#Mía.
Pasamos todo el resto del día entre risas y más risas, los niños se lo estaban pasando en grande y nosotros no nos quedábamos atrás, incluso había visto una pequeña sonrisa en la cara de mi suegro durante el almuerzo.
-Vaya, no me acuerdo de la última vez que le vi sonreír- me dice Eva al oído mientras el servicio nos retira los platos. Intento disimular la sonrisa, pero no puedo, parece que hoy todos estamos extremadamente felices y eso me encanta.
- Bueno, me voy a trabajar. Espero que estés disfrutando de tu cumpleaños Mía, felicidades. -Antes de poder abrir mi boca para darle las gracias, Ignacio ya se ha levantado de la mesa y nos da la espalda para irse a su despacho dejándonos a todos los presentes sin palabras.
- Está feliz- dice Tomi. Eva asiente y Marcos tiene sus ojos clavados en mí.
- Increíble. - Es lo único que sale de su boca.
- ¿Qué?
-Es la primera vez que papá dice algo bueno de alguien que no seamos sus hijos- las palabras de Lili me sorprenden. No ha sido la gran cosa para mí porque solo me ha felicitado, pero para ellos resulta ser asombroso. Así que me dedico a asentir y sonreír, regla número uno para los momentos incómodos según mi madre.
-Bueno, nosotros nos vamos- dice Marcos cogiéndome de la mano y haciendo que ambos nos levantemos de la mesa sin previo aviso.
- ¿A dónde vais hijo? Mía ni siquiera ha probado el postre. - Me encantaría contestarle, pero siquiera yo lo sé, Marcos no me había mencionado nada de esto. ¿Cómo vamos a dejar a su familia ahí sin más? ¿Y mis modales?
- Ya que hoy es algo así como su cumpleaños, pasaremos la tarde los dos juntos mamá.
-Pero hijo, yo creía- Marcos le interrumpe.
-Ya habéis disfrutado de ella toda la mañana, incluso habéis comido juntas- Eva le dirige una mirada como de desilusión. Supongo que yo también adoro pasar el tiempo con ellos. - No me mires así mamá, es mi novia... no tú mejor amiga.
-Está bien hijo, cuídala y divertíos.
- ¡Marcos yo quiero ir!
-¡Y yo! ¡Podemos ir al cine! - grita Tomi.
-¡O a patinar sobre hielo!- Ambos se miran emocionados ante la idea de Lili para después mirar a mi novio con cara de pena, y yo que estoy de pie a su lado solo puedo reírme por la inocencia de los pequeños.
-No, no, no. Ni hablar enanos, Mía y yo nos vamos y vamos a pasar unas horas juntos. Vosotros podéis jugar en la piscina o tiraros de los pelos, que sé yo lo que hacen los niños de vuestra edad.
- ¿Cómo nos vamos a meter en la piscina en navidad? - Tomi exagera sus palabras moviendo los brazos de arriba a abajo cuando habla, haciendo que me vuelva a reír. Será mejor que saque a mi novio de aquí antes de que les suerte otra de sus características burradas, seguro que será el quien les diga que ni los Reyes Magos ni Papá Noel existe.
- Bueno chicos, mañana jugaremos todo el día- les digo con dulzura.
- ¿Y prepararemos juntos la cena de navidad? - Lili está tan entusiasmada por mí respuesta que solo puedo asentir.
-Bueno, si eso es todo... nos vamos. Adiós familia.
- ¡Adiós! - le gritó a medida que Marcos me arrastra hasta la entrada de su casa.
- Abrígate nena, hace frío.
Le hago caso y me pongo el abrigo antes de salir, aun así, acerco mi cuerpo al suyo a medida que salimos y él me recibe poniendo su brazo sobre mis hombros de inmediato, no nos hace falta mediar ni una sola palabra para saber que necesita el otro. Nos pasa desde el momento en el que nos conocimos.
Ramón nos espera con el coche ante la puerta y las llaves en la mano, Marcos asiente a modo de agradecimiento y coge las llaves en sus manos mientras yo rodeo el Tesla. Agradezco al instante que Ramón haya dejado puesta la calefacción y Marcos parece que también, porque se quita el abrigo antes de arrancar el coche.-Quítatelo cielo, o tendrás frío al salir- yo le hago caso sabiendo que tiene razón y dejo los abrigos en la parte de atrás.
- ¿A dónde vamos?
- Es sorpresa cielo, pero estoy seguro de que te va a gustar- dice dándome una mirada rápida.
- ¿Vienen los chicos? ¿Por qué no has dejado qué viniesen tus hermanos? Estaban muy emocionados.
- Nena, hoy es un día para ti y para mí. No quiero a nadie más.
- ¿Es una cita? - Sonrío al ver como se curva una sonrisa en los labios.
- Sí, supongo que es algo así.
- ¿En qué momento has planeado esto? - Sé que estoy siendo un poco cansina, pero todo esto... su comportamiento desde esta mañana, lo bien que ha estado disfrutando con su familia, ahora una sorpresa... ojalá no tuviera esa maldita carrera. Un momento, la carrera. -Marcos, ¿Y la carrera? ¿Estás haciendo todo esto para que me olvide de la carrera? ¿Para distraerme?
- No Mía, anoche me dormí pensando en que no deberíamos de pensar ni mencionar la carrera hasta que sean las doce de la noche y yo esté a punto de competir. No sé cómo vamos a estar ni que privacidad tendremos una vez que viajemos a Madrid para estar con tu familia, así que he pensado que, ya que hoy has celebrado tu cumpleaños con mi familia y después de la carrera lo celebraremos con los chicos, podemos celebrarlo esta tarde los dos solos.
Instantes después de escucharle hablar me siento mal por hacerle tantas preguntas, lo que pasa es que ni siquiera me esperaba algo así de él. Me detengo para mirarlo mientras conduce, no me cansaré de decir que verle conduciendo es una de las facetas que más me gustan de él sin duda alguna.
- Lo siento, no quería acribillarte con tantas preguntas.
-No te disculpes cielo- me dice mientras deja un beso en mi mano- ya sé cómo eres.
- ¿Qué? ¿Cómo qué ya sabes cómo soy? ¿Y cómo soy? ¿Cómo soy? - le digo cruzándome de brazos. Estoy indignada y su risa ante mi reacción no hace más que aumentar mi indignación.
- Eres la mujer de mi vida. Una mujer que vuelve loco, que me hace perder la cordura.
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ERES MÍA, PRECIOSA. (I)
RomanceÉl es extremadamente impredecible, arrogante y adictivo. Ella, seductora, descarada e insaciable. ¿Hasta donde serías capaz de llegar por conseguir algo? Atención. Esta es una novela hecha única y exclusivamente por mí, no se admite el plagio. Si qu...