Capítulo 9

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Me había quedado un poco confundido por las palabras que me había dicho Valtiel, si a mí me ocurría algo a él también le pasaría lo mismo, aunque no estaba muy seguro de ello pero estaba la probabilidad de que ya me estuviesen vigilando desde que jugué a la ouija y hablé con la otra entidad.

Salí de la habitación con mi mochila para ir a la escuela y después gozar del sábado y domingo de manera tranquila, pero al recordar que Valtiel había regresado me ponía de un humor intranquilo y nervioso ya que mi vida estaba en juego. Mi padre ya se había ido al trabajo dejándome una nota pegada en su puerta:

" Llegaré tarde hoy así que prepara algo solo para ti, si ocurre algo no dudes en llamarme, te quiero ;D"

Sonreí al terminar de leer la nota, a decir verdad mi padre era aún muy protector conmigo y en algunas ocasiones me seguía tratando como si tuviese diez años. Al bajar las escaleras vi a Valtiel comiéndose unas galletas que estaban sobre la mesa del comedor, al notar que eran mis galletas preferidas me dirigí a él con rapidez y le arrebate el plato y la galleta que aún seguía sosteniendo en su boca.

-¡¿Qué diablos te pasa?! Estas son mis galletas, M-Í-A-S, ¿entendiste? -le dije con enojo pero Valtiel solo me miraba sin importarle.

-Parece que lo de hace rato te dio valor para hablarme de esa manera, no me provoques, Jace -dijo con un tono un poco serio pero no me importó.

-¿Entonces qué esperas? Asesiname de una vez, llevate mi alma si tanto lo deseas pero estarás advertido -respondí abriendo mis brazos con sarcasmo.

-¡¿Cómo te atreves maldito humano?!-. Valtiel se levantó con furia y se posó frente a mí con una expresión y postura intimidante.

Le di la espalda soltando una pequeña risa que lo hizo suspirar pesadamente y regresar a la silla del comedor.

-Bueno, ¿qué quieres de comer, querido?-pregunté mientras me colocaba el delantal.

-Ya que te estas ofreciendo entonces te lo diré, haz pan francés con huevos revueltos a un lado y una malteada de fresa por favor -respondió con tranquilidad.

-¿Es broma, verdad? Valtiel, tengo que ir a la escuela, lo menos que te puedo hacer son los huevos. -Me crucé de brazos por la petición que había escuchado.

-Tú me preguntaste así que eso es lo que quiero. -Colocó los codos sobre la mesa para después entrelazar sus dedos.

-Mira, te vas a tener que conformar con los huevos y ya, ¿okey? Además, ni siquiera tengo pan fresco ni fresas -le comenté para evitar regaños de su parte.

-Bueno, ya los tienes, así que dejate de pretextos y haz lo que te pedí por favor. -Me señaló con su mirada algo que estaba detrás de mí.

Cuando me giré había un paquete de pan con un plato de fresas frescas a lado, no lo podía creer pero al ser Valtiel entonces lo tuve que hacer.

-Si pudiste aparecer eso, ¿por qué diablos me pides que te prepare todo eso si tú mismo lo puedes hacer?-dije disgustado.

-Porque te quiero molestar, así que hazlo y ya, ¿quieres? O se te hará tarde.

Torcí los ojos y rápidamente comencé a preparar todo teniendo solo diez minutos para llegar a la escuela, lo cual me costaba unos quince minutos así que ya estaba retrasado. En cuanto terminé de lavar los trastos tomé mi mochila y salí corriendo de mi casa para no llegar tarde, ya en el autobús solo veía el exterior con angustia pues jamas había llegado tarde; me tocaba las manos con nerviosismo tronandome algunos dedos en el acto, escuchaba música para evitar seguir pensando en la hora pero en ese instante escuche la voz de Valtiel en mi cabeza como si fuese un pensamiento.

En las garras del demonio (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora