#Mía
Son las once y media de la noche, las pizzas que pedimos para cenar con los chicos ya están frías y mi cabeza no para de dar vueltas intentando pensar en otra cosa que no sea Marcos.
-Deja de pensar tanto. ¿Es que no recuerdas la de veces que te ha dicho tu madre que te van a salir arrugas con ese gesto? - me dice Polo sacándome de mis pensamientos.
-Lo sé, pero no puedo evitarlo. - Lavanto la cabeza de las piernas de mi amigo y vuelvo a mirar mi teléfono.
-Tranquila, a mí Emett tampoco me ha contestado- yo agacho la cabeza ante su respuesta. Esa no era la respuesta que quería escuchar.
-Cálmate Mía, ellos son así. No es la primera vez que dicen que se van y no cuando van a volver- dice Lili.
-Si amiga, este es su trabajo. -Polo me mira como diciéndome que ellas tienen razón, que esto lo he elegido yo. Pero algo en mí me dice que esta noche las cosas no andan bien.
- A Marcos ni siquiera le llegan los mensajes, es como si los hubiese tragado la tierra.
-En ese caso, solo nos queda esperar- dice Emma como si de una muerte se tratase y un escalofrío recorre al momento mi cuerpo mientras que Alison y Lili les dirigen una mirada aniquiladora.
-Vale, vale. Vamos a ver, según lo que me habéis contado vuestros novios son chicos guapos, malotes y están fuertes... sabrán arreglárselas- dice mi amigo- Ahora hablemos de lo verdaderamente importante, como ha ido tu cita con Ricky. Y quiero detalles.
Miro a Polo alegrándome enormemente en lo más profundo de mí de tenerle aquí y en este momento, apenas conoce a Lili y dudo mucho que pregunte por algo más que por su afán de cotillear, pero también sé que lo hace por quitarle hielo al asunto y distraernos a todas de lo que pueden estar haciendo ahora los macarras de nuestros novios.
-Estamos oficialmente juntos- escucho entre tanto palabrerío. Felicito a mi amiga alegrándome realmente por ella y me río con unas cuantas bromas que hace Lili acerca de lo que van a durar y los tríos que puede intentar hacer con él para no renunciar al sexo femenino. Después de eso mi oído solo capta murmullos y mi boca no emite ninguna palabra hasta que escucho la puerta de la habitación abrirse.
-Ya estamos aquí - dice Ryan- espero que aún quede cena.
-Sí, yo también estoy hambriento- dice Emett antes de darle un beso a Alison.
Mi mirada se encuentra con la de Marcos qué es el último en entrar y suelto todo el aire que ni siquiera sabía que estaba aguantando. Los chicos se acomodan en el sofá y en el suelo mientras unos comen y otros se dan besos. Marcos no aparta su mirada de la mía hasta que llega al sofá donde me encuentro yo incapaz de moverme ni siquiera para reincorporarme. Mi cuerpo está tan tenso que él lo nota en cuanto se agacha para acercar su cara a la mía sin importarle ni lo más mínimo la presencia de nuestros amigos.
- ¿Estás bien? -yo asiento- estás pálida.
- No tengo hambre, eso es todo- le digo en voz baja. Desde luego que eso no era todo, había pasado unas horas malísimas poniéndome en lo peor. Después de todo lo que pasamos la semana pasada con Ryan me había dado cuenta de que esa era una de las cosas menos graves que les podía pasar en ese horroroso mundo en el que se habían metido y del que Marcos nunca me quería hablar.
- ¿Has cenado? - yo niego con la cabeza sin sepárame de él un solo centímetro- Tienes que cenar, vamos a comer algo de pizza los dos. Yo también vengo con hambre. - Sin poder evitarlo rodeo su cuello con mis brazos pegando todo lo posible mi cuerpo al suyo. Gracias a Dios que está bien.
-Estás bien- susurro en su oído.
- Claro que estoy bien. ¿Por qué no iba a estar bien? - él me acaricia la cara como si fuese una niña pequeña mientras espera mi respuesta, pero hay algo dentro de mí que me dice que si hablo voy a llorar. Por lo que niego la cabeza indicándole que no puedo contestarle y él espera paciente a que me calme.
-Es que hoy he tenido una sensación tan mala Marcos, sentía que algo malo estaba pasando- la voz se me empieza a entrecortar. Estaba siendo totalmente consciente de cómo los chicos nos podían escuchar, pero todos respetaron nuestra conversación e intentaron hacer como si nada, como si Marcos y yo estuviésemos solos- y no contestabas ningunos de mis mensajes, ni siquiera te llegaban, Emett no le respondía las llamadas a Alison y yo pensé, pensé...
-Shh, nena. Estás un poco sensible hoy, no sé si es porque ha venido tu amigo, si te tiene que venir la regla o si es por cualquier otra cosa, pero lo importante es que ya estoy aquí contigo y que todo ha salido bien- a medida que Marcos me habla, me va secando las lágrimas que mis ojos ya no pueden retener. Me duelen los ojos de estar tanto rato reteniéndolas.
- Lo sé, lo sé. Supongo que todavía no me acostumbro a esto, pero tendré que ir haciéndome a la idea.
-Emm... hablando de eso, tengo una buena noticia- yo le miro esperando su respuesta- solo me queda una carrera. Una y esto se habrá acabado para siempre Mía.
Algo en mí se ilumina, de repente siento como si me hubiesen quitado un gran peso de los hombros y me lanzo a los labios de mi novio para besarle con efusividad ante la cara de felicidad de mi mejor amigo que sigue a mi lado en el sofá. Sin duda alguna esta era la mejor noticia que me habían dado en mucho tiempo.
- Sí, joder. ¡Voy a por unas cervezas para celebrar que estamos aquí con nuestras novias, a punto de ser libres para siempre! - grita Emett mientras todos reímos felizmente. Espero que esta felicidad nos dure mucho.
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ERES MÍA, PRECIOSA. (I)
RomanceÉl es extremadamente impredecible, arrogante y adictivo. Ella, seductora, descarada e insaciable. ¿Hasta donde serías capaz de llegar por conseguir algo? Atención. Esta es una novela hecha única y exclusivamente por mí, no se admite el plagio. Si qu...