#Mía
- Me refiero a que llevas toda la noche mirándonos como cuando te gusta algo nena, como cuando quieres tener algo- yo me quedo en silencio escuchándolo atentamente- he visto en tus ojos esta noche como nos imaginabas en un futuro. Estoy seguro de ello.
- ¿Cómo lo sabes? - ¿Cómo lo sabía? ¿De verdad se me notaba tanto o es que a esta altura ya me conocía demasiado? ¿De verdad Marcos había estado tan atentó durante todo este tiempo como para conocerme así?
- Te conozco incluso más que a mí mismo nena. No me hace falta escucharte para saber lo que quieres.
- ¿Ah, ¿sí? ¿Y qué quiero ahora? - me acerco a él.
- Quieres que te folle. Aquí, en mi casa, en mi balcón- me acaricia la cara mientras me sujeta contra él.
- Ajá- susurro sobre sus labios- ¿Y qué más?
- También estás frustrada. Y eso me pone. ¿Qué? ¿De qué va? - Estás así porque no te he tocado en toda la noche, porque necesitas que te toque.
-Lo has hecho aposta.
-No, ciertamente no nena. - Marcos empieza a hablar en un tono divertido que no hace más que ponernos de los nervios- Pero me gusta que haya sido así, me he dado cuenta de lo poco que aguantas sin tenerme dentro de ti.
- Tú tampoco aguantas que esté cerca de ti.
-Cierto, lo que me recuerda por qué hemos empezado esta conversación. - Le miro fijamente, le encanta tenerme con la incertidumbre.
- ¿Me vas a decir ya por qué te has puesto así conmigo?
-No pienso tener hijos, Mía. - Algo en mí se rompe, yo siempre he sentido debilidad por ser madre.
-Marcos yo...- Soy incapaz de hablar. Me había hecho tantas ilusiones esta noche...
-No, escúchame. Mía, pienso estar contigo hasta que me muera. Puede parecerte una idiotez, pero voy totalmente enserio. Lo supe desde que te vi en la entrada de la facultad por primera vez, cuando Dani casi te atropelló con su bici. - Voy a recordar ese día para siempre, lo quise para mí en cuanto lo vi.
- ¿Por qué no quieres ser padre? Quiero decir... ahora mismo lo entiendo, porque somos muy jóvenes. Tampoco entra en mis planes. Pero cuando seamos más mayores... te he visto con tus hermanos, tienes un don con los niños Marcos. - Con una mano le acaricio la cara y con la otra agarro la suya como si con eso fuera a entrar en razón.
-Ya has visto lo desestructurada que está mi familia. Ya has visto la mierda de relación que tengo con mi padre. ¡Ya has visto la mierda de padre que tengo! ¿Cómo piensas que puedo educar a nadie viendo lo que me han hecho a mí? - Por primera vez desde que nos conocemos lo veo con las lágrimas en los ojos.
-Mi amor...- le miro apenada y le doy un abrazo. Él se aferra a mí.
-No voy a volver a pelearme contigo Mía, tampoco pretendo hacerte daño. Solo quiero que sepas que en un futuro no voy a ser padre, definitivamente no. Podrás disfrutar todo lo que quieras con mis hermanos o cualquier otro niño, pero ninguno nuestro. No me mires con esa cara, si en un futuro tu y yo seguimos juntos gastaremos todo nuestro dinero en vivir y en disfrutar, te llevaré a conocer el mundo entero, te compraré una casa, un coche, un perro, te compraré lo que me pidas. Pero quiero que sepas desde este mismo momento, que a mi lado no te vas a encontrar eso de querer formar una familia ni de pasar los fines de semana en casa. Bueno, creo que eso ya lo sabes. - Marcos se ríe. Supongo que para intentar romper con la tensión que nos une en este momento.
-Marcos, te quiero. Y te quiero así, como eres. No sé cómo me voy a vestir mañana, así como tampoco sé lo que va a pasar dentro de unos años. - Como siempre, me interrumpe.
- ¿Estás diciendo que no nos ves juntos en unos años? - Una alarma suena en mi cabeza, algo estoy haciendo mal. Marcos se separa de mí, ya no me está tocando. Otra vez.
-No, no estoy diciendo nada de eso. Estaremos juntos todo el tiempo que el destino quiera- miro la pantalla de mi móvil. Son las dos de la mañana, no sé en qué momento he perdido la noción del tiempo, pero este día está acabando conmigo- Es tarde y estoy agotada. ¿Podemos dormir?
-Sí, claro- me mira confuso. Supongo que esperaba una reacción más alegre, pero realmente estoy afectada, aunque a él le pueda parecer todo una tontería- Voy a por algo para que estés más cómoda, verte en esos pantalones me está matando.
Entramos de nuevo en la habitación y él se va a lo que supongo que será su vestidor. Agradezco mentalmente a Eva por haber puesto la calefacción, ahí fuera hacía frío. Termino de escribirle a Lili que no dormiré en la residencia hoy cuando Marcos aparece con un pantalón gris de chándal y muda en la mano para mí.
-Gracias- le digo mientras que cojo la ropa de su mano y me meto en lo que supongo que será el baño mientras que él se queda en la habitación mirándome extrañado- Cielo, se me cae el pantalón- le digo cuando salgo sujetándome el pantalón con una mano. Él se ríe.
-Es injusto que estés sexy hasta con un pantalón que hace por dos Mías- yo me encojo de hombros divertida. Mi madre me había enseñado a comer desde que era pequeña, había vigilado mi físico toda la vida. Seguramente, para ella tener una hija con algún kilo de más no entraba en su perfecta vida.
- ¿Qué hago? ¿No tienes algo más pequeño? - él me mira desde la cama, esa cama es tan grande...- Bien, pues me quedaré con la camiseta y con el bóxer que me has dado. Espero no pasar frío.
-Nena, sabes que solo tienes que darme alguna señal y te haré entrar en calor todo lo que quieras y cuantas veces quieras -me río y me meto en la cama.
-Vamos a dormir, no doy más de mí hoy- le digo mientras me arropo y le doy la espalda.
- Estamos bien ¿verdad? - me susurra Marcos al oído tras apagar la luz.
-Claro, siempre lo estamos ¿no? - le respondo sin mirarle a la cara. Él me abraza por la espalda y noto como poco a poco se queda dormido. Sin embargo, yo apenas consigo dormir esa noche.
![](https://img.wattpad.com/cover/151832892-288-k549761.jpg)
ESTÁS LEYENDO
ERES MÍA, PRECIOSA. (I)
RomantizmÉl es extremadamente impredecible, arrogante y adictivo. Ella, seductora, descarada e insaciable. ¿Hasta donde serías capaz de llegar por conseguir algo? Atención. Esta es una novela hecha única y exclusivamente por mí, no se admite el plagio. Si qu...