#Marcos
No puedo dejar de mirarla a cada rato. Me cuesta concentrarme en la conducción. Ya de por sí estoy nervioso por esa maldita carrera, pero ver la ropa que se había puesto Mía y saber que no tenía tiempo para tocarla, me estaba poniendo enfermo. Se había puesto tacones y un vaquero negro alto y pegado que le hacían resaltar su precioso culo, y joder, se había puesto algo diminuto como camiseta, era más bien uno de esos sujetadores con los que salen las chicas de fiestas. Por suerte para mí, había decidido ponerse mi chaqueta del equipo de la universidad, por lo que llevaba incluso mi nombre en la espalda. Todo el mundo sabía que era mía, pero que lo hiciera saber así me encantaba. Desde luego que lo hacía.
- ¿Estás lista?
- ¿Lo estás tú? - La miro fijamente en cuanto me responde. Está preocupada, esto no era lo que yo quería. Necesito que esté bien esta noche, no puedo pensar en otra cosa que no sea ganar esta noche.
-Necesito que estés bien para poder ganar.
-Lo estoy. - Observo como asiente y me conformo con eso, sé que no haría nada para perjudicarme. Minutos más tarde llegamos a la "L", hoy hay más gente que de costumbre, y no me extraña, de hecho, me alegro, eso significa más dinero. Miro a mi novia en cuanto salgo del coche.
- Deséame suerte para esta noche, cielo. - Le digo poniendo mi brazo en sus hombros mientras la arrastró hacia donde están nuestros amigos. La gente me saluda, las tías me miran, los tíos le miran a ella. Me cagó en la puta.
- Suerte mi amor. -Mía hace que detenga mi paso cuando se detiene para besarme, sus labios están tan acostumbrados a los míos que casi sin darme cuenta los recibo con furor. No sabía cuánto necesitaba este beso.
- ¡Venga ya!¡No habéis ni llegado y ya estáis pegados como mandriles! -me separo de ella viendo cómo se sonroja ante los gritos de Emett, lo cual me hace reír.
-No sé qué faceta tuya me pone más, si la de adolescente inocente o la de chica seductora. - le susurro mientras observo como se estremece ante mis palabras. Punto para mí esta noche.
- ¡Marcos! - me río al ver su reacción. Increíblemente arrebatadora en cualquier sentido.
- ¡Marcos, tío! ¿Estás preparado? - Le indicó a Emett con la cabeza que si lo estoy antes de encenderme un cigarro- ¡Ese es mi amigo! ¡Con los huevos sobre la mesa!
- ¿Qué Mía? ¿Estás preocupada? - No sé a qué viene la pregunta de Ryan, pero me interesa saber la respuesta. Así que miro a mi novia, que sigue enredada bajo mi brazo, esperando su respuesta.
- No, quizá antes sí. Pero estoy preparada, confío en Marcos. - La miro mientras contesta a mi amigo y le dejo un beso en la cabeza. Esta es mi chica.
- Sí, estamos contigo hermano. - Ryan levanta su cerveza haciendo que el resto de nuestros amigos le imiten, y brindan por mí. Por la victoria.
- ¡Ya está aquí mi chico! - Me giro sabiendo que no me va a gustar lo que voy a ver.
- ¿Qué quieres? - le respondo lo más tajante que puedo. No quiero saber nada de él, quiero ganar esa maldita carrera y perderle de vista para siempre. De repente siento que algo me saca de mis pensamientos. Es la mano de mi novia, sus dedos están apretando mi cintura rogando por mi atención.
- ¿Este es tu jefe? - me susurra. Yo asiento.
- ¡Qué chica tan guapa! ¿Es tu novia? ¡Tú sí que sabes! - No me está gustando un pelo la conversación, a Mía tampoco, lo puedo sentir a pesar de que cualquier podría decir que parece de lo más tranquila.
- Te he dicho que qué quieres.
- Una pena que me trates así, chico. Podríamos hacer mucho dinero juntos. Podrías haber sido mi mano derecha.
- Di ya lo que quieres Toni, Marcos tiene una carrera esperándole- dice Dani.
- Bien, de eso mismo venía a hablarte. La carrera empieza en diez minutos, te darán cinco para que te prepares y otros cinco para que conozcas a tu contrincante. Ya conoces las normas... y las consecuencias.
- ¿Qué quieres decir con eso? ¿Eh? - Ryan se acerca a Toni para encararlo, pero yo le freno poniendo una mano en su pecho sin alejar mis ojos de los de ese maldito mafioso.
- Lo que digo, es que más te vale no fallarme. O ella será la primera que lo pague - Mía se estremece en mis brazos ante la amenaza de Toni, pero ya lo conocemos. Ninguno hace nada, nadie habla, nadie da un paso.
-Marcos hermano, te toca- asiento a lo que me dice Emett. Las chicas me desean suerte, Dani también, Ryan se quita la cadena que lleva en el cuello pasará dármela sin mediar palabra. Vamos a ello.
- No te separes de los chicos, no hagas caso a nadie que no conozcas y no bebas nada que no te sirvas tu misma. Acuérdate de todo lo que hemos hablado. Esta noche se acaba esto- le digo sujetando su cara con ambas manos.
-Te quiero.
Cojo aire en cuanto me separo de ella, miro a Ryan indicándole que la cuide y me dirijo con Emett hacia mi coche. Ambos nos metemos en él y conduzco hasta la línea de salida donde me espera el tal Jaxón Adams en un precioso lambo rojo. Emett sale del coche y yo con él en cuanto veo quién se aproxima a nosotros.
- Soy Jaxón Adams- me dice serio, tan serio que asustaría a cualquiera que lo vise por primera vez. Pero yo no era cualquiera.
- Marcos, Marcos Rodríguez.
- Me han dicho que eres bueno. Hay que tener dos cojones para competir conmigo, todos pierden- ¿Quién mierda se cree este tipo? ¿A caso intenta intimidarme? ¿Se cree que me voy a achantar delante de toda esta gente?
- Yo no soy todos.
El tipo asiente lentamente sin dejar de mirarme. Y sin decir una sola palabra más, se da media vuelta para dirigirse a su coche. Se ha cabreado, lo puedo ver en la forma en la que cierra la puerta del piloto con fuerza. Sonrío en mi interior, nadie va a dejarme por los suelos delante de toda esta gente... mucho menos delante de mi novia, así que abro la puerta de mi coche y me meto en él. Ahora sí que se van a enterar de quién manda en este sitio. Es el momento.
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ERES MÍA, PRECIOSA. (I)
RomanceÉl es extremadamente impredecible, arrogante y adictivo. Ella, seductora, descarada e insaciable. ¿Hasta donde serías capaz de llegar por conseguir algo? Atención. Esta es una novela hecha única y exclusivamente por mí, no se admite el plagio. Si qu...