Te voy a echar de menos.

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#Marcos

La alarma del móvil me despierta, lo miro para apagarlo. Joder, si solo son las tres de la tarde. ¿Por qué está sonando ese maldito cacharro? ¿Cuántas horas hemos dormido? ¿Dos? ¿Por qué tengo una alarma en mi móvil a esta hora? Vuelvo a mirar el móvil para asegurarme de que no vuelva a sonar cuando me doy cuenta de que es el de mi novia el que no para de sonar. ¿Cuántas alarmas necesita esta chica? ¿Para qué quiere una alarma a esta hora?

-Umm- me giro para mirarla cuando la escucho mientras me voy espabilando.

- Nena, tu alarma está sonando- le digo mientras le voy dejando besos en el cuello. Madre mía, verle dormida solo con un tanga me sugiere tantas cosas... es una tía tan sexy.

- ¿Por qué no me dejas dormir? - dice con los ojos cerrados haciéndome reír.

-Eres más difícil de despertar que mi hermana de cinco años.

-Oh Dios, mi cabeza. Parece que vaya a explotar- observo como se tapa la cara. Se lo que se siente, he pasado muchas mañanas de resaca y ella por lo menos me tiene a mí. Los chicos siempre nos puteábamos en estos casos para reírnos un rato, una vez despertamos a Emett a gritos y con una bocina que nos dejaron las animadoras de fútbol del equipo. Nosotros nos reímos mucho, pero estoy seguro de que a él no le hizo ninguna gracia.

-Normal cielo, es lo que tiene beberte cinco copas tú sola. Ese pequeño cuerpo no puede aguantar tanto. - le digo señalando su cuerpo de arriba abajo. Ella me tira una almohada a la cabeza mientras me levanto riendo para coger ropa limpia antes de ducharme.

No estaba diciendo ninguna mentira, anoche perdió el control y no me importó porque estaba con su mejor amigo y quería verla disfrutar, pero casi me meto en un lío cuando vi a un montón de niñatos babeando por ella. Las chicas habían subido con Polo a bailar sobre la barra de la discoteca y nonos hizo gracia a ninguno ver a todos esos tíos babeando por nuestras novias. La excusa era que Polo las había convencido, yo no tengo nada en contra de él chaval porque sé que es buena gente, pero tiene suerte de ser tan importante para mi novia o le hubiera pegado una buena anoche.

-Ay madre, ¡ya sé porque ha sonado la alarma! ¡Tenemos que llevar a Polo al aeropuerto antes de que pierda el avión!

-No me jodas, quería ducharme contigo.

-Ya mi amor, pero si nos duchamos juntos no solo perderá el vuelo, sino que también tendrá que quedarse aquí más tiempo, seguramente en mi habitación y....-le interrumpo.

-Sí nena, ya te estoy pillando. Me voy a ducharme, pero que sepas que me debes una ducha- le digo metiéndome en el baño. Lo que no haría yo por esta mujer...

- ¡Tienes diez minutos! - me grita desde la habitación.
Y eso es exactamente lo que tardo, diez minutos. Cuando salgo veo como mi novia y su amigo están revisando que no se deje nada, por lo que yo cojo la maleta de chaval y la llevo hasta mi coche sin decir nada, ya vendrán ellos cuando estén listos. ¿Desde cuándo soy un calzonazos? Será mejor que me encienda un piti.

-Seguro Mía, no me dejo nada- giro mi cabeza para mirarlos llegar.

- ¿Estáis listos? ¿Nos vamos? - ambos asienten y se meten en el coche. Yo miro a mi novia que parece triste.

-Nena, todavía no se ha ido- Polo se ríe porque sabe que tengo razón, al final me va a caer bien y todo el chaval.

El trayecto hasta el aeropuerto se me hace corto, estoy tan entretenido escuchando a mi chica reírse con su amigo que apenas pienso en otra cosa. Mi atención está puesta en ellos, así que cuando llega el momento de despedirse decido dedicarle unas palabras antes de que suba al avión.

-Me has caído bien chaval, espero que cuando yo no esté cuides de mi novia y le hagas saber a cualquier baboso que ella es mía- Mía y él se ríen, pero yo estoy hablando totalmente enserio.

- Y yo espero que la sigas manteniendo en forma, si no fuera por ti ella no se cuidaría nada- Mía le da un tortazo en el hombro y entonces yo entiendo el doble sentido de sus palabras.

-No hables así de nuestra vida sexual chaval- su humor cambia al instante, no sabe que decirme- Es broma tío, ven aquí- le doy un abrazo sabiendo que esto es lo que quiere mi novia- No hagas que se meta en líos cuando yo no esté.

-Claro que no, aunque ya sabes que a ella no le hace falta mucha ayuda para eso. Parece un ángel, pero...

- ¡Cállate Polo! - Mía se hace la ofendida, que sexy me ha parecido siempre con ese gesto.

- Está bien nena, está bien. Te voy a echar de menos.

- Y yo a ti- ambos se abrazan mientras yo me abrocho el abrigo. Que puto frío hace en este sitio.

- Te veré para tu cumpleaños ¿no?, pasaremos la cena de navidad juntos como siempre ¿verdad? - Mía se queda mirándole.

- No lo sé, supongo que sí- Espera ¿qué?, ¿Cuándo es su cumpleaños y por qué no me lo ha mencionado nunca? ¿Y qué vamos hacer en navidad? ¿Se piensa ir con su familia y no verme en todas las vacaciones?

-Genial nena. Ahora sí me voy, que el avión me espera. Adiós.

Polo se acerca a mi para darme un abrazo de hombres, el cual acepto mientras le deseo que tenga un buen viaje. Después se acerca a mi novia para abrazarla y darle un fuerte beso en la mejilla. No voy a ponerme celoso, no voy a ponerme celoso.

-Ten cuidado y háblame en cuanto tengas cobertura. Te voy a echar de menos- Polo asiente y se marcha con su equipaje en una mano mientras que con la otra se despide de nosotros.

- Tenemos que irnos, hace mucho frío aquí- le digo en cuanto perdemos a su amigo de vista. Observo como se seca las lágrimas de los ojos mientras nos dirigimos al coche, pero no tengo ánimos para consolarla.

-Marcos- me dice frotándose las manos para aliviar el frío.

-Qué. - Sé que estoy siendo un poco gilipollas con ella, pero no puedo evitar comportarme así en este momento.

- ¿Qué te pasa? - me pregunta parándome en mitad del aparcamiento. Todas las personas que pasan por allí se giran para mirarnos, incluso los taxistas. Supongo que debe parecer que estoy mucho más cabreado de lo que realmente estoy.

- ¿Cuándo pensabas decirme que no quieres pasar conmigo la navidad?

ERES MÍA, PRECIOSA. (I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora