Bastaron unos cuantos minutos para sentirme totalmente en el vacío, mi mente y pensamientos se habían ido sin siquiera poder recordar el momento exacto en el que ocurrió. Miraba hacía abajo con los brazos tendidos en el suelo a mis costados y el cuerpo recargado en una pared fría como el hielo, levanté una de mis manos la cuál temblaba constantemente y tenía ligeros rasguños con sangre aún fresca en ellas, la palma estaba cubierta de tierra con óxido y al pulgar le hacía falta su respectiva uña, todo me parecía extraño puesto que seguía sin recordar lo que había sucedido y el dolor no se presentaba en ninguna de las heridas.
—Jace...—. Escuché a unos metros frente a mi, casi se escuchaba como un lamento más que como una voz propia.
Levanté lentamente la cabeza, la visibilidad estaba algo borrosa y la presencia de la luz era casi nula, entre cerré los ojos para acostumbrar mi vista a la oscuridad y noté algunas figuras de dónde había surgido aquel lamento, una silueta se encontraba parada mientras que la otra se veía recostada con algo saliendo sobre él, en cuanto distinguí con más detalle el escenario me di cuenta que eso que sobresalía de la silueta recostada era un tubo de casi 2 metros, la persona de pie soltó una sonora carcajada que me sorprendió poco, era una risa que contenía felicidad absoluta, casi comparada al sadismo y la demencia.
—¡Vete de aquí!—. Otra voz a mi derecha se escuchó fuertemente, era una voz de chica.
Mi mirada siguió el ruido y llegó hasta una chica que abrazaba algo, o alguien. Poco a poco fui recordando lo que había sucedido pero era todavía muy prematura la sensación.
—Parece que su plan fue un fracaso total, si querían morir sin humillarse solo me lo hubieran pedido—. Comentó la voz de la figura en pie.
—Aamon...—. Solté inesperadamente.
Mis ojos se abrieron tan pronto como terminé de nombrar eso, el sujeto acostado era Valtiel y la chica que estaba a mi derecha era Cosette pero aún seguía sin recordar lo demás, era un momento tan peligroso que deseaba poder recordar. El dolor fue poco a poco haciéndose presente en mi cuerpo, ahora no era solo mi mano la que dolía; mi cuello, torso, piernas y rostro eran atacados por un sinfín de punzadas.
—Dejalo ya...—. Musite con dificultad.
—¿Qué dijiste? No te puedo escuchar, este bastardo se sigue quejando como un maldito bebé—. Dijo Aamon antes de tomar el tubo que tenía Valtiel enterrado en la espalda para moverlo violentamente.
—Déjalo por favor—. Dije ahora como un sollozo.
—Sabes Jace, te hubiera dejado a ti y a tus amigos irse tranquilamente pero solo pensar que te involucraste con este trozo de mierda me hace querer matarte de la peor manera posible—. Comentó Aamon iluminando sus ojos de naranja.
—E-Eres un e-estúpido, mej-jor regresa al inf-fierno y d-déjanos en paz—. Musite aguantando cada dolor de cada parte de mi cuerpo.
—Si si si, mira dejemos la charla y tus insultos mediocres para otro momento. Cuando termine con él seguiré con esa rubia y pues al otro sujeto no le queda mucho pero aun así lo haré unirse a la fiesta y como plato principal serás tú—. Me sonrió de manera sádica.
—Ni se te ocurra tocarlo...—. Soltó Valtiel entre jadeos.
Aamon bajó la mirada para encontrarse con un Valtiel moribundo, el demonio con ojos naranja levantó su pie y pateó bruscamente el rostro del que yacía derrotado en el suelo. Quise levantarme pero mi estómago dolía lo suficiente como para no hacerme mover más me 2 segundos, miré a Cosette a lo lejos y ella veía horrorizada la situación pero también en su mirada se veía la preocupación; seguía aferrada al bulto recargado en sus piernas. Un fugaz pensamiento intentó darme la respuesta ante esa inquietud que tenía y fue cuando me di cuenta que aquel bulto inerte en sus piernas no era más que Jason, un charco de sangre rodeaba a ambos.
—Ya me cansé de ustedes bastardos de mierda, mejor terminaré con todos de una vez—. Aamon sacó de un movimiento la barra de metal de Valtiel. —Pero tú serás el primero cabron—. Levantó el tubo y lo posicionó en su cabeza para elevarlo medio metro encima de él.
Estaba atento pero no quería verlo, sentía una impotencia tan grande porque Aamon pudiera hacer lo que él quisiera; vernos en tal estado me hacía pensar que habíamos fracasado en el plan y todo había resultado un desperdicio de tiempo. Lo siguiente que ocurrió fue algo de inquietud, tuve miedo pero más que eso tenía ganas de vomitar, sabía que algo estaba por pasar; todo ruido que existía en ese momento se fue como la oscuridad frente a la luz, Aamon fue el primero en percatarse pero nosotros también nos dimos cuenta segundos después, la luz del atardecer que se filtraba por las ventanas rotas y grietas del metal oxidado de aquella fábrica abandonada fue volviéndose oscura como si la noche se acercara con tanta prisa, un olor intenso a azufre se hizo presente y una clase de humo fue saliendo del suelo, era al principio tenue pero fue tomando densidad a tal punto que ya casi no podía verse otra cosa más que ese humo. Cubrí mi boca y nariz de aquello puesto que el olor se volvía insoportable pero hubo algo que noté entre aquel denso humo, media aproximadamente unos 4 metros de alto y desplegó unas alas enormes que esparcieron el humo por todo el lugar, ahora era más visible pero fue un error que hiciera eso, la inquietud que sentía se convirtió rápidamente en horror absoluto al punto de taparme los y cerrarlos fuertemente. La cosa que había presenciado no era digno de imaginar ni en mis más oscuras pesadillas, la sensación había sido parecida a cuando Valtiel se mostró en su verdadera forma por un lapso de tiempo pero a la milésima potencia.
—¿Me podrías decir que haces aquí y por qué tienes a mi hijo de esa forma?—. Cuestionó la cosa que había surgido del humo.
La voz no resultaba extraño a todo lo que se había originado momentos antes, era una voz humana pero con un tono imponente y maduro. El humo ya se había disipado en su totalidad y ahora todo era más visible que antes, un señor se hallaba en el centro del lugar y miraba a los dos demonios con una postura dominante, Aamon en cuanto lo vio no hizo más que hacer una gran reverencia sin atreverse a mirar hacía aquel hombre quien comenzó a mirar alrededor de todo encontrando su mirada con la mía, era incluso más imponente que la de Valtiel y Aamon juntos; palidecí solo con mirarlo unos 3 segundos.
—Parece que haz estado haciendo demasiado aquí Aamon ¿A esto te referías cuando me dijiste que tú mismo ibas a llevar de vuelta a Valtiel?—. Le dirigió a Aamon una mirada seria.
—N-No señor, esta s-situación no tiene excusas, m-me disculpo por todo—. Soltó Aamon a la vez que tartamudeaba, seguía con la cabeza hacia abajo.
—Es verdad que mi hijo se ha portado muy mal pero creo que se te ha olvidado lo que somos Aamon, esta en nuestra naturaleza ser malos pero...—. Se acercó a él lentamente—. Creo que a ti no te corresponde tratar a si a mi hijo—.
Aamon se atrevió a levantar su cabeza solo para encontrarse al que proclamaba ser el padre de Valtiel a un par de metros de él, sus ojos se abrieron demasiado y volvió a hacer su reverencia, el padre de Valtiel llegó hasta donde estaba su hijo y lo miró por unos segundos, lo miraba como al humano que ve una basura en la calle y no tienen intención de recogerlo, pero acercó su mano al tubo de metal y lo sacó de un movimiento.
—No seas tan rudo Astaroth—. Dijo Valtiel con un gemido de dolor.
—Te lo mereces idiota,he dicho un millón de veces que soy tu padre, no vuelvas a atreverte a decirme por mi nombre mierda—. Pateó a Valtiel en el estomago y esté solo soltó una carcajada.
El hombre se acercó nuevamente a Aamon sosteniendo el trozo de metal como si fuera una rama de árbol, tomó con fuerza el cabello esté y lo levantó para que lo mirase.
—Veía potencial en ti pero me temo que solo eres una mierda más amante del caos—. Le sonrió antes de iluminar sus ojos de un violeta brillante y enterrar el trozo de metal en su garganta, sucedió tan rápido que solo pude notar como Aamon abrió los ojos como respuesta.
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En las garras del demonio (EDITANDO)
RomanceJace, un simple estudiante universitario, se ha visto envuelto en la tarea de lidiar y convivir con un demonio encantador , luego de haberlo invocado una noche por una extraña ouija, poco a poco se darán cuanta que no era lo que esperaban... (No com...