Salí de mi casa apresurado, encontrándome a mi padre en la entrada de la casa.-Jace ¿Ya te vas al colegio? -Me miró curioso.
-¡¿Papá?! ¿Qué haces aquí? Creí que ya te habías ido al trabajo -Mis ojos se abrieron por su presencia.
-Solo fui a recoger unos papeles, estaré aquí toda la tarde así que dime, ¿qué quieres de comer hoy? -Sonrió con gesto amable.
-Emm... ¿Qué tal si hoy eliges tú? -Ingresé a la casa de nuevo para decirle a Valtiel-. Se me olvidaron unos libros jejeje... -Subí las escaleras rápidamente.
-¡Valtiel! ¡Valtiel! -Entré alterado a mi habitación.
Valtiel tendía la cama con tranquilidad, al escucharme me miró sorprendido por el tono de voz con el cual había hablado.
-¿Qué sucede? ¿Te pasó algo? -Se acercó a mí.
-Mi papá va a estar aquí toda la tarde, por favor no vayas a asustarlo o algo así. -Lo miraba preocupado.
-¿Me creés capaz de hacer semejante cosa?-Cerró sus ojos un poco.
-Sí, en cuanto termine mi última clase saldré corriendo para llegar aquí. -Iba hacia la puerta.
Al salir me encontré a mi padre afuera con una mirada inquisitiva.
-¿Con quién hablabas, Jace? -me preguntó con seriedad.
-Eh, mm... Este... Estaba hablando con un amigo por teléfono, nos quedamos de ver en la parada del autobús -le dije un poco nervioso.
-Mmm vale, que te vaya bien. -Abrió la puerta de su habitación y entró.
Egresé nuevamente de casa para ir a la escuela, inquieto por Valtiel en casa con mi padre. Al comenzar a caminar por la acera choqué con alguien por estar distraído en mis pensamientos.
-Lo lamento -me disculpé enseguida, avergonzado.
-Ah, hola, eres el chico de la casa de junto -dijo el chico que tenía poco de haberse mudado.
Cuando levanté la mirada para disculparme nuevamente con él un pequeño rubor se fue marcando en mis mejillas, su apariencia de alguna forma me había llamado la atención; sus hoyuelos a los lados de una sonrisa sincera lo hacían ver simpático y atractivo, su cabello castaño y arreglado le daba un aspecto impecable a simple vista, ojos color chocolate y una vestimenta tan sencilla pero que en él lo hacían lucir bien, sin duda mi tipo ideal.
-Sí, soy yo quien vive allí. -Señalé mi casa.
-¿Cómo siguen tus rodillas? -me preguntó con una sonrisa que marcó sus hoyuelos.
-¿Cómo? -Parpadee confundido, hasta que recordé aquel día-. Ah... Sí, ya estoy mejor, no fue tan serio. -Reí un poco.
-Me alegro, me llamo Jason Miller. -Me extendió la mano al presentarse.
-Soy Jace Mason. -Apreté su mano un poco.
-Bueno Jace, espero que algún día tengamos la oportunidad de hablar por más tiempo. -Miró su reloj.
-Lo mismo digo. -Sonreí-. Nos vemos. - Retomé mi camino al colegio.
Por estar inmerso en mi mente no me había percatado que el nuevo vecino estaba justo a unos pasos de mí, seguramente saliendo de su casa al igual que yo, aunque ahora sabía su nombre lo cual era más correcto que decirle vecino.
La escuela y el tiempo transcurrían igual, la extraña chica rubia siempre que tenía la oportunidad me saludaba con una sonrisa amable. Entré al baño antes de salir de la escuela, pensé en la mirada de Jason hacia mí hace unas horas, lo cual me ponía un poco extraño hasta sentir excitación, miré mi miembro que se comenzaba a poner cada vez más duro, llevaba tanto tiempo sin masturbarme que el mínimo contacto me había provocado una gran erección, no me sentía culpable ya que es algo que hacen los hombres o al menos la mayoría una vez en la vida.
Movía mi mano con lentitud sintiendo los espasmos en todo mi cuerpo y aquella sensación que ya había olvidado. Tenía los ojos cerrados e ignoraba los sonidos del exterior para sentirme mejor, estaba demasiado atento a eso que mi mente comenzó a proyectar pensamientos; me encontraba acostado en mi cama semi desnudo, en ese momento sentí una mano que tocaba mis muslos con suavidad hasta llegar a mi erección, era tan placentero, como si en verdad me estuviese pasando pero solo eran pensamientos. De un momento a otro vi el rostro de quien me tocaba, era Valtiel con una sonrisa y su típica mirada.
Abrí los ojos por ello, recordé lo que estaba haciendo y deje de tocarme para terminar y salir rápido, la escena de Valtiel y yo me había desconcertado. Salí de la escuela con la mirada hacia el pavimento, era tanta mi vergüenza por haberlo hecho en mi escuela y más por haber pensado en Valtiel. Llegué a casa en menos de treinta minutos que era lo que comúnmente me tomaba, saludé a mi padre y subí las escaleras para ir a mi habitación, Valtiel estaba acostado con mi laptop a un costado de él.
-Tardaste en llegar, tu padre entró un par de veces a la habitación. -Volteó a verme.
-¿Mi papá? Qué extraño. -Lo miré confundido.
-Sí, además ya me estoy muriendo de hambre. -Se estiró con pereza como un perro.
-Le preguntaré mi papá si ya esta lista la comida... -le dije seriamente.
-¿Y esa cara? ¿Qué acaso no te fue bien?
-No tengo nada, solo estoy cansado... - Mi tono de voz había bajado casi como un susurro.
-Es obvio, hasta yo estaría cansado después de hacer lo mismo que tú en el baño.
Mis ojos se abrieron con sorpresa, me giré para verlo y su sonrisa cínica lo decía todo; sabía lo que había hecho y peor aún, había sido con él.
∆Hola amiguit@s del bosque, habla Clock, solo les quería pedir que voten y comenten los capítulos ya que eso nos ayuda a seguir escribiendo nuestras historias, también agradecería que pasen a leer las historias que han publicado los miembros del TeamClock en sus cuentas personales, gracias por el gran apoyo a las historias ;b∆
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En las garras del demonio (EDITANDO)
RomanceJace, un simple estudiante universitario, se ha visto envuelto en la tarea de lidiar y convivir con un demonio encantador , luego de haberlo invocado una noche por una extraña ouija, poco a poco se darán cuanta que no era lo que esperaban... (No com...