Su dolor es lo que menos me importa.

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#Marcos

Era la primera vez que Mía veía con claridad el lugar, estaba cagada de miedo y podía verlo en sus ojos. La veo acercarse a mí casi inconscientemente cuando bajamos del coche. Su cuerpo quiere permanecer pegado al mío a cada momento incluso cuando ella misma no es consciente de ello. Si las cosas se hubiesen dado de otra manera, si yo no estuviese metido en esto, si ella no me hubiera pillado aquel día... desde luego que no la traería a un sitio así.
La observo analizar todo poco a poco sin decir ni una sola palabra mientras que los chicos empiezan a coger cervezas y saludan al resto de pirados de allí. No son mala gente... son locos, mujeres en busca de hombres peligrosos y hombres llenos de vicios, todos ellos sedientos de la adrenalina que te da este lugar.

-Marcos- me dice Mía mientras sus manos buscan las mías sin apartar su mirada del frente. Levanto la cabeza para seguir su mirada y veo lo que le hace estar tan atenta.

-Vamos, Ryan está apunto de correr esta noche y tengo que estar a su lado- ella asiente y pega un pequeño salto cuando ve como uno de los dos tíos que se pelean ante nuestros ojos saca una navaja. Empiezo a dudar si haber dejado que viniese había sido una buena idea o no.
Antes de que pueda volver a ver algo que la asuste aún más, la tomo de la cintura y le hago andar junto a mí, con firmeza.

- ¿Estás bien? ¿Estás segura de que quieres estar aquí? - ella me mira fijamente, por primera vez desde la conozco puedo ver la duda en sus ojos. No sabe si irse o quedarse aquí.

-No, no. Me quedo aquí. Contigo, con todos... no me voy a ir a ninguna parte- asiento firmemente mientras veo como me sonríe.

-Está bien. Quédate con las chicas, necesito hablar con Ryan. - Le doy un beso corto y me voy hacia dónde está mi amigo, no sin antes echar un vistazo hacia atrás para comprobar que ningún imbécil se le haya cruzado en el camino. Está bien, es hora de centrarse.

-Ryan, empiezas en cinco minutos- le dice un chaval que anda por allí. Ryan me mira.

- Escúchame hermano, no es la primera vez- le digo agarrándole los hombros y mirándole fijamente- quiero que te subas a ese jodido coche ahora y que ganes esta noche hermano.

-Tío, va a correr Adam esta noche. Marcos, sabes lo que pasó la última vez que coincidimos en una carrera- sí que lo sabía, Adam no solo era un carbonato en la vida real. Tampoco jugaba limpio en las carreras, yo mismo estuve a punto de tener un accidente él hace unos meses por su culpa, él muy cabronazo casi logra estamparme contra un muro mientras girábamos una curva... pero aquí estoy, vivito y coleando.

-Escúchame Ryan, vas a ganar y te vas a ir de aquí con un montón de dinero y con tu novia de la mano. ¿Me entiendes? - le digo mientras le cojo de la nuca con una mano.

- Voy a ganar hermano, por Lili.

-Ese es mi hermano, ese es mi hermano joder. - Le doy un abrazo antes de que se meta en el coche y cuando le veo preparado miro desafiante a Adam. Le estoy advirtiendo con la mirada, si le pasa algo a Ryan por su culpa no me lo voy a pensar dos veces, ni me va a temblar el pulso.

-Eh tío, toma una cerveza. Esto va a empezar ya. - Emett me tira una cerveza que cojo al vuelo, y menos mal porque si no le habría caído a mi novia en la cabeza. Lo de Emett nunca ha sido la puntería.

- La próxima vez ten más cuidado o tendré que partirte la cara- le digo mientras pego a Mía más a mí. Emett se ríe, sabe que estoy de coña. O quizás no tanto.

- ¿Crees que va a ganar? - me dice mi novia que aún sigue abrazada a mí. Yo bajo mi cabeza para mirarle a los ojos, pero su mano en torso me desconcentra.

-Estoy seguro de ello nena.

La carrera comienza con los gritos de toda la gente que esperan impacientes a ver quién gana. Nosotros nos quedamos en el sitio esperando que Ryan sea quien vuelva a la meta en primer lugar, pero por mucho que todos estemos intentando reírnos y parecer lo más felices que podemos porque las chicas están esta noche aquí... a mí se me hace imposible no darle vueltas a mi cabeza. De hecho, estoy totalmente seguro de que Dani y Emett están igual de alerta que yo a lo que Adam pueda hacer.

Pensar en aquel día en el que Mía se largó con él de aquí, en su coche, en su puto coche y con Lili borracha... desde luego que ese tío estaba muy cerca de pasar mi límite. Y para su desgracia lo pasa cuando veo como el coche de Ryan pasa la meta, ha ganado, pero no le ha dado tiempo a salir del coche cuando el coche de Adam le da un gran golpe por detrás. ¿De qué coño va? ¿Es que quiere que le parta la cara o qué?

-Ryan- susurro. Suelto a mi novia de la cintura que mira con asombro la escena, pero ahora no es el momento de ponerme a tranquilizarla ni mucho menos.

-Voy yo-dice Dani mirándome y yo asiento, ni siquiera soy capaz de pronunciar una puta palabra. Solo puedo pensar en Ryan, en mi hermano. Espero que no tenga ni un solo rasguño, porque si eso pasa... si a mi hermano le pasa algo por culpa de ese hijo de puta...

De repente se enciende una alerta en mi cabeza. Ahora solo veo rojo, rojo y más rojo. Sangre y venganza. Nadie toca a Ryan. Nadie.

- ¡Ryan! ¿Hermano cómo estás? ¡Ryan! - las voces de Emett de fondo son el incentivo que mi cuerpo necesitaba para funcionar. Esas palabras, lo que puede significar, solo hacen darme el impulso suficiente para abrir la puerta del coche de Adam del tirón. El muy imbécil ni siquiera ha salido porque él mismo se ha hecho daño, tiene sangre en la frente. Sangre. Ryan. Sangre. Ryan. Con mis dos manos lo cojo del cuello de la camiseta y lo saco del coche tirándolo directamente al suelo. Escucho como se queja de dolor, pero ahora lo único que quiero es pegarle hasta que lo único que recuerde sea los golpes de mi puño en su cara.

ERES MÍA, PRECIOSA. (I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora