cada uno de sus movimientos, me lleva a la cama para comenzar a bajar sus besos por mi cuello mientras que a mí se me escapa algún que otro gemido- Ummm... Marcos.

ERES MÍA, PRECIOSA. (I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora