Una playa paradisiaca.

65.2K 3.6K 257
                                    

#Mía

- Uy nena, yo conozco esa mirada- la voz de mi amigo me saca de mis pensamientos y aparto la mirada del espejo para ponerla sobre él.

- ¿Qué mirada?

- No me preguntes qué mirada y dime que es lo que está rondando por esa cabeza de pelo largo o te va a salir humo de ella- Era imposible que alguna vez no viera como estaba yo por dentro, nadie me entendía ni me daba consejos como mi mejor amigo, así que ahora que estábamos solos podríamos aprovechar para tener una conversación sin que ninguno de los chicos nos interrumpiese.

-Bien, es por Marcos- él me lanza una mirada como diciendo "Obvio que es por él, ¿me tomas por tonto o qué?" - A ver Polo, tú ya sabes a qué se dedica él porque te lo he contado cada vez que hemos hablado por teléfono, pero creo que hay cosas que no sé ni siquiera yo- suspiro intentando encontrar las palabras adecuadas para no dejar mal a mi novio, ya que no quiero que mi mejor amigo se quede con una mala impresión de él antes de irse- Vale, pues la cosa es que desde que me enteré de a qué se dedicaba Marcos he tenido dudas, dudas de si me estará escondiendo muchos secretos sobre ello, dudas acerca de con quien se junta, dudas por saber de dónde le viene ese carácter tan frío que tiene cuando habla con los desconocidos... De verdad, tú no lo has visto porque tú eres mi mejor amigo y él es totalmente consciente de ello y no va a ser tan tanto como para cagarla con alguien que me importa tanto, pero realmente hay mucha gente que le tiene miedo. Una vez incluso nos pagaron una cena en un restaurante. Sin ningún motivo. Nosotros no hablamos con nadie, simplemente él pidió la cuenta y el camarero nos dijo que ya la habían pagado.

-Mía, tú eres quien ha decidido estar con él. Tú eres quien te has encaprichado por ese hombre y no ha parado de cometer locuras hasta conseguirlo. Y ahora incluso me atrevería a decir que él está más pillado por ti que tú por él- Vaya, ¿De verdad se veía así desde fuera? Yo sentía que mi vida giraba en torno a la de mi novio desde que lo conocí, como si hubiese algo que me incitará a darle prioridad a él sobre el resto de cosas que hay en mi vida. Creía que tener el control sobre eso era algo que se me escapaba de las manos.

- ¿De verdad lo crees?

- Si amiga, desde luego que lo creo. Es normal que la gente sienta miedo cuando le conocen porque verdaderamente ese tipo duro puede intimidar a cualquiera si se lo propone, estoy seguro. - Me mira fijamente- Pero ayer, ayer cuando llegó y te vio tan mal... Mía, ese tipo de verdad te quiere. Si hubieras visto cómo te miraba cuando te quedaste dormida, como te cogía en brazos para llevarte a la habitación... incluso amenazó a Emett por si te despertaba con las voces- dice riéndose- Está loco de amor por ti.

- Muchas veces pienso que tengo una obsesión enfermiza por él-mi amigo estalla en carcajadas como si le hubiera dicho la cosa más graciosa del mundo, pero la verdad es que pocas veces en mi vida he hablado tan enserio.

- Que va, estoy completamente seguro de que él haría cualquier cosa por ti- No, en realidad en eso se equivocaba. Hay una cosa en el mundo, quizá la más importante para mí, por la que Marcos no daría su brazo a torcer nunca.

-Bueno, lo único que no te he contado es precisamente eso.

- ¿Él qué nena?

- Él no haría todo por mí- le digo agachando la cabeza bajo su atenta mirada- él no quiere ser padre nunca. Ni siquiera dentro de quince años.

-Venga ya Mía- dice riéndose. Si se sigue riendo le voy a pegar, este es un tema importante para mí.

-¡Apolo Reyes! ¡Sabes que este siempre ha sido un tema importante para mí! - le digo con indignación. Marcos me había dejado totalmente claro que se negaba a ser padre y eso no era cualquier cosa para mí.

- Vale Mía. Vamos a ver cielo, tú novio tiene siete años más que tú, ha sido un mujeriego toda la vida y ahora que se engancha con una, ósea tú, le dices que quieres ser madre. ¿Nena que esperabas? ¿Qué te digiera "¡Claro, ven que te insemino?!" Obviamente no Mía, él está cagado.

-Pero yo realmente pienso en un futuro con él Polo...

-Lo sé, lo sé cariño, y seguramente él también, solo hay que veros. Pero recuerda cuando me contaste que él tenía problemas con su padre y tal... yo he pasado mucho por cosas así y tú lo sabes. - Era cierto, cuando le confesó a sus padres que era homosexual se tiró dos meses sin que su padre le dirigiese la palabra porque él consideraba que la sexualidad de su único hijo era una ofensa para su familia y para la imagen que daban de esta. Nuestros padres siempre se habían encargado de cuidar las apariencias.

-Lo sé, lo sé, pero no puedo evitar pensar en ello. Un hijo nuestro sería tan... perfecto.

- Sí, princesa Disney, sí. Tú quieres a tu chico malo, que luego se vuelve un caballero, tenéis hijos y coméis perdices. Nena esta es la vida real.

-Tampoco es eso, aunque no es una mala idea- Yo me encojo de hombros mientras él se ríe de mi infantilismo y cambia radicalmente el tema de nuestra conversación.

-Bueno, pues ya que estamos contándonos nuestras intimidades como en los viejos tiempos...

- ¿Qué? - Él hace una pausa para crear tensión y realmente lo consigue porque me pone de los nervios. Nunca voy a entender las pausas dramáticas... ¿A quién le gustan?  Estos son los típicos momentos en los que Polo me suelta una bomba, la última vez que me habló así fue cuando me confesó que era gay.

-He conocido a un chico.

- ¡Ay no! ¿Y a qué esperabas para contármelo? ¿A qué me salieran canas?

- Tenía que asegurarme de que no era otro de esos que me dejaban tirado después de probarme. Ya sabes... Polo, es mucho Polo para un solo hombre. - Me guiña un ojo- Pero por primera vez creo esta vez es diferente- Yo chillo de la emoción mientras doy saltitos porque el hecho de que mi mejor amigo se metiera en algo así de serio no era nada común en nuestras vidas.

- Así que vais en serio- digo procesando la información, todavía no me lo creo.

- ¡Si nena! - me dice agarrándome las manos- Ya nos estoy viendo en el próximo viaje que organicen nuestros padres, tú con tu chulazo macarra y yo con mi alemán tostado al sol. Podemos convencer a tu madre de elegir esta vez alguna playa paradisiaca, ella siempre me escucha. - Me río antes sus ocurrencias, realmente no me imagino a un hombre como Marcos rodeado de dos chicos enamorados y con nuestras peculiares familias cenando en algún sitio con vistas al mar. Aunque lo de ver a Marcos en una playa paradisiaca no me suena nada mal.

- Así que alemán ¿eh? - le digo chocando mi hombro con el suyo de broma- cuéntame más.

ERES MÍA, PRECIOSA. (I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora