#Mía
La semana pasó en un abrir y cerrar de ojos, Ryan había mejorado y había vuelto a asistir a clases sin necesidad de ir al médico a pesar de que todavía tenía hematomas dolorosos del golpe, pero para su suerte tenía a Lili todo el día a su lado haciendo de enfermera.
- ¿De verdad que estás bien? ¿Te has tomado las pastillas para el dolor? - me río al escuchar a Lili interrogando a Ryan. Estaba paranoica, y nos estaba volviendo locos a todos los demás también.
-Lili déjalo, pareces su madre- dice Emma riéndose. Lleva razón, Lili lo ha pasado muy mal pero el pobre Ryan también está pasando lo suyo.
- Me da igual- dice Lili haciéndose la ofendida- ¿Te las has tomado o se te ha vuelto a pasar?
-Me las he tomado bonita, me las he tomado. No te preocupes tanto por mí. - Ryan la besa y yo suspiro mientras me detengo a observar la escena. Son tan monos.
-Deja de mirarlos como si fuesen Brad Pitt y Angelina Jolie, nosotros hacemos mucha mejor pareja- me río ante las palabras de mi novio y observo al resto de nuestros amigos esperando que no nos hayan escuchado.
-Cállate-le digo de broma- cualquier día nos van a escuchar y se van a enfadar.
-Me la pela, seguimos siendo mejor que cualquier pareja de esta universidad. Míranos, todo el mundo atento a nosotros- era cierto, si miraba a mi alrededor lo único que veía la cafetería de la universidad era muchos grupos de alumnos. Marcos llevaba razón, en casi todos los grupos había una o dos personas mirando en nuestra dirección y eso seguía poniéndome nerviosa.
-¿Podemos hablar de otra cosa?- le digo un poco incómoda. Todavía me costaba asimilar que siempre iba a haber gente observando cada paso que daba cuando estaba con Marcos.
-Claro nena, lo que quieras. Los chicos están a su rollo- me contesta con una mirada insinuante.
-No empieces- le digo. Él hace caso omiso a mis palabras y me besa divertido.
-Te encanta- tiene razón, no puedo ignorarlo como si nada.
- Paraaaa- le digo apartándolo de mí mientras me río. Últimamente está mucho más apegado a mí, y es algo que agradezco porque no ha sido fácil conseguir que se abra así.
-Está bien, está bien. ¿Qué quieres decirme nena?- me pregunta mientras me echa el pelo hacia atrás.
- Polo llega esta tarde y quiero ir al aeropuerto para recibirlo cuando llegue.
-Ah, sí. Tu amigo- me río porque incluso sabiendo que Polo no tiene ni el más mínimo interés en centrarse en una chica puedo notar sus celos.
- Mi mejor amigo. Mi hermano- le corrijo.
- Bien, lo vas a recoger. ¿Y qué?
- ¿Vienes conmigo? - le pongo carita de cachorrito. Eso no me ha fallado nunca con nadie, es con esta cara con la que logré que mi padre me dejase venirme fuera a estudiar.
- Tengo cosas que hacer nena. Además, ya que mi novia prefiere pasar la tarde con su amigo gay que conmigo he decidido que no voy a pasar la tarde solo. Haré algo con los chicos- mi desilusión debe verse reflejada de inmediato en mis ojos porque algo en él cambia al momento- No me mires así.
- Tendré que ir sola entonces. Lili va a acompañar a Ryan al médico, que va a que le revisen los golpes. Y Emma ha quedado con un chico- No le digo que el chico con el que ha quedado es Ricky porque Emma me hizo prometer que no se lo contaría a nadie a menos que se hiciese oficial, ni siquiera a Marcos.
-Está bien, te acompañaré.
- ¡Genial! ¡A Polo le vas a encantar! - digo emocionada. Estoy deseando que el chico que me tiene loca y mi confidente de toda la vida se conozcan.
- Yo no quiero encantarle a nadie nena. Mucho menos a un tío.
-Para mí, es importante que os llevéis bien- le digo poniéndome seria. Él suspira resignado. Me tiene loca, pero a veces me pone de los nervios que no le dé apenas importancia a cosas que para mí sí que la tienen.
- Vale, vale, no te pongas así nena. Iré contigo a recoger a tu amigo e intentaré... ya sabes, sacar mi encanto. ¿A quién no le caigo bien?
Yo alzo la ceja divertida, siempre sabe qué decir para ganarme. Por mucho que lo niegue, su egocentrismo es una de las cosas que más me gusta de él.
Cuando voy a contestarle me interrumpe el sonido de la sirena indicando que es hora de volver a clase.-Adiós chicas- dice Emett. Nos despedimos mientras los veo marchar, me gustaría no tener clase ahora y poder ir a verlos entrenar, pero no es el caso.
Por suerte las clases se pasan rápido, o por lo menos eso es lo que siento cuando suena el timbre indicando que han acabado las clases por hoy. Menos mal, mis ganas por ver a Polo son cada vez mayores... he comido y me he duchado a toda prisa para poder llegar lo antes posible al aeropuerto, me sentiría fatal si Polo llega y no me ve allí.
-Relájate nena, tú amigo llegará en cualquier momento- me decía Marcos mientras se sentaba en uno de los bancos que había allí.
-Lo sé, lo sé. Pero es que aquí hay tanta gente que me da miedo que no me vea-él se ríe mirándome desde su sitio.
- Cielo, es verdad que no mides tres metros, pero dudo mucho que pase alguien por aquí sin mirarte. Es un don que tenemos, yo llevo viviendo con ello toda mi vida- Marcos me guiña un ojo y yo me acerco a él riéndome para besarle.
-¡Ay, no! Me caigo muerto mismo. Te acabo de ver y ya me estás dando envidia nena- yo me giro al reconocer la voz.
- ¡Polo!
Me suelto del agarre de mi novio y me abalanzo sobre mi amigo que me estrecha entre sus brazos en cuanto llego hasta él. Ahora sí que éramos el centro de atención de todo el aeropuerto, Polo era igual o casi tan alto como mi novio. Él tenía dos años más que yo, tres menos que Marcos, pero cualquiera pensaría que somos del mismo año. Él era tan bueno en el maquillaje que podría aparentar diez años fácilmente gracias a una brocha y yo daba las gracias por ello, él había sido quien me había enseñado a maquillarme hace años.
-Vaya, te han crecido las tetas. ¿O es ese sujetador? - escuchó un gruñido tras de mí y me giro hacia mi novio sonriendo.
-Emm... Polo, este es Marcos, mi novio.
- Encantado tío- Ambos se saludan con el típico saludo de manos tan característico de los hombres. Pero Marcos aprieta su agarre para acercarse a él e intimidarlo.
-Si vuelves a soltar algún comentario sobre las tetas de mi novia te partiré la cara.
- ¡Marcos! - le digo escandalizada. Me había dicho que iba a comportarse.
-Tranquiló tiarrón, sus tetas son bonitas, pero... a mí me van más los tipos duros. Como tú- yo me empiezo a reír a carcajadas al ver como mi novio pierde el color de su cara y se mantiene totalmente estático sobre sus pies. Polo siempre ha sido así de intenso, por eso siempre ha ligado tanto.
-Será mejor que nos vayamos- digo divertida.
-Sí, vámonos.
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ERES MÍA, PRECIOSA. (I)
RomanceÉl es extremadamente impredecible, arrogante y adictivo. Ella, seductora, descarada e insaciable. ¿Hasta donde serías capaz de llegar por conseguir algo? Atención. Esta es una novela hecha única y exclusivamente por mí, no se admite el plagio. Si qu...